Salve, dichosa y ubérrima tierra.

Hoy tus hijos queremos cantar.

Este canto alegre y brillante,

Con divino amor maternal.

Sembramos oro cosechamos futuro,

Proporcionamos la forma de avanzar;

De la tierra recogemos el fruto y

Dejamos estelas en la mar.

Habitantes de todas las regiones,

Entonemos un canto de amistad,

Y unamos así los corazones,

Para hacer nuestros sueños realidad.

El ITECO, pionero en la batalla,

Desafiando camino y tempestad;

Manantial donde brota la enseñanza,

¡Oh! Cantera de amor y bienestar.

De la tierra recogemos el fruto

Y dejamos estelas en la mar (Tres Veces)