La antartida no tiene vegetacion salvo musgo y algunas algas, pero nada de arboles.
Tampoco tiene mucha fauna mas que varias clases de pingüino, focas y animales acuaticos.
Por estos motivos la antartida es un continente deshabitado y solo habitan grupos científicos que se dedican al estudio y/o preservación de las especies del continente.
El aprovechamiento económico de la Antártida es nulo ya que sólo se realizan estudios e investigaciones; sin embargo, diversas prospecciones del fondo oceánico han demostrado la existencia de importantes yacimientos petrolíferos; destacan las llevadas a cabo durante la década de 1970 sobre la cuenca del mar de Ross, en donde hallaron una gran cantidad de hidrocarburos.
También se ha llevado a cabo la búsqueda de yacimientos minerales, algunos de los cuales han resultado muy extensos; así, por ejemplo, se ha encontrado carbón en las montañas Trasantárticas y hierro cerca de la montaña de la Antártida oriental del Príncipe Carlos. En otras regiones se han hallado antimonio, oro, estaño, cobre, zinc, uranio, carbón, hierro, etc., pero ninguno en una veta de calidad y tamaño tal que suponga un claro interés económico ya que la producción en el Polo supone altos costos por las condiciones del continente y por el clima, entre otras causas.
De todo ello se deriva que el recurso natural con más posibilidades de ser explotado en la Antártida es el petróleo, que aparece en las plataformas continentales de los mares marginales de Ross, Amundsen, Bellingshausen y Weddell. A pesar de ello, lo más "explotado" de la Antártida es su paisaje y por ello el turismo es la principal actividad que se lleva a cabo en esta zona. Sin embargo, no se realiza ninguna explotación en el sentido estricto de la palabra, puesto que priman los intereses científicos y medioambientales sobre los puramente económicos. Así, las políticas sobre la explotación comercial de los recursos minerales existentes en el continente blanco acabaron, tras seis años de duras negociaciones, en una convención que las reguló (CRAMRA): la Convención de Wellington, que concluyó en junio de 1988 en Nueva Zelanda.
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Cubitos de hielo.....no es cierto.
La antartida no tiene vegetacion salvo musgo y algunas algas, pero nada de arboles.
Tampoco tiene mucha fauna mas que varias clases de pingüino, focas y animales acuaticos.
Por estos motivos la antartida es un continente deshabitado y solo habitan grupos científicos que se dedican al estudio y/o preservación de las especies del continente.
El aprovechamiento económico de la Antártida es nulo ya que sólo se realizan estudios e investigaciones; sin embargo, diversas prospecciones del fondo oceánico han demostrado la existencia de importantes yacimientos petrolíferos; destacan las llevadas a cabo durante la década de 1970 sobre la cuenca del mar de Ross, en donde hallaron una gran cantidad de hidrocarburos.
También se ha llevado a cabo la búsqueda de yacimientos minerales, algunos de los cuales han resultado muy extensos; así, por ejemplo, se ha encontrado carbón en las montañas Trasantárticas y hierro cerca de la montaña de la Antártida oriental del Príncipe Carlos. En otras regiones se han hallado antimonio, oro, estaño, cobre, zinc, uranio, carbón, hierro, etc., pero ninguno en una veta de calidad y tamaño tal que suponga un claro interés económico ya que la producción en el Polo supone altos costos por las condiciones del continente y por el clima, entre otras causas.
De todo ello se deriva que el recurso natural con más posibilidades de ser explotado en la Antártida es el petróleo, que aparece en las plataformas continentales de los mares marginales de Ross, Amundsen, Bellingshausen y Weddell. A pesar de ello, lo más "explotado" de la Antártida es su paisaje y por ello el turismo es la principal actividad que se lleva a cabo en esta zona. Sin embargo, no se realiza ninguna explotación en el sentido estricto de la palabra, puesto que priman los intereses científicos y medioambientales sobre los puramente económicos. Así, las políticas sobre la explotación comercial de los recursos minerales existentes en el continente blanco acabaron, tras seis años de duras negociaciones, en una convención que las reguló (CRAMRA): la Convención de Wellington, que concluyó en junio de 1988 en Nueva Zelanda.
El agua dulce