En el tercer milenio antes de nuestra era, China contaba ya con una sólida tradición literaria y de escritura. Los materiales que utilizaban los escribas chinos, a diferencia de los usados en Egipto, eran el hueso, la concha de tortuga y principalmente las tablillas de madera. Para escribir en éstas se utilizaba un estilo.
Actualmente contamos con pocos vestigios de lo escrito en madera, debido a la gran quema de libros que en el siglo III a. de n. e., ordenó el emperador Ts´in Huang Ti, en la que se perdieron, según se dice, más de dos millones de textos.
El material que sustituyó a la madera fue la seda, sobre la cual se escribía utilizando un pincel de pelo de camello o bien una pluma de bambú, mismos que se remojaban con diversos tipos de tinta. Posteriormente, y como se verá más adelante, fueron los inventores del papel de nuestros días.
La invención del papel
Mientras en Occidente el papiro y el pergamino se disputaban la supremacía como materiales de escritura, en China se preparaba una invención que revolucionaría la cultura de la humanidad.
El uso de la seda como material de escritura planteaba el serio inconveniente de ser muy costosa. En consecuencia, se probaron otros métodos para producir materiales más baratos.
El problema se resolvió en el año 105 de nuestra era, cuando T´sai Lun, utilizando como materia prima cortezas vegetales, restos de tejidos de algodón y otras fibras, creó una pasta muy fina que una vez seca y pulida daría lugar al papel. El invento tuvo éxito inmediato y su uso se extendió rápidamente por todo el imperio. El secreto de su fabricación se preservó durante setecientos años, pero a fines del siglo VIII los árabes consiguieron develarlo, de tal suerte que hacia el año 1100 el papel fue conocido en el mundo occidental.
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era un papiro hecho de arroz que aun hoy en dia se utiliza
Primero en tablillas de junco, después en papel.
China: La cuna del papel
En el tercer milenio antes de nuestra era, China contaba ya con una sólida tradición literaria y de escritura. Los materiales que utilizaban los escribas chinos, a diferencia de los usados en Egipto, eran el hueso, la concha de tortuga y principalmente las tablillas de madera. Para escribir en éstas se utilizaba un estilo.
Actualmente contamos con pocos vestigios de lo escrito en madera, debido a la gran quema de libros que en el siglo III a. de n. e., ordenó el emperador Ts´in Huang Ti, en la que se perdieron, según se dice, más de dos millones de textos.
El material que sustituyó a la madera fue la seda, sobre la cual se escribía utilizando un pincel de pelo de camello o bien una pluma de bambú, mismos que se remojaban con diversos tipos de tinta. Posteriormente, y como se verá más adelante, fueron los inventores del papel de nuestros días.
La invención del papel
Mientras en Occidente el papiro y el pergamino se disputaban la supremacía como materiales de escritura, en China se preparaba una invención que revolucionaría la cultura de la humanidad.
El uso de la seda como material de escritura planteaba el serio inconveniente de ser muy costosa. En consecuencia, se probaron otros métodos para producir materiales más baratos.
El problema se resolvió en el año 105 de nuestra era, cuando T´sai Lun, utilizando como materia prima cortezas vegetales, restos de tejidos de algodón y otras fibras, creó una pasta muy fina que una vez seca y pulida daría lugar al papel. El invento tuvo éxito inmediato y su uso se extendió rápidamente por todo el imperio. El secreto de su fabricación se preservó durante setecientos años, pero a fines del siglo VIII los árabes consiguieron develarlo, de tal suerte que hacia el año 1100 el papel fue conocido en el mundo occidental.
Escribían y aún existe ese estilo, en una papiro confeccionado a base de arroz