Estimados usuarios: No tengo ningún derecho en venir a reprocharles nada, pero pienso que si van a responder... respondan porque saben, y no sólo por venir a jugar y bromear con lo que una persona tiene realmente ganas de saber...
A nadie le gusta que en sus preguntas respondan con tonterías, ¿entonces por qué ustedes lo hacen? Hay una sección especial para chistes... bueno, también me disculpo por hacer este tipo de aclaración aquí, pero alguien tenía que hacerlo... ¡saludos a todos!
Aba (es mejor que Abba) es "padre" en arameo. Se escribe así: אבע
En hebreo es "Ab" y se escribe así: אב
El significado es sencillamente "padre", "papá".
En la antigüedad algunos solían llamarle a D-s como "Padre Celestial", "Padre Eterno", etcétera, tal como dice el Tehilim/Salmos 103.13: "Como el padre se compadece de los hijos, así se compadece el Eterno de los que le temen", a partir de la consideración de que todos somos hijos del Eterno:
Devarim/Deuteronomio 14.1: "Ustedes son Hijos del Eterno, vuestro D-s". Pero nada más.
ABBA significa PADRE de unas manera cariñosa compo decir PAPITO.
En el concepto hebreo la raiz de papa viene de fuente, porque el padre debe de tener la funcion de dar constantemente, de proveer a su familia, de dar amor a su esposa e hijos, de dar el sustento, de dar proteccion, etc.
Cuando el Señor Jesus dijo ABBA, lo que estaba diciendo era PAPITO.
Antes de el, nadie habia usado esa frase.
Ahora como dice Romanos, nosotros tenemos el espiritu de adopcion por el cual clamamos ABBA, PAPITO.
Abbá, es "Papá" en Arameo, lengua materna de Jesucristo. Es una forma íntima y amorosa de referirse al papá.
La palabra aparece tres veces en el Nuevo Testamento:
Marcos 14:36 "Y (Jesús) decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.»
Gálatas 4:6 "La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!"
Romanos 8:15 "Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre!"
Jesucristo se refiere a Dios como Abbá suyo que es. San Pablo enseña que Jesucristo, por su Cruz, nos da el Espíritu Santo que habita en nosotros y nos mueve a decir también con intimidad de amor "Abbá".
La palabra aramea ’ab·bá’ es la forma enfática o definida de ’av, y literalmente significa “oh, padre” o “el padre”. Era el nombre cariñoso que usaban los niños al referirse a sus padres, y combina algo de la intimidad de la palabra española “papá” con la dignidad de la palabra “padre”, de modo que es una expresión informal y a la vez respetuosa. Por lo tanto, más bien que un título, era una forma cariñosa de expresarse y una de las primeras palabras que un hijo aprendía a decir.
Esta palabra aramea aparece tres veces en las Escrituras, y siempre en su forma transliterada al griego, como también la transliteran la mayoría de las traducciones españolas. En todos los casos viene seguida inmediatamente de su traducción al griego ho pa·tḗr, cuyo significado literal es “el padre” o, usado como vocativo, “oh, padre”. Siempre se emplea con referencia al Padre celestial, Jehová.
Marcos registra que Jesús utilizó esta expresión al orar a Jehová Dios en el jardín de Getsemaní poco antes de su muerte, cuando dijo: “Abba, Padre, todas las cosas te son posibles; remueve de mí esta copa. No obstante, no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”. (Mr 14:36.) He aquí un ferviente ruego dirigido por un hijo a un padre amado, seguido inmediatamente de una afirmación de obediencia incondicional.
La palabra aramea ’ab‧bá’ es la forma enfática o definida de ’av, y literalmente significa “oh, padre” o “el padre”. Era el nombre cariñoso que usaban los niños al referirse a sus padres, y combina algo de la intimidad de la palabra española “papá” con la dignidad de la palabra “padre”, de modo que es una expresión informal y a la vez respetuosa. Por lo tanto, más bien que un título, era una forma cariñosa de expresarse y una de las primeras palabras que un hijo aprendía a decir.
Esta palabra aramea aparece tres veces en las Escrituras, y siempre en su forma transliterada al griego, como también la transliteran la mayoría de las traducciones españolas. En todos los casos viene seguida inmediatamente de su traducción al griego ho pa‧tḗr, cuyo significado literal es “el padre” o, usado como vocativo, “oh, padre”. Siempre se emplea con referencia al Padre celestial, Jehová.
Marcos registra que Jesús utilizó esta expresión al orar a Jehová Dios en el jardín de Getsemaní poco antes de su muerte, cuando dijo: “Abba, Padre, todas las cosas te son posibles; remueve de mí esta copa. No obstante, no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”. (Mr 14:36.) He aquí un ferviente ruego dirigido por un hijo a un padre amado, seguido inmediatamente de una afirmación de obediencia incondicional.
Las otras dos veces que aparece esta expresión es en las cartas de Pablo, en Romanos 8:15 y Gálatas 4:6. En ambos lugares se usa con relación a los cristianos a quienes se llama para que sean hijos de Dios engendrados por espíritu, y denota la intimidad de su relación con el Padre. Aunque son “esclavos de Dios” y “comprados por precio”, también son hijos en la casa de un Padre amoroso, condición de la que se les hace plenamente conscientes por medio del espíritu santo a través de su Señor Jesús. (Ro 6:22; 1Co 7:23; Ro 8:15; Gál 4:6.)
Más que una simple traducción al griego del vocablo arameo, hay quien ve en la yuxtaposición de las palabras ’Ab‧bá’ y “Padre” la confianza, intimidad y sumisión propias de un niño, junto con un aprecio maduro de la relación filial y sus responsabilidades. De estos textos parece desprenderse que en los tiempos apostólicos los cristianos usaban el término ’Ab‧bá’ en sus oraciones a Dios.
En los primeros siglos de la era común, la palabra ’Ab‧bá’ llegó a usarse como un título honorífico aplicado a los rabinos judíos, y en ese sentido se usa en el Talmud Babilonio (Berajot, cap. II, 16b). El que actuaba en calidad de vicepresidente del Sanedrín judío ya ostentaba el título ’Av, o Padre del Sanedrín. Posteriormente también se asignó este título a los obispos de las iglesias copta, etíope y siria, y, de manera más particular, llegó a ser el título del obispo de Alejandría, título que lo convirtió en el “papa” de esa parte de la Iglesia oriental. Las palabras españolas “abad” y “abadía” se derivan de la expresión aramea ’ab‧bá’. Jerónimo, el traductor de la Vulgata latina, objetó al uso que en su día se hacía del título “abad” para referirse a los monjes católicos, alegando que violaba las instrucciones de Jesús registradas en Mateo 23:9: “Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial”.
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Ya te contestaron Fran, Aba Padre, Aba Padre, es una bonita adoración, te la recomiendo.
Somos como niños clamando a nuestro Padre.
DTB
ilse
Estimados usuarios: No tengo ningún derecho en venir a reprocharles nada, pero pienso que si van a responder... respondan porque saben, y no sólo por venir a jugar y bromear con lo que una persona tiene realmente ganas de saber...
A nadie le gusta que en sus preguntas respondan con tonterías, ¿entonces por qué ustedes lo hacen? Hay una sección especial para chistes... bueno, también me disculpo por hacer este tipo de aclaración aquí, pero alguien tenía que hacerlo... ¡saludos a todos!
Aba (es mejor que Abba) es "padre" en arameo. Se escribe así: אבע
En hebreo es "Ab" y se escribe así: אב
El significado es sencillamente "padre", "papá".
En la antigüedad algunos solían llamarle a D-s como "Padre Celestial", "Padre Eterno", etcétera, tal como dice el Tehilim/Salmos 103.13: "Como el padre se compadece de los hijos, así se compadece el Eterno de los que le temen", a partir de la consideración de que todos somos hijos del Eterno:
Devarim/Deuteronomio 14.1: "Ustedes son Hijos del Eterno, vuestro D-s". Pero nada más.
Saludos.
ABBA viene del hebre AB que significa FUENTE.
ABBA significa PADRE de unas manera cariñosa compo decir PAPITO.
En el concepto hebreo la raiz de papa viene de fuente, porque el padre debe de tener la funcion de dar constantemente, de proveer a su familia, de dar amor a su esposa e hijos, de dar el sustento, de dar proteccion, etc.
Cuando el Señor Jesus dijo ABBA, lo que estaba diciendo era PAPITO.
Antes de el, nadie habia usado esa frase.
Ahora como dice Romanos, nosotros tenemos el espiritu de adopcion por el cual clamamos ABBA, PAPITO.
Abbá, es "Papá" en Arameo, lengua materna de Jesucristo. Es una forma íntima y amorosa de referirse al papá.
La palabra aparece tres veces en el Nuevo Testamento:
Marcos 14:36 "Y (Jesús) decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.»
Gálatas 4:6 "La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!"
Romanos 8:15 "Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre!"
Jesucristo se refiere a Dios como Abbá suyo que es. San Pablo enseña que Jesucristo, por su Cruz, nos da el Espíritu Santo que habita en nosotros y nos mueve a decir también con intimidad de amor "Abbá".
Significa papi o padrecito, es como un balbuceo de niño pequeño que tiene una total confianza en su papá.
Significa Papito o Papi como dicen los niños a sus papas. Papi Padre
Sgnifica Padre Nuestro y es la unica palabra en Arameo dentro del Evangelio
"papá papito"
La palabra aramea ’ab·bá’ es la forma enfática o definida de ’av, y literalmente significa “oh, padre” o “el padre”. Era el nombre cariñoso que usaban los niños al referirse a sus padres, y combina algo de la intimidad de la palabra española “papá” con la dignidad de la palabra “padre”, de modo que es una expresión informal y a la vez respetuosa. Por lo tanto, más bien que un título, era una forma cariñosa de expresarse y una de las primeras palabras que un hijo aprendía a decir.
Esta palabra aramea aparece tres veces en las Escrituras, y siempre en su forma transliterada al griego, como también la transliteran la mayoría de las traducciones españolas. En todos los casos viene seguida inmediatamente de su traducción al griego ho pa·tḗr, cuyo significado literal es “el padre” o, usado como vocativo, “oh, padre”. Siempre se emplea con referencia al Padre celestial, Jehová.
Marcos registra que Jesús utilizó esta expresión al orar a Jehová Dios en el jardín de Getsemaní poco antes de su muerte, cuando dijo: “Abba, Padre, todas las cosas te son posibles; remueve de mí esta copa. No obstante, no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”. (Mr 14:36.) He aquí un ferviente ruego dirigido por un hijo a un padre amado, seguido inmediatamente de una afirmación de obediencia incondicional.
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La palabra aramea ’ab‧bá’ es la forma enfática o definida de ’av, y literalmente significa “oh, padre” o “el padre”. Era el nombre cariñoso que usaban los niños al referirse a sus padres, y combina algo de la intimidad de la palabra española “papá” con la dignidad de la palabra “padre”, de modo que es una expresión informal y a la vez respetuosa. Por lo tanto, más bien que un título, era una forma cariñosa de expresarse y una de las primeras palabras que un hijo aprendía a decir.
Esta palabra aramea aparece tres veces en las Escrituras, y siempre en su forma transliterada al griego, como también la transliteran la mayoría de las traducciones españolas. En todos los casos viene seguida inmediatamente de su traducción al griego ho pa‧tḗr, cuyo significado literal es “el padre” o, usado como vocativo, “oh, padre”. Siempre se emplea con referencia al Padre celestial, Jehová.
Marcos registra que Jesús utilizó esta expresión al orar a Jehová Dios en el jardín de Getsemaní poco antes de su muerte, cuando dijo: “Abba, Padre, todas las cosas te son posibles; remueve de mí esta copa. No obstante, no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”. (Mr 14:36.) He aquí un ferviente ruego dirigido por un hijo a un padre amado, seguido inmediatamente de una afirmación de obediencia incondicional.
Las otras dos veces que aparece esta expresión es en las cartas de Pablo, en Romanos 8:15 y Gálatas 4:6. En ambos lugares se usa con relación a los cristianos a quienes se llama para que sean hijos de Dios engendrados por espíritu, y denota la intimidad de su relación con el Padre. Aunque son “esclavos de Dios” y “comprados por precio”, también son hijos en la casa de un Padre amoroso, condición de la que se les hace plenamente conscientes por medio del espíritu santo a través de su Señor Jesús. (Ro 6:22; 1Co 7:23; Ro 8:15; Gál 4:6.)
Más que una simple traducción al griego del vocablo arameo, hay quien ve en la yuxtaposición de las palabras ’Ab‧bá’ y “Padre” la confianza, intimidad y sumisión propias de un niño, junto con un aprecio maduro de la relación filial y sus responsabilidades. De estos textos parece desprenderse que en los tiempos apostólicos los cristianos usaban el término ’Ab‧bá’ en sus oraciones a Dios.
En los primeros siglos de la era común, la palabra ’Ab‧bá’ llegó a usarse como un título honorífico aplicado a los rabinos judíos, y en ese sentido se usa en el Talmud Babilonio (Berajot, cap. II, 16b). El que actuaba en calidad de vicepresidente del Sanedrín judío ya ostentaba el título ’Av, o Padre del Sanedrín. Posteriormente también se asignó este título a los obispos de las iglesias copta, etíope y siria, y, de manera más particular, llegó a ser el título del obispo de Alejandría, título que lo convirtió en el “papa” de esa parte de la Iglesia oriental. Las palabras españolas “abad” y “abadía” se derivan de la expresión aramea ’ab‧bá’. Jerónimo, el traductor de la Vulgata latina, objetó al uso que en su día se hacía del título “abad” para referirse a los monjes católicos, alegando que violaba las instrucciones de Jesús registradas en Mateo 23:9: “Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial”.
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