reflexión es el acto de reflejar
reflexivilidad actuar, hablar, obrar utilizando el cerebro o bién sea pensando
La ponencia realiza una reflexión sobre la importancia que adquiere hoy en día en las ciencias
sociales el uso de enfoques cualitativos para el estudio de las desigualdades sociales y
económicas. El argumento gira en torno a la necesidad de fundamentar una posición crítica,
tanto en términos teórico-metodológicos como normativos, frente a las desigualdades. Lo cual
implica la necesidad de hacer una aguda lectura de las desigualdades no sólo entendidas como
un sistema de diferencias centrados en el ingreso (como sistemas funcionales de posiciones de
clase y adscripción), sino como sistemas complejos compuestos por situaciones de exclusión,
discriminación y explotación. El trabajo termina con una reflexión de lo que esta postura
implica para el caso de evaluaciones de políticas públicas desde metodologías cualitativas.
2. Supuestos teórico-metodológicos
Partimos del supuesto de que la pobreza es un concepto que no puede seguir definirse a partir
de la carencia económica (medición de satisfactores económicos o de servicios públicos) sino
que debe ser entendida como un concepto histórico-social de naturaleza relacional que nos
permita comprender un determinado sistema de desigualdades sociales y económicas. Creemos
que toda teoría de la pobreza antes de realizar una lectura estructural de la realidad debe hacer
un acercamiento crítico a esa realidad; lo cual, en cierto modo, significaría para la teoría generar
algunos principios normativos para pensar la precariedad, principios por ahora ausentes debido
a su naturaleza marcadamente positiva
2
Desde esta forma de plantear el problema del conocimiento de la carencia resulta conveniente
usar acercamientos cualitativos. Entendiendo por éstos al conjunto de estrategias espistémicas,
teórico-metodológicas y pragmáticas-tecnológicas, que tienen como principio de construcción
la comprensión de la acción social y que, para llevar a cabo esta tarea usan como herramientas
nociones como lo subjetivo y la reflexibilidad.
3. Desigualdades sociales y económicas en la vida activa
Qué se puede ver desde un método cualitativo cuando estudiamos las desigualdades y
específicamente eso que llamamos “pobreza”. En primer lugar se trata de un acercamiento
transversal de la realidad histórica, es decir, en donde se conoce la vida de los sujetos sociales
construyendo su vida cotidiana, entendida como aquel espacio-tiempo donde se confrontan
como sujetos históricos o, en otras palabras, en donde construyen sus relaciones sociales a
partir de una situación de historicidad, como horizonte histórico.
La vida cotidiana la entendemos, desde un punto de vista filosófico humanista, como vida
activa1 (Hannah Arendt), la cual implica tres grandes esfera de la construcción de lo humano y
lo social: la esfera de lo económico (donde se produce valor), la esfera de la vida misma o labor
(donde se reproduce la vida bajo criterios desmercantilizados y por tanto donde no se produce
valor económico2) y la esfera de la acción política o agencia (en donde se crean y negocian las
relaciones de poder de la sociedad).
Esta perspectiva transversal para observar la vida cotidiana como vida activa, abre múltiples
posibilidades para comprensión de lo social, quiero decir, permite una lectura en fino de la
relación entre estructura social y acción social: cómo las estructuras de lo social gatillan la
acción de los sujetos y viceversa cómo ésta construye a las estructuras e instituciones sociales
(Giddens y de alguna manera Bourdieu).
1 El concepto de vida activa pone el acento de la condición humana de la acción social, y lo hace al
recalcar la existencia de un espacio desmercantilizado que resulta el fundamento para la reproducción
de lo humano. En este sentido esta concepción es muy opuesta a la noción de Marx del hombre total, la
cual siempre quedó determinada por la esfera económica.
2 Quizá esta esfera es todavía más específica en su dimensión y profundidad que la noción de mundo de
vida de Habermas.
3
Ahora bien, lo importante en este planteamiento es considerar que las desigualdades están en el
mundo de la vida en general (y como hemos delimitado específicamente en el mundo de la
labor) y no solamente en el mundo del trabajo o la esfera económica, o en el mundo de la
agencia o esfera política.
Las desigualdades sociales y económicas se encuentran de manera decisiva, arraigadas, en todos
aquellos actos que constituyen la vida activa de las personas y colectivos; por un lado, se
encuentran en los procesos productivos como relaciones sociales de apropiación de los
excedentes económicos, o explotación, lo cual sucede tanto en los procesos productivos como
en los procesos de circulación, tanto en las economías domésticas como en las economías de
escala globalizadas3.
Por otro lado, están en todos aquellos procesos sociales que construyen molecularmente la
esfera de labor, todos aquellos actos que no producen valor económico y que tienen una
función en la reproducción y mantenimiento de la vida desde una perspectiva amplia (vida-dela-
vida, según Morin). Quizá es en este momento y espacio de lo social es donde las
desigualdades son más importantes a la hora de construir a los individuos y a los sujetos
sociales, así por ejemplo, los procesos de discriminación (entendidos como ideología o
prejuicio que a través de un mecanismo de estigma social evidencian negativamente las
características físicas o culturales de las personas o colectivos) se vuelven determinantes en la
forma en que se construye la acción, las instituciones y las formas culturales de la vida y se
filtran entonces en toda la praxis de la reproducción y cuidado de la vida impactando tanto la
constitución de lo social, como la constitución de lo individual.
Las desigualdades en esfera de la labor aparecen en toda su intensidad los fenómenos de
exclusión, entendidos como cierre social absoluto, en donde ciertos individuos y colectivos
quedan al margen de procesos tales como el desarrollo, las oportunidades de participar en los
3 La sociología clásica al hablar de explotación trabajó, básicamente, con el concepto de clase, en
particular la sociología marxista, pero habría que reconocer que los procesos de explotación son
colindantes no sola a las clases sociales, al respecto habría que ir más allá, pues las relaciones de
explotación son antecedente y consecuencia de las relaciones asimétricas entre géneros, razas, y edades,
entre otros ordenes de relaciones sociales.
4
mercados, la distribución de los bienes públicos. Y que decir de la manera en que los procesos
de explotación impactan la socialidad dentro de la familia o la comunidad.
De esta forma las desigualdades por discriminación y exclusión, las cuales funcionan muchas
veces a un nivel estructural, dan como resultado en el mundo de la labor a la violencia
estructural y física (que implican actos de sumisión al poder hasta procesos de exterminio
racial, por ejemplo), pero también pueden generar estrategias sociales en donde se construyen
movimientos de resistencia, contra hegemonía y autonomía, los cuales ya pertenecen
semánticamente a la esfera de la agencia de lo social.
Una tercera dimensión de lo social o esfera de lo político, también llamada en este trajo la
esfera de la agencia, las desigualdades se dejan ver como fenómenos específicamente relativos a
la dominación-no dominación; de esta forma aparecen una serie de acciones sociales
encaminadas a producir, por una lado, principios de acción frente al poder establecido y sus
instituciones, en una surte de dialéctica de la lucha por los espacios de poder. Este tipo de
acciones pueden ser de tipo normativo, jurídico, de sentido común, y que a un nivel de las
representaciones colectivas actúan y se constituyen como ideologías bien definidas, incluso con
una pragmática específica, que vienen a ser grandes nociones que funcionan como
significaciones imaginaras sociales: como corrientes de sensibilidad social, si se quiere, que
guiarán expresiones de la acción social frente al estado, el mercado e inclusive frente a otras
organizaciones o sujetos sociales antagónicos. Los imaginarios políticos son una de las
realidades sociales más complejas de nuestros días ya que se nutren, además, de un ambiente
dominado por los discursos de los mass media y por un medio social, que por lo menos en los
países en desarrollo, se caracteriza por la desesperanza y el descrédito de los sujetos e
instituciones políticas, dando como resultado movimientos sociales que construyen objetivos
sociales ambiguos contradictorios y muchas veces autoritarios, en donde la autonomía es
confundida con procesos de subordinación ante el estado o ante los actores más poderosos del
mercado.
4. Acercamientos cualitativos y procesos micro-sociales del riego y la precariedad
Como se puede ver los acercamientos cualitativos, aquellos que miran de cerca la vida activa de
manera transversal, son extremadamente ricos en posibilidades para conocer y comprender la
5
acción social de los sujetos sociales en desventaja y en situación de riesgo. Desde esta
perspectiva de complejidad las definiciones, teorizaciones e intervenciones técnicas centradas
en la pobreza como satisfacción de necesidades económicas y materiales tienden a ser,
evidentemente, poco satisfactorias para este fin; ya que al realizar un recorte de la realidad
desde un orden estadístico (en términos de variables paramétricas) se impide la visibilidad de la
construcción dinámica de lo social desde, entre y por las desigualdades históricas y
contemporáneas construidas y refuncionalizadas por las maquinarias estatales y el mercado,
también impiden, entonces, el surgimiento de un pensamiento y una sensibilidad en torno a lo
ordinario que permita comprender el sentido de la precariedad humana ante la modernidad, o
lo que podemos denominar el sentido de la vulnerabilidad social, entendida esta última como
riesgo de la condición humana ante los eventos diversos de la modernidad y sus estrategias de
modernización.
En fin, las teorías de la pobreza contemporáneas, creemos, no permiten comprender y
observar en toda su extensión el cómo las desigualdades son una de las principales
coordenadas que construyen lo social en sus esferas económica, mundo de vida y política.
Los métodos cualitativos no positivistas, sobre todo las versiones etnográficas
contemporáneas, al realizar incursiones en el mundo de vida de manera transversal utilizando
un principio de reflexibilidad, entendido como actitud de acercamiento y sensibilidad que se
caracteriza por un repensar ético-político de la realidad y de lo otro como espejo humano de sí
mismo, ayudan a pensar en forma crítica el cómo desde los individuos y actores sociales se
construye y viven socialmente el riesgo, la precariedad, la violencia y la inequidad social y
económica. A través de acercamientos etnográficos, historias de vida, entrevistas a
profundidad, mesas de discusión es posible arribar a una sensibilidad específica frente a las
desigualdades, que no es otra cosa que una manera de pensar el mundo políticamente; tal
sensibilidad parte de los momentos críticos de la vida de los sujetos sociales, los cuales son
expresados desde una narrativa existencial, desde un estar-aquí que expresa una serie de
impactos en su vida y en su grupo social inmediato. El material cualitativo se convierte en un
dato con sentido sustantivo, por tanto construido desde posturas éticas concretas, o sea, desde
la reflexibilidad de los sujetos que participan en los procesos investigativos.
6
Con los acercamientos metodológicos y diseños cualitativos es posible acuñar nuevos objetos
de estudio, tales como: la construcción de experiencias colectivas de autonomía política, el
cómo se construyen y constituyen esferas de acción públicas frente a los poderes del estado y
el mercado; de qué manera las relaciones sociales dentro de la familia y la comunidad pueden
afectar el desempeño escolar; cómo es que las familias en una situación de vulnerabilidad
puede usar el medio ecológico para salir al paso, cómo en situaciones de desventaja se
construye la ciudad, etc.
5. Evaluación de políticas sociales como reflexión del sentido de los procesos de la
modernidad
Los acercamientos cuali tienen enormes implicaciones a la hora de estudiar el impacto de las
políticas públicas a través de sus muy diversos programas asistenciales. Lo primero es colocar a
estas estrategias y formas de organización en la vida cotidiana, lo cual significa leerlas desde la
acción social de los actores que las producen y reproducen. De esta forma se convierten en
estrategias metodológicas descentradas de la organización gubernamental, dejando espacio a la
pregunta sobre lo que pasa en la realidad vs. a lo escrito en los documentos oficiales y de
planeación.
Una evaluación desde esta perspectiva al tener como objetivo el estudio transversal de un
programa concreto, se debe preguntar por el cómo los programas gubernamentales se filtran
en el tejido social, y al hacerlo generan complejos procesos de acción que comienzan a
construir formas de reproducir la vida dentro en y a los bordes de los procesos de desigualdad,
lo cual significa echar una mirada a la densidad de los micro-procesos moleculares de la acción:
construcción social de grupos organizados de colonos, campesinos, jefas de familia, grupos de
padres de familia en las escuelas, grupos de trabajo comunitario y solidario, etc.; grupos
sociales que tejen sus redes sociales en torno a los programas gubernamentales, comenzando
con ello procesos de proxemia, negociación, reacción, asimilación a sus componentes, o que se
convierten semánticamente en parte de la organización de los mismos programas.
De esta manera los programas sociales aparecen como una densa red de relaciones en donde se
ha construido una socialización específica signada por la deriva, es decir, los procesos de la
acción son indeterminados y más bien adquieren significado en relación a los contextos
7
culturales, políticos y económicos en los que se encuentran inmersos. De esta manera los
programas gubernamentales son perneados en forma significativa por fenómenos como las
campañas electorales de los partidos políticos, las cuales tienen una definición política última
en relación a lo local, los procesos de desarrollo económico impulsados desde el estado y por
los procesos económicos impulsados por el mercado, por las relaciones territoriales entre
regiones y comunidades; pero también, y esto es lo importante de subrayar, son permeados
por la porosidad de las relaciones históricas de dominación y explotación tejidas entre las
relaciones desiguales y asimétricas entre regiones, comunidades, barrios, así como entre clases
sociales, razas, culturas y subculturas.
El tema del conflicto, y su derivado, las formas de la violencia social, aparecen como un
entramado denso, fragmentado por multitud de historias, pero en una especie de unidad de
sentido debido a su naturaleza de historicidad: debido a su proceso de autoconstrucción social,
que aparece ante el investigador como memoria colectiva, y la cual se decanta a su vez en
conjuntos de imaginarios sociales que contienen el significado del estigma social, pero también
que contienen el significado de lo que debe ser el sujeto social, es decir, el sentido de cuál su
fututo o sin fututo, cuál su estrategia de salida, cuáles sus respuestas frente al poder del estado,
cuáles sus opciones frente a las oportunidades o no oportunidades del mercado, y sobre el
significado del mantenimiento del grupo social.
La desigualdad abordada desde perspectivas cualitativas se comprende como momento de
diálogo con lo social que presenta su sentido último: aparecen las coordenadas sociales que
construyen las instituciones locales, comunitarias y de las matrias del campo y la ciudad:
aparecen los principios de la socialidad entendidos como reglas para la vida y su reproducción,
en donde lo económico pierde sentido desde una perspectiva meramente instrumental y
adquiere sentido como parte de la esfera de la labor, o sea, el producto del trabajo adquiere
significado como esfuerzo para mantener la vida, la familia, la comunidad, el barrio, y todos
aquellos procesos que son el fundamento de la alegría, la fiesta, la religiosidad, la amistad entre
iguales: el gasto. Lo económico desde esta lectura descentrada de la racionalidad instrumental
se convierte de esta manera en un sendero para lo social en un sentido amplio, en autopoiesis de
la vida sin valor económico en sí mismo pero con valor sustantivo para mantener la vida y la
vida activa de los individuos, los cuales a través de su acción reflexiva se comprenden como
8
género y contemporaneidad dentro de los sujetos colectivos a los que pertenecen, como
identidad y subjetividad reflexiva dentro de su procesos de historicidad: de su relación con la
historia.
Por su parte la política se convierte en un juego de poderes micro-moleculares en donde las
decisiones y racionalidades que las guían se convierten en principios de acción éticamente
sustantivos y que, normalmente, se fundamentan en la necesidad de conservar las formas
esenciales de lo social subjetivamente construidas y las cuales son también de naturaleza
histórica-cultural. Esto implica que el poder vertical del estado, sus instituciones y agentes,
aparecen como una parte intrínseca pero no única de las realidades micro-sociológicas del
poder, son, en todo caso, una subestructura oblicua y muchas veces ambigua en sociedades
donde los partidos políticos y la clase política vive en el descrédito moral. El estado y sus
organizaciones concretas aparecen como una especie de estructura refractaria, frente a la
socialidad política que se práctica en la vida cotidiana de las ciudades y sus submetrópolis
empobrecidas y marginadas del desarrollo, así como en los núcleos campesinos rurales o en los
espacios de pequeños productores agrícolas.
Evaluar políticas sociales desde una perspectiva costo-beneficios o desde una concepción
vertical, endógena, de las “políticas públicas”, usando como criterio de cientificidad y como
instrumento de medición estadístico el concepto de pobreza produce, normalmente, reportes
de la realidad marginada, pobre o vulnerable que son retóricamente funcionales a los intereses
del estado o las grandes corporaciones financiadoras del desarrollo (véase el ejemplo de los
índices de pobreza, desarrollo humano, o de marginación en sus diversas versiones); así, estas
estrategias generan versiones discursivas de la realidad tranquilizadoras, de ahí su
conservadurismo y su anodina desmemoria y actitud ética; son discursos conservadores por
que no dan cuenta de los procesos de construcción micro-social del conflicto-violencia que
existe en la vida cotidiana en torno, sobre y de forma refuncionalizada en los procesos de
desigualdad histórica producidos por las políticas de los estados nacionales, por los procesos
de globalización económica, así como por los complejos procesos que los mercados en sus
diversas facetas generan: explotación, discriminación y exclusión social y económica.
URL: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdf...
bilidad.
ón.
vidad.
es logico ¿no?
suerte bye
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reflexión es el acto de reflejar
reflexivilidad actuar, hablar, obrar utilizando el cerebro o bién sea pensando
La ponencia realiza una reflexión sobre la importancia que adquiere hoy en día en las ciencias
sociales el uso de enfoques cualitativos para el estudio de las desigualdades sociales y
económicas. El argumento gira en torno a la necesidad de fundamentar una posición crítica,
tanto en términos teórico-metodológicos como normativos, frente a las desigualdades. Lo cual
implica la necesidad de hacer una aguda lectura de las desigualdades no sólo entendidas como
un sistema de diferencias centrados en el ingreso (como sistemas funcionales de posiciones de
clase y adscripción), sino como sistemas complejos compuestos por situaciones de exclusión,
discriminación y explotación. El trabajo termina con una reflexión de lo que esta postura
implica para el caso de evaluaciones de políticas públicas desde metodologías cualitativas.
2. Supuestos teórico-metodológicos
Partimos del supuesto de que la pobreza es un concepto que no puede seguir definirse a partir
de la carencia económica (medición de satisfactores económicos o de servicios públicos) sino
que debe ser entendida como un concepto histórico-social de naturaleza relacional que nos
permita comprender un determinado sistema de desigualdades sociales y económicas. Creemos
que toda teoría de la pobreza antes de realizar una lectura estructural de la realidad debe hacer
un acercamiento crítico a esa realidad; lo cual, en cierto modo, significaría para la teoría generar
algunos principios normativos para pensar la precariedad, principios por ahora ausentes debido
a su naturaleza marcadamente positiva
2
Desde esta forma de plantear el problema del conocimiento de la carencia resulta conveniente
usar acercamientos cualitativos. Entendiendo por éstos al conjunto de estrategias espistémicas,
teórico-metodológicas y pragmáticas-tecnológicas, que tienen como principio de construcción
la comprensión de la acción social y que, para llevar a cabo esta tarea usan como herramientas
nociones como lo subjetivo y la reflexibilidad.
3. Desigualdades sociales y económicas en la vida activa
Qué se puede ver desde un método cualitativo cuando estudiamos las desigualdades y
específicamente eso que llamamos “pobreza”. En primer lugar se trata de un acercamiento
transversal de la realidad histórica, es decir, en donde se conoce la vida de los sujetos sociales
construyendo su vida cotidiana, entendida como aquel espacio-tiempo donde se confrontan
como sujetos históricos o, en otras palabras, en donde construyen sus relaciones sociales a
partir de una situación de historicidad, como horizonte histórico.
La vida cotidiana la entendemos, desde un punto de vista filosófico humanista, como vida
activa1 (Hannah Arendt), la cual implica tres grandes esfera de la construcción de lo humano y
lo social: la esfera de lo económico (donde se produce valor), la esfera de la vida misma o labor
(donde se reproduce la vida bajo criterios desmercantilizados y por tanto donde no se produce
valor económico2) y la esfera de la acción política o agencia (en donde se crean y negocian las
relaciones de poder de la sociedad).
Esta perspectiva transversal para observar la vida cotidiana como vida activa, abre múltiples
posibilidades para comprensión de lo social, quiero decir, permite una lectura en fino de la
relación entre estructura social y acción social: cómo las estructuras de lo social gatillan la
acción de los sujetos y viceversa cómo ésta construye a las estructuras e instituciones sociales
(Giddens y de alguna manera Bourdieu).
1 El concepto de vida activa pone el acento de la condición humana de la acción social, y lo hace al
recalcar la existencia de un espacio desmercantilizado que resulta el fundamento para la reproducción
de lo humano. En este sentido esta concepción es muy opuesta a la noción de Marx del hombre total, la
cual siempre quedó determinada por la esfera económica.
2 Quizá esta esfera es todavía más específica en su dimensión y profundidad que la noción de mundo de
vida de Habermas.
3
Ahora bien, lo importante en este planteamiento es considerar que las desigualdades están en el
mundo de la vida en general (y como hemos delimitado específicamente en el mundo de la
labor) y no solamente en el mundo del trabajo o la esfera económica, o en el mundo de la
agencia o esfera política.
Las desigualdades sociales y económicas se encuentran de manera decisiva, arraigadas, en todos
aquellos actos que constituyen la vida activa de las personas y colectivos; por un lado, se
encuentran en los procesos productivos como relaciones sociales de apropiación de los
excedentes económicos, o explotación, lo cual sucede tanto en los procesos productivos como
en los procesos de circulación, tanto en las economías domésticas como en las economías de
escala globalizadas3.
Por otro lado, están en todos aquellos procesos sociales que construyen molecularmente la
esfera de labor, todos aquellos actos que no producen valor económico y que tienen una
función en la reproducción y mantenimiento de la vida desde una perspectiva amplia (vida-dela-
vida, según Morin). Quizá es en este momento y espacio de lo social es donde las
desigualdades son más importantes a la hora de construir a los individuos y a los sujetos
sociales, así por ejemplo, los procesos de discriminación (entendidos como ideología o
prejuicio que a través de un mecanismo de estigma social evidencian negativamente las
características físicas o culturales de las personas o colectivos) se vuelven determinantes en la
forma en que se construye la acción, las instituciones y las formas culturales de la vida y se
filtran entonces en toda la praxis de la reproducción y cuidado de la vida impactando tanto la
constitución de lo social, como la constitución de lo individual.
Las desigualdades en esfera de la labor aparecen en toda su intensidad los fenómenos de
exclusión, entendidos como cierre social absoluto, en donde ciertos individuos y colectivos
quedan al margen de procesos tales como el desarrollo, las oportunidades de participar en los
3 La sociología clásica al hablar de explotación trabajó, básicamente, con el concepto de clase, en
particular la sociología marxista, pero habría que reconocer que los procesos de explotación son
colindantes no sola a las clases sociales, al respecto habría que ir más allá, pues las relaciones de
explotación son antecedente y consecuencia de las relaciones asimétricas entre géneros, razas, y edades,
entre otros ordenes de relaciones sociales.
4
mercados, la distribución de los bienes públicos. Y que decir de la manera en que los procesos
de explotación impactan la socialidad dentro de la familia o la comunidad.
De esta forma las desigualdades por discriminación y exclusión, las cuales funcionan muchas
veces a un nivel estructural, dan como resultado en el mundo de la labor a la violencia
estructural y física (que implican actos de sumisión al poder hasta procesos de exterminio
racial, por ejemplo), pero también pueden generar estrategias sociales en donde se construyen
movimientos de resistencia, contra hegemonía y autonomía, los cuales ya pertenecen
semánticamente a la esfera de la agencia de lo social.
Una tercera dimensión de lo social o esfera de lo político, también llamada en este trajo la
esfera de la agencia, las desigualdades se dejan ver como fenómenos específicamente relativos a
la dominación-no dominación; de esta forma aparecen una serie de acciones sociales
encaminadas a producir, por una lado, principios de acción frente al poder establecido y sus
instituciones, en una surte de dialéctica de la lucha por los espacios de poder. Este tipo de
acciones pueden ser de tipo normativo, jurídico, de sentido común, y que a un nivel de las
representaciones colectivas actúan y se constituyen como ideologías bien definidas, incluso con
una pragmática específica, que vienen a ser grandes nociones que funcionan como
significaciones imaginaras sociales: como corrientes de sensibilidad social, si se quiere, que
guiarán expresiones de la acción social frente al estado, el mercado e inclusive frente a otras
organizaciones o sujetos sociales antagónicos. Los imaginarios políticos son una de las
realidades sociales más complejas de nuestros días ya que se nutren, además, de un ambiente
dominado por los discursos de los mass media y por un medio social, que por lo menos en los
países en desarrollo, se caracteriza por la desesperanza y el descrédito de los sujetos e
instituciones políticas, dando como resultado movimientos sociales que construyen objetivos
sociales ambiguos contradictorios y muchas veces autoritarios, en donde la autonomía es
confundida con procesos de subordinación ante el estado o ante los actores más poderosos del
mercado.
4. Acercamientos cualitativos y procesos micro-sociales del riego y la precariedad
Como se puede ver los acercamientos cualitativos, aquellos que miran de cerca la vida activa de
manera transversal, son extremadamente ricos en posibilidades para conocer y comprender la
5
acción social de los sujetos sociales en desventaja y en situación de riesgo. Desde esta
perspectiva de complejidad las definiciones, teorizaciones e intervenciones técnicas centradas
en la pobreza como satisfacción de necesidades económicas y materiales tienden a ser,
evidentemente, poco satisfactorias para este fin; ya que al realizar un recorte de la realidad
desde un orden estadístico (en términos de variables paramétricas) se impide la visibilidad de la
construcción dinámica de lo social desde, entre y por las desigualdades históricas y
contemporáneas construidas y refuncionalizadas por las maquinarias estatales y el mercado,
también impiden, entonces, el surgimiento de un pensamiento y una sensibilidad en torno a lo
ordinario que permita comprender el sentido de la precariedad humana ante la modernidad, o
lo que podemos denominar el sentido de la vulnerabilidad social, entendida esta última como
riesgo de la condición humana ante los eventos diversos de la modernidad y sus estrategias de
modernización.
En fin, las teorías de la pobreza contemporáneas, creemos, no permiten comprender y
observar en toda su extensión el cómo las desigualdades son una de las principales
coordenadas que construyen lo social en sus esferas económica, mundo de vida y política.
Los métodos cualitativos no positivistas, sobre todo las versiones etnográficas
contemporáneas, al realizar incursiones en el mundo de vida de manera transversal utilizando
un principio de reflexibilidad, entendido como actitud de acercamiento y sensibilidad que se
caracteriza por un repensar ético-político de la realidad y de lo otro como espejo humano de sí
mismo, ayudan a pensar en forma crítica el cómo desde los individuos y actores sociales se
construye y viven socialmente el riesgo, la precariedad, la violencia y la inequidad social y
económica. A través de acercamientos etnográficos, historias de vida, entrevistas a
profundidad, mesas de discusión es posible arribar a una sensibilidad específica frente a las
desigualdades, que no es otra cosa que una manera de pensar el mundo políticamente; tal
sensibilidad parte de los momentos críticos de la vida de los sujetos sociales, los cuales son
expresados desde una narrativa existencial, desde un estar-aquí que expresa una serie de
impactos en su vida y en su grupo social inmediato. El material cualitativo se convierte en un
dato con sentido sustantivo, por tanto construido desde posturas éticas concretas, o sea, desde
la reflexibilidad de los sujetos que participan en los procesos investigativos.
6
Con los acercamientos metodológicos y diseños cualitativos es posible acuñar nuevos objetos
de estudio, tales como: la construcción de experiencias colectivas de autonomía política, el
cómo se construyen y constituyen esferas de acción públicas frente a los poderes del estado y
el mercado; de qué manera las relaciones sociales dentro de la familia y la comunidad pueden
afectar el desempeño escolar; cómo es que las familias en una situación de vulnerabilidad
puede usar el medio ecológico para salir al paso, cómo en situaciones de desventaja se
construye la ciudad, etc.
5. Evaluación de políticas sociales como reflexión del sentido de los procesos de la
modernidad
Los acercamientos cuali tienen enormes implicaciones a la hora de estudiar el impacto de las
políticas públicas a través de sus muy diversos programas asistenciales. Lo primero es colocar a
estas estrategias y formas de organización en la vida cotidiana, lo cual significa leerlas desde la
acción social de los actores que las producen y reproducen. De esta forma se convierten en
estrategias metodológicas descentradas de la organización gubernamental, dejando espacio a la
pregunta sobre lo que pasa en la realidad vs. a lo escrito en los documentos oficiales y de
planeación.
Una evaluación desde esta perspectiva al tener como objetivo el estudio transversal de un
programa concreto, se debe preguntar por el cómo los programas gubernamentales se filtran
en el tejido social, y al hacerlo generan complejos procesos de acción que comienzan a
construir formas de reproducir la vida dentro en y a los bordes de los procesos de desigualdad,
lo cual significa echar una mirada a la densidad de los micro-procesos moleculares de la acción:
construcción social de grupos organizados de colonos, campesinos, jefas de familia, grupos de
padres de familia en las escuelas, grupos de trabajo comunitario y solidario, etc.; grupos
sociales que tejen sus redes sociales en torno a los programas gubernamentales, comenzando
con ello procesos de proxemia, negociación, reacción, asimilación a sus componentes, o que se
convierten semánticamente en parte de la organización de los mismos programas.
De esta manera los programas sociales aparecen como una densa red de relaciones en donde se
ha construido una socialización específica signada por la deriva, es decir, los procesos de la
acción son indeterminados y más bien adquieren significado en relación a los contextos
7
culturales, políticos y económicos en los que se encuentran inmersos. De esta manera los
programas gubernamentales son perneados en forma significativa por fenómenos como las
campañas electorales de los partidos políticos, las cuales tienen una definición política última
en relación a lo local, los procesos de desarrollo económico impulsados desde el estado y por
los procesos económicos impulsados por el mercado, por las relaciones territoriales entre
regiones y comunidades; pero también, y esto es lo importante de subrayar, son permeados
por la porosidad de las relaciones históricas de dominación y explotación tejidas entre las
relaciones desiguales y asimétricas entre regiones, comunidades, barrios, así como entre clases
sociales, razas, culturas y subculturas.
El tema del conflicto, y su derivado, las formas de la violencia social, aparecen como un
entramado denso, fragmentado por multitud de historias, pero en una especie de unidad de
sentido debido a su naturaleza de historicidad: debido a su proceso de autoconstrucción social,
que aparece ante el investigador como memoria colectiva, y la cual se decanta a su vez en
conjuntos de imaginarios sociales que contienen el significado del estigma social, pero también
que contienen el significado de lo que debe ser el sujeto social, es decir, el sentido de cuál su
fututo o sin fututo, cuál su estrategia de salida, cuáles sus respuestas frente al poder del estado,
cuáles sus opciones frente a las oportunidades o no oportunidades del mercado, y sobre el
significado del mantenimiento del grupo social.
La desigualdad abordada desde perspectivas cualitativas se comprende como momento de
diálogo con lo social que presenta su sentido último: aparecen las coordenadas sociales que
construyen las instituciones locales, comunitarias y de las matrias del campo y la ciudad:
aparecen los principios de la socialidad entendidos como reglas para la vida y su reproducción,
en donde lo económico pierde sentido desde una perspectiva meramente instrumental y
adquiere sentido como parte de la esfera de la labor, o sea, el producto del trabajo adquiere
significado como esfuerzo para mantener la vida, la familia, la comunidad, el barrio, y todos
aquellos procesos que son el fundamento de la alegría, la fiesta, la religiosidad, la amistad entre
iguales: el gasto. Lo económico desde esta lectura descentrada de la racionalidad instrumental
se convierte de esta manera en un sendero para lo social en un sentido amplio, en autopoiesis de
la vida sin valor económico en sí mismo pero con valor sustantivo para mantener la vida y la
vida activa de los individuos, los cuales a través de su acción reflexiva se comprenden como
8
género y contemporaneidad dentro de los sujetos colectivos a los que pertenecen, como
identidad y subjetividad reflexiva dentro de su procesos de historicidad: de su relación con la
historia.
Por su parte la política se convierte en un juego de poderes micro-moleculares en donde las
decisiones y racionalidades que las guían se convierten en principios de acción éticamente
sustantivos y que, normalmente, se fundamentan en la necesidad de conservar las formas
esenciales de lo social subjetivamente construidas y las cuales son también de naturaleza
histórica-cultural. Esto implica que el poder vertical del estado, sus instituciones y agentes,
aparecen como una parte intrínseca pero no única de las realidades micro-sociológicas del
poder, son, en todo caso, una subestructura oblicua y muchas veces ambigua en sociedades
donde los partidos políticos y la clase política vive en el descrédito moral. El estado y sus
organizaciones concretas aparecen como una especie de estructura refractaria, frente a la
socialidad política que se práctica en la vida cotidiana de las ciudades y sus submetrópolis
empobrecidas y marginadas del desarrollo, así como en los núcleos campesinos rurales o en los
espacios de pequeños productores agrícolas.
Evaluar políticas sociales desde una perspectiva costo-beneficios o desde una concepción
vertical, endógena, de las “políticas públicas”, usando como criterio de cientificidad y como
instrumento de medición estadístico el concepto de pobreza produce, normalmente, reportes
de la realidad marginada, pobre o vulnerable que son retóricamente funcionales a los intereses
del estado o las grandes corporaciones financiadoras del desarrollo (véase el ejemplo de los
índices de pobreza, desarrollo humano, o de marginación en sus diversas versiones); así, estas
estrategias generan versiones discursivas de la realidad tranquilizadoras, de ahí su
conservadurismo y su anodina desmemoria y actitud ética; son discursos conservadores por
que no dan cuenta de los procesos de construcción micro-social del conflicto-violencia que
existe en la vida cotidiana en torno, sobre y de forma refuncionalizada en los procesos de
desigualdad histórica producidos por las políticas de los estados nacionales, por los procesos
de globalización económica, así como por los complejos procesos que los mercados en sus
diversas facetas generan: explotación, discriminación y exclusión social y económica.
URL: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdf...
bilidad.
ón.
vidad.
es logico ¿no?
suerte bye