otra vez los amantes de Wikipedia nos dejan poco para agregar.
diré que por algo el hecho es tomado como fundador del concepto de Soberanía Nacional.
recomiendo escuchar el tema musical compuesto por Miguel Brascó -no solamente un gourmet- donde menciona a Echagüe y a Mansilla, los héroes de la jornada.
la mejor versión es la de Alfredo Zitarrosa.
hago un humilde pedido
¿no sería mejor que demos nuestra opinión en lugar de copiar de los libros?
La Batalla de la Vuelta de Obligado se produjo el 20 de noviembre de 1845, en aguas del rÃo Paraná.
Se enfrentó la Confederación Argentina, liderada por Juan Manuel de Rosas y la escuadra anglo-francesa cuya intervención se realizó con el pretexto de lograr la pacificación ante los problemas existentes entre Buenos Aires y Montevideo.
Este avance tecnológico acicateó a los gobiernos británicos y franceses que desde entonces ya pretendÃan lograr garantÃas que permitieran el comercio y el libre tránsito por el estuario del Plata y todos los rÃos interiores pertenecientes a la cuenca del mismo.
La principal fortificación argentina se encontraba en la Vuelta de Obligado, donde el rÃo tiene 700 m de ancho y un recodo pronunciado dificultaba la navegación a vela.
El general Lucio N. Mansilla hizo tender, de costa a costa, sobre 24 lanchones, tres gruesas cadenas, tal operación estuvo a cargo principalmente de un italiano inmigrado a la Argentina de apellido Aliverti.
En la ribera derecha del rÃo montó 4 baterÃas artilladas con 30 cañones, muchos de bronce, con calibres de 8, 10 y 12, siendo el mayor de 20, los que eran servidos por una dotación de 160 artilleros de origen gauchesco
El 20 de noviembre de 1845, un convoy comercial de noventa navÃos mercantes custodiado por buques de guerra ingleses y franceses, intentarÃan remontar el RÃo Paraná en demostración de no existir soberanÃa argentina sobre el rÃo, llevando mercaderÃas a las provincias del litoral y al Paraguay. La intención además era ocupar los rÃos interiores con sus escuadras, obligar a la “libre navegación” del Plata y sus afluentes y convertir a Montevideo en una factorÃa comercial para ambas potencias.
Con patriotismo, inteligencia y astucia, Rosas preparó la defensa cerrando el Paraná con baterÃas escalonadas a lo largo de sus costas para librar batalla contra sus agresores. La principal defensa se encontraba en la Vuelta de Obligado al norte de la ciudad de San Pedro. AllÃ, el General Lucio V. Mansilla hizo tender de costa a costa sobre 24 lanchones tres gruesas cadenas para impedir el paso de las embarcaciones y ocupó con dos mil hombres las trincheras y baterÃas emplazadas en el lugar.
Las bajas de los argentinos resultaron muchas por el heroÃsmo en la defensa de la posición y por la desproporción en el armamento, pero el hecho, demostrarÃa a los interventores que no podrÃan vencer, pues la guerra de resistencia serÃa franca e implacable.
La victoria Argentina demostró que los triunfos no dependen de quien tenga más soldados y mayor poder de fuego, sino, de quien tenga la mas inteligente y ordenada estrategia, sin divisiones en el frente interno y llevando una excelente polÃtica exterior que explote las contradicciones del adversario.
La Batalla de la Vuelta de Obligado se produjo el 20 de noviembre de 1845, en aguas del rÃo Paraná.
Se enfrentó la Confederación Argentina, liderada por Juan Manuel de Rosas y la escuadra anglo-francesa cuya intervención se realizó con el pretexto de lograr la pacificación ante los problemas existentes entre Buenos Aires y Montevideo.
Este avance tecnológico acicateó a los gobiernos británicos y franceses que desde entonces ya pretendÃan lograr garantÃas que permitieran el comercio y el libre tránsito por el estuario del Plata y todos los rÃos interiores pertenecientes a la cuenca del mismo.
La principal fortificación argentina se encontraba en la Vuelta de Obligado, donde el rÃo tiene 700 m de ancho y un recodo pronunciado dificultaba la navegación a vela.
El general Lucio N. Mansilla hizo tender, de costa a costa, sobre 24 lanchones, tres gruesas cadenas, tal operación estuvo a cargo principalmente de un italiano inmigrado a la Argentina de apellido Aliverti.
En la ribera derecha del rÃo montó 4 baterÃas artilladas con 30 cañones, muchos de bronce, con calibres de 8, 10 y 12, siendo el mayor de 20, los que eran servidos por una dotación de 160 artilleros de origen gauchesco.
Además, en las trincheras habÃa 2.000 hombres al mando del coronel Ramón RodrÃguez y un único buque de guerra llamado Republicano, que tenÃa como misión cuidar las cadenas que cruzaban el rÃo.
El combate se inició al amanecer con un intenso cañoneo y fuertes descargas de cohetes sobre las baterÃas argentinas (con cañones de mucho menor alcance, mucho menor precisión y mucho más lentas en su recarga que las piezas de los invasores), esto causó desde un primer momento múltiples bajas por parte argentina: 250 muertos y 400 heridos, 21 cañones de la baterÃa cayeron en poder del enemigo que los inutilizó. Asimismo, incendiaron los lanchones que sostenÃan las cadenas y se perdió el buque Republicano, que fue volado por su propio comandante ante la imposibilidad de defenderlo. Los agresores, por su parte, tuvieron 26 muertos y 86 heridos y sufrieron grandes averÃas en sus naves que obligaron a la escuadra a quedarse 40 dÃas en Obligado para reparaciones de urgencia.
Los navÃos ingleses y franceses que pudieron superar la Vuelta de Obligado se vieron nuevamente hostigados en el Paso del Tonelero y en la Angostura del Quebracho. De modo que la victoria anglofrancesa resultó pÃrrica: era prácticamente imposible navegar los rÃos argentinos sin permiso de los argentinos.
Hacia mitad del siglo XIX, Estados Unidos, Francia e Inglaterra se encontraban en plena expansión comercial y territorial en distintas regiones del planeta.
Para ese entonces, Juan Manuel de Rosas era el Gobernador de la provincia de Buenos Aires y el depositario de las relaciones exteriores de la Confederación. En su segunda gobernación, Rosas habÃa empezado a independizar comercialmente a la región promulgando la ley de aduanas, expropiando el Banco Nacional, prohibiendo la exportación de metales e imponiendo fuertes aranceles a la navegación de buques extranjeros en los rÃos interiores para proteger las nacientes industrias locales. En 1840 logró vencer el bloqueo de los franceses en una primera intervención armada y, la experiencia de esa lucha, la sabrÃa aprovechar para vencer a la segunda intervención conjunta de Inglaterra y Francia.
El 20 de noviembre de 1845, un convoy comercial de noventa navÃos mercantes custodiado por buques de guerra ingleses y franceses, intentarÃan remontar el RÃo Paraná en demostración de no existir soberanÃa argentina sobre el rÃo, llevando mercaderÃas a las provincias del litoral y al Paraguay. La intención además era ocupar los rÃos interiores con sus escuadras, obligar a la “libre navegación” del Plata y sus afluentes y convertir a Montevideo en una factorÃa comercial para ambas potencias.
Con patriotismo, inteligencia y astucia, Rosas preparó la defensa cerrando el Paraná con baterÃas escalonadas a lo largo de sus costas para librar batalla contra sus agresores. La principal defensa se encontraba en la Vuelta de Obligado al norte de la ciudad de San Pedro. AllÃ, el General Lucio V. Mansilla hizo tender de costa a costa sobre 24 lanchones tres gruesas cadenas para impedir el paso de las embarcaciones y ocupó con dos mil hombres las trincheras y baterÃas emplazadas en el lugar.
Las bajas de los argentinos resultaron muchas por el heroÃsmo en la defensa de la posición y por la desproporción en el armamento, pero el hecho, demostrarÃa a los interventores que no podrÃan vencer, pues la guerra de resistencia serÃa franca e implacable.
La victoria Argentina demostró que los triunfos no dependen de quien tenga más soldados y mayor poder de fuego, sino, de quien tenga la mas inteligente y ordenada estrategia, sin divisiones en el frente interno y llevando una excelente polÃtica exterior que explote las contradicciones del adversario.
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otra vez los amantes de Wikipedia nos dejan poco para agregar.
diré que por algo el hecho es tomado como fundador del concepto de Soberanía Nacional.
recomiendo escuchar el tema musical compuesto por Miguel Brascó -no solamente un gourmet- donde menciona a Echagüe y a Mansilla, los héroes de la jornada.
la mejor versión es la de Alfredo Zitarrosa.
hago un humilde pedido
¿no sería mejor que demos nuestra opinión en lugar de copiar de los libros?
creo que así podría haber debate.
La Batalla de la Vuelta de Obligado se produjo el 20 de noviembre de 1845, en aguas del rÃo Paraná.
Se enfrentó la Confederación Argentina, liderada por Juan Manuel de Rosas y la escuadra anglo-francesa cuya intervención se realizó con el pretexto de lograr la pacificación ante los problemas existentes entre Buenos Aires y Montevideo.
Con el desarrollo de la navegación a vapor -principalmente efectuado tal desarrollo en Inglaterra, Francia y EE.UU.- sucedido en la tercera década del s XIX, grandes navÃos mercantes y militares ya podÃan remontar en tiempos relativamente breves los rÃos en contra de la corriente y con una buena relación de pay-load (carga -útil- de pago).
Este avance tecnológico acicateó a los gobiernos británicos y franceses que desde entonces ya pretendÃan lograr garantÃas que permitieran el comercio y el libre tránsito por el estuario del Plata y todos los rÃos interiores pertenecientes a la cuenca del mismo.
Once buques de combate formaban la escuadra anglo-francesa que navegaban por el rÃo Paraná desde los primeros dÃas de noviembre, estos navÃos eran lo más avanzado en maquinaria militar de la época, parcialmente blindados, dotados de grandes piezas de artillerÃa de rápida recarga y cohetes Congreve.
La principal fortificación argentina se encontraba en la Vuelta de Obligado, donde el rÃo tiene 700 m de ancho y un recodo pronunciado dificultaba la navegación a vela.
El general Lucio N. Mansilla hizo tender, de costa a costa, sobre 24 lanchones, tres gruesas cadenas, tal operación estuvo a cargo principalmente de un italiano inmigrado a la Argentina de apellido Aliverti.
En la ribera derecha del rÃo montó 4 baterÃas artilladas con 30 cañones, muchos de bronce, con calibres de 8, 10 y 12, siendo el mayor de 20, los que eran servidos por una dotación de 160 artilleros de origen gauchesco
me sumo al tano ..no es mejor decir lo que pensamos o nos acordamos sin copiar y pegar de la web
para mi represento un bloqueo una maniobra increible que dejo a los buques enemigos boquiabiertos
El 20 de noviembre de 1845, un convoy comercial de noventa navÃos mercantes custodiado por buques de guerra ingleses y franceses, intentarÃan remontar el RÃo Paraná en demostración de no existir soberanÃa argentina sobre el rÃo, llevando mercaderÃas a las provincias del litoral y al Paraguay. La intención además era ocupar los rÃos interiores con sus escuadras, obligar a la “libre navegación” del Plata y sus afluentes y convertir a Montevideo en una factorÃa comercial para ambas potencias.
Con patriotismo, inteligencia y astucia, Rosas preparó la defensa cerrando el Paraná con baterÃas escalonadas a lo largo de sus costas para librar batalla contra sus agresores. La principal defensa se encontraba en la Vuelta de Obligado al norte de la ciudad de San Pedro. AllÃ, el General Lucio V. Mansilla hizo tender de costa a costa sobre 24 lanchones tres gruesas cadenas para impedir el paso de las embarcaciones y ocupó con dos mil hombres las trincheras y baterÃas emplazadas en el lugar.
Cuando los extranjeros avanzaron, Mansilla ordenó la defensa y proclamó a la tropa: “¡Allá los tenéis! Considerad el insulto que hacen a la soberanÃa de nuestra Patria al navegar, sin más tÃtulo que la fuerza, las aguas de un rÃo que recorre por el territorio de nuestro paÃs. ¡Pero no lo conseguirán impunemente! ¡Tremola en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verlo bajar de donde flamea!”.
Las bajas de los argentinos resultaron muchas por el heroÃsmo en la defensa de la posición y por la desproporción en el armamento, pero el hecho, demostrarÃa a los interventores que no podrÃan vencer, pues la guerra de resistencia serÃa franca e implacable.
Las noticias de las pérdidas comerciales sufridas por el convoy y los relatos de la hidalguÃa y bravura de los argentinos llegaron a Londres. Los tenedores de bonos de deuda argentina reclamaban el fin de la intervención para poder cobrar. Ante esta situación, los gobiernos extranjeros ordenaron el retiro inmediato e incondicional de sus escuadras en el Plata desagraviando al pabellón argentino con 21 cañonazos.
La victoria Argentina demostró que los triunfos no dependen de quien tenga más soldados y mayor poder de fuego, sino, de quien tenga la mas inteligente y ordenada estrategia, sin divisiones en el frente interno y llevando una excelente polÃtica exterior que explote las contradicciones del adversario.
Batalla de la Vuelta de Obligado
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La Batalla de la Vuelta de Obligado se produjo el 20 de noviembre de 1845, en aguas del rÃo Paraná.
Se enfrentó la Confederación Argentina, liderada por Juan Manuel de Rosas y la escuadra anglo-francesa cuya intervención se realizó con el pretexto de lograr la pacificación ante los problemas existentes entre Buenos Aires y Montevideo.
Con el desarrollo de la navegación a vapor -principalmente efectuado tal desarrollo en Inglaterra, Francia y EE.UU.- sucedido en la tercera década del s XIX, grandes navÃos mercantes y militares ya podÃan remontar en tiempos relativamente breves los rÃos en contra de la corriente y con una buena relación de pay-load (carga -útil- de pago).
Este avance tecnológico acicateó a los gobiernos británicos y franceses que desde entonces ya pretendÃan lograr garantÃas que permitieran el comercio y el libre tránsito por el estuario del Plata y todos los rÃos interiores pertenecientes a la cuenca del mismo.
Once buques de combate formaban la escuadra anglo-francesa que navegaban por el rÃo Paraná desde los primeros dÃas de noviembre, estos navÃos eran lo más avanzado en maquinaria militar de la época, parcialmente blindados, dotados de grandes piezas de artillerÃa de rápida recarga y cohetes Congreve.
La principal fortificación argentina se encontraba en la Vuelta de Obligado, donde el rÃo tiene 700 m de ancho y un recodo pronunciado dificultaba la navegación a vela.
El general Lucio N. Mansilla hizo tender, de costa a costa, sobre 24 lanchones, tres gruesas cadenas, tal operación estuvo a cargo principalmente de un italiano inmigrado a la Argentina de apellido Aliverti.
En la ribera derecha del rÃo montó 4 baterÃas artilladas con 30 cañones, muchos de bronce, con calibres de 8, 10 y 12, siendo el mayor de 20, los que eran servidos por una dotación de 160 artilleros de origen gauchesco.
Además, en las trincheras habÃa 2.000 hombres al mando del coronel Ramón RodrÃguez y un único buque de guerra llamado Republicano, que tenÃa como misión cuidar las cadenas que cruzaban el rÃo.
El combate se inició al amanecer con un intenso cañoneo y fuertes descargas de cohetes sobre las baterÃas argentinas (con cañones de mucho menor alcance, mucho menor precisión y mucho más lentas en su recarga que las piezas de los invasores), esto causó desde un primer momento múltiples bajas por parte argentina: 250 muertos y 400 heridos, 21 cañones de la baterÃa cayeron en poder del enemigo que los inutilizó. Asimismo, incendiaron los lanchones que sostenÃan las cadenas y se perdió el buque Republicano, que fue volado por su propio comandante ante la imposibilidad de defenderlo. Los agresores, por su parte, tuvieron 26 muertos y 86 heridos y sufrieron grandes averÃas en sus naves que obligaron a la escuadra a quedarse 40 dÃas en Obligado para reparaciones de urgencia.
Los navÃos ingleses y franceses que pudieron superar la Vuelta de Obligado se vieron nuevamente hostigados en el Paso del Tonelero y en la Angostura del Quebracho. De modo que la victoria anglofrancesa resultó pÃrrica: era prácticamente imposible navegar los rÃos argentinos sin permiso de los argentinos.
La batalla tuvo gran difusión en toda América. Chile y Brasil cambiaron sus sentimientos (que hasta entonces habÃan sido hostiles a Rosas) y se volcaron, momentáneamente, a la causa de la Confederación. Hasta algunos unitarios (enemigos tradicionales de Rosas) se conmovieron y el general Martiniano Chilavert se ofreció a formar parte del ejército de la Confederación.
A pedido del historiador José MarÃa Rosa el 20 de noviembre se declaró DÃa de la SoberanÃa Nacional.
http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_la_Vuelta_...
LA VUELTA DE OBLIGADO
Hacia mitad del siglo XIX, Estados Unidos, Francia e Inglaterra se encontraban en plena expansión comercial y territorial en distintas regiones del planeta.
Estados Unidos intervino en México anexionando parte de su territorio incluido Texas. Tanto Francia como Inglaterra tenÃan ambiciones de expansión comercial en esa región de México, objetivos que fueron dejados de lado para no entrar en una confrontación militar con la naciente potencia del norte de América. Ambas naciones confluyeron entonces en una alianza para intervenir militarmente en el sur del mismo continente a fin de imponer sus intereses comerciales. El algodón que no podrÃa cultivar Inglaterra en Texas, intentarÃa ser recuperado en los campos de la Confederación Argentina.
Para ese entonces, Juan Manuel de Rosas era el Gobernador de la provincia de Buenos Aires y el depositario de las relaciones exteriores de la Confederación. En su segunda gobernación, Rosas habÃa empezado a independizar comercialmente a la región promulgando la ley de aduanas, expropiando el Banco Nacional, prohibiendo la exportación de metales e imponiendo fuertes aranceles a la navegación de buques extranjeros en los rÃos interiores para proteger las nacientes industrias locales. En 1840 logró vencer el bloqueo de los franceses en una primera intervención armada y, la experiencia de esa lucha, la sabrÃa aprovechar para vencer a la segunda intervención conjunta de Inglaterra y Francia.
Unida toda la Confederación, expulsados los aliados internos que trabajaban para las potencias agresoras y valiéndose de las contradicciones de ambos imperios la victoria estarÃa asegurada, sumando a ello la oposición de una fuerte resistencia militar a la invasión haciendo que ésta resultara totalmente improductiva para los interventores.
El 20 de noviembre de 1845, un convoy comercial de noventa navÃos mercantes custodiado por buques de guerra ingleses y franceses, intentarÃan remontar el RÃo Paraná en demostración de no existir soberanÃa argentina sobre el rÃo, llevando mercaderÃas a las provincias del litoral y al Paraguay. La intención además era ocupar los rÃos interiores con sus escuadras, obligar a la “libre navegación” del Plata y sus afluentes y convertir a Montevideo en una factorÃa comercial para ambas potencias.
Con patriotismo, inteligencia y astucia, Rosas preparó la defensa cerrando el Paraná con baterÃas escalonadas a lo largo de sus costas para librar batalla contra sus agresores. La principal defensa se encontraba en la Vuelta de Obligado al norte de la ciudad de San Pedro. AllÃ, el General Lucio V. Mansilla hizo tender de costa a costa sobre 24 lanchones tres gruesas cadenas para impedir el paso de las embarcaciones y ocupó con dos mil hombres las trincheras y baterÃas emplazadas en el lugar.
Cuando los extranjeros avanzaron, Mansilla ordenó la defensa y proclamó a la tropa: “¡Allá los tenéis! Considerad el insulto que hacen a la soberanÃa de nuestra Patria al navegar, sin más tÃtulo que la fuerza, las aguas de un rÃo que recorre por el territorio de nuestro paÃs. ¡Pero no lo conseguirán impunemente! ¡Tremola en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verlo bajar de donde flamea!”.
Las bajas de los argentinos resultaron muchas por el heroÃsmo en la defensa de la posición y por la desproporción en el armamento, pero el hecho, demostrarÃa a los interventores que no podrÃan vencer, pues la guerra de resistencia serÃa franca e implacable.
Las noticias de las pérdidas comerciales sufridas por el convoy y los relatos de la hidalguÃa y bravura de los argentinos llegaron a Londres. Los tenedores de bonos de deuda argentina reclamaban el fin de la intervención para poder cobrar. Ante esta situación, los gobiernos extranjeros ordenaron el retiro inmediato e incondicional de sus escuadras en el Plata desagraviando al pabellón argentino con 21 cañonazos.
La victoria Argentina demostró que los triunfos no dependen de quien tenga más soldados y mayor poder de fuego, sino, de quien tenga la mas inteligente y ordenada estrategia, sin divisiones en el frente interno y llevando una excelente polÃtica exterior que explote las contradicciones del adversario.
lily desde p.r.