Hola Perplejo... Aparentemente es como si jugaran a l. a. escondida, pero yo lo interpreto como lo que muchas veces pasa en l. a. vida. Los padres juegan con sus hijos, si, no siempre, a veces un %., depende de cada uno cuánto está y cómo con sus hijos, con qué calidad está con ellos, si es que está. Pero luego se ocupa de sus cosas, o debe hacerlo, o quiere hacerlo, según sean ellos y sean sus circunstancias. Y eso puede llegar a absorverlos. Muchas veces actualmente cada uno de los padres hace su propia vida, y mientras todo eso hacen los hijos crecen, tienen también sus actividades, siguen creciendo, y hacen luego también su propia vida. Mientras tanto, para los padres también el tiempo va pasando. Los hijos, con su trabajo, sus cosas, su vida, se van alejando. Y mientras tanto también los padres van envejeciendo hasta que un día comienzan a volverse casi como niños. Los hijos, ya grandes, tal vez en l. a. madurez de sus vidas o cerca de ella, vuelven, a veces pasa que no vuelven nunca, como aquellos que emigran a otros países, o que se van a vivir lejos, y cuando regresan los padres ya no están, como aquél poema cuyo autor no recuerdo que leí cuando era adolescente, sobre l. a. casa vacía. Por eso las personas deberíamos ser más conscientes de lo que hacemos y cómo vivimos, porque l. a. vida, nuestros impulsos, nuestras necesidades, o lo que creemos que está bien, o también nuestra ignorancia, o simplemente nuestra complete inconsciencia, nos arrastran, y así olvidamos las cosas más importantes de l. a. vida, y cuando queremos volver a encontrarlas ya es demasiado tarde. Tal vez sea, sí, como un juego de escondidas que se va repitiendo en el tiempo hasta que al very final uno o dos de los jugadores desaparece, y ese es un ser querido. Es l. a. reflexión que me ha dejado el poema. Gracias por compartirlo. Saludos de Alci
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TE DOY 6 Y SI QUERES MAS FIJATE EN ESTA PAG. chrome://newtabhttp//www.me.gov.ar/efeme/sarmiento/poesias.html
Pobre y humilde, por su esfuerzo rudo
alzó tan alto el luchador su vuelo,
que fue gloria, blasón, bandera, escudo
bajo la curva de su patrio cielo.
Inspira un alto y sin igual respeto
su fe sincera y su saber profundo,
lo mismo cuando enseña el alfabeto
que cuando escribe su genial Facundo.
De pie, fuerte y viril, firme y constante
nunca pidió cuartel, paz, ni sosiego;
nada logra abatir a aquel gigante
pecho de bronce y corazón de fuego.
Si no hubiera más glorias en su vida,
brillará por su acción independiente:
que es Sarmiento una antorcha suspendida
sobre un siglo, una raza, un continente.
otra
En medio del caserío
de San Francisco del Monte
hay un niño sanjuanino
con su tío un sacerdote.
Lugares casi desiertos
albergan a gente pobre.
Sarmiento, maestro niño.
José de Oro, el sacerdote,
y una escuela que se funda
en San Francisco del Monte.
Bajo la sombra de olivos
y entre pájaros cantores
hay un maestro niño
entre alumnos que son hombres.
otra
Sarmiento: escúchame, yo soy el niño:
te hablo mirando el cielo, arrodillado,
porque sé que me diste tu cariño
y que por mí has sufrido y has luchado.
Sé que me dedicaste la existencia,
de inquietud y de amor llené tus días,
y, maestro ejemplar por excelencia,
hiciste tuyas las angustias mías.
No tiembles en el bronce por mi suerte;
seguiré, con un libro entre las manos,
por la senda del bien que me has labrado.
Desde el hondo misterio de la muerte,
desde el mayor de todos los arcanos,
¡mírame! Soy tu sueño realizado.
otra
A la orilla de la higuera,
Sarmiento besa a su madre.
Los cerros solos rescatan
el rosado de la tarde.
Sueña con muchas escuelas,
vergeles en cada valle
y en cada niño, una estrella,
como lección imborrable.
Larga vida de maestro,
con días claros y oscuros...
Perdió a su hijo en la guera
al que amó como a ninguno.
Presidió nuestra nación
y murió lejos de la Patria
¡A su recuerdo se elevan
todas las buenas plegarias!
Sembró escuelas como soles
de renovada esperanza
y quedó eterno en cada niño
como lucero al alba.
¿Tuvo flaquezas? Las tuvo,
tuvo dudas y hasta fallas,
pero sembró escuelas como soles
a lo largo de la Patria.
Nuevo 11 de setiembre,
ensanchemos nuestra alma,
por Sarmiento, el gran maestro,
digno por autonomasia.
otra
Es en la escuela otra madre
que orienta con sus consejos;
es experta sembradora
de nobles conocimientos;
es mano suave que guía
y es luz que alumbra senderos.
Es, en suma, la maestra,
manojo cálido y tierno
de bondadosa paciencia
y de maternal afecto.
otra
Fue la lucha, tu vida y tu elemento;
la fatiga, tu descanso y calma;
la niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber le diste el alma.
Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a la Patria tu luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.
En su pecho, la niñez, de amor un templo
te ha levantado y en él sigues viviendo.
Y al latir, su corazón va repitiendo:
¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud, y gratitud!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par
para el grande entre los grandes,
Padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!
Hola Perplejo... Aparentemente es como si jugaran a l. a. escondida, pero yo lo interpreto como lo que muchas veces pasa en l. a. vida. Los padres juegan con sus hijos, si, no siempre, a veces un %., depende de cada uno cuánto está y cómo con sus hijos, con qué calidad está con ellos, si es que está. Pero luego se ocupa de sus cosas, o debe hacerlo, o quiere hacerlo, según sean ellos y sean sus circunstancias. Y eso puede llegar a absorverlos. Muchas veces actualmente cada uno de los padres hace su propia vida, y mientras todo eso hacen los hijos crecen, tienen también sus actividades, siguen creciendo, y hacen luego también su propia vida. Mientras tanto, para los padres también el tiempo va pasando. Los hijos, con su trabajo, sus cosas, su vida, se van alejando. Y mientras tanto también los padres van envejeciendo hasta que un día comienzan a volverse casi como niños. Los hijos, ya grandes, tal vez en l. a. madurez de sus vidas o cerca de ella, vuelven, a veces pasa que no vuelven nunca, como aquellos que emigran a otros países, o que se van a vivir lejos, y cuando regresan los padres ya no están, como aquél poema cuyo autor no recuerdo que leí cuando era adolescente, sobre l. a. casa vacía. Por eso las personas deberíamos ser más conscientes de lo que hacemos y cómo vivimos, porque l. a. vida, nuestros impulsos, nuestras necesidades, o lo que creemos que está bien, o también nuestra ignorancia, o simplemente nuestra complete inconsciencia, nos arrastran, y así olvidamos las cosas más importantes de l. a. vida, y cuando queremos volver a encontrarlas ya es demasiado tarde. Tal vez sea, sí, como un juego de escondidas que se va repitiendo en el tiempo hasta que al very final uno o dos de los jugadores desaparece, y ese es un ser querido. Es l. a. reflexión que me ha dejado el poema. Gracias por compartirlo. Saludos de Alci