La Ley de Facultades Extraordinarias depositaba la suma del poder público en la manos de Juan Manuel de Rosas, con las únicas restricciones de proteger la religión católica, sostener la causa de la Federación, y la de extender ese poder extraordinario el tiempo que a juicio del gobernador fuese necesario.De esta forma todo el peso del gobierno y todas sus responsabilidades quedaban en manos de una sola persona. A pedido de Rosas se convocó a un plebiscito para saber si el pueblo apoyaba tal medida, el mismo dio como resultado 9.316 votos a favor de las Facultades Extraordinarias y solo 4 en contra.
"Debo decirlo en obsequio de la verdad histórica : nunca hubo gobierno más popular , más deseado ni sostenido por la opinión que el de Juan Manuel de Rosas". Palabras de Domingo Sarmiento en Facundo.
La Ley de Facultades Extraordinarias depositaba la suma del poder público en la manos de Juan Manuel de Rosas, con las únicas restricciones de proteger la religión católica, sostener la causa de la Federación, y la de extender ese poder extraordinario el tiempo que a juicio del gobernador fuese necesario.De esta forma todo el peso del gobierno y todas sus responsabilidades quedaban en manos de una sola persona. A pedido de Rosas se convocó a un plebiscito para saber si el pueblo apoyaba tal medida, el mismo dio como resultado 9.316 votos a favor de las Facultades Extraordinarias y solo 4 en contra.
"Debo decirlo en obsequio de la verdad histórica : nunca hubo gobierno más popular , más deseado ni sostenido por la opinión que el de Juan Manuel de Rosas". Palabras de Domingo Sarmiento en Facundo.
El 8 de diciembre de 1829 Rosas asumió el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires acompañado por la Junta de Representantes que estuvo en los tiempos de Dorrego. Llegó al poder con el apoyo de la clase alta, fundamentalmente ganaderos, y de los sectores populares que vieron en él alguien capaz de garantizar la paz y el orden; para su logro le fueron otorgadas las Facultades Extraordinarias.
La muerte de Dorrego y los funerales organizados en su honor contribuyeron a colocar a Rosas en el lugar de líder del federalismo porteño.
Fue declarado, por disposición de la Junta, RESTAURADOR DE LAS LEYES E INSTITUCIONES DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES y se le otorgó el grado de Brigadier.
La Legislatura sanciona las "facultades extraordinarias" a Rosas, por ley del 6 de diciembre de 1829. Por esa época España intentaba reconquistar Méjico, Francia iniciaba su conquista a Argel y nuestra patria estaba desvastada por una cruenta guerra civil iniciada con el asesinato del gobernador Manuel Dorrego el 13 de diciembre de 1828.
Por la ley del 7 de marzo de 1835 se le confiere la "suma del poder público" por 5 años. El país vivía una grave crisis interna, varios gobernadores y figuras políticas de prestigio fueron asesinadas –entre ellos Facundo Quiroga, el gobernador Latorre, etc.-, se complotaba para cercenar el territorio del norte a fin de anexarlo a Bolivia.
La ley que dio a Rosas la suma del poder público fue plebiscitada en los días 26 a 28 del mismo mes, y obtuvo la casi unanimidad de los sufragantes: 9.320 votos, hecho que Sarmiento recogió en sus obras completas comentando el apoyo popular a don Juan Manuel.
Vencidos los 5 años, la Legislatura declara el abril de 1840 que continuaba en vigor la de 1835. Y lo mismo en 1845. Situación gravísima para la Confederación Argentina. Algunos argentinos se aliaron al extranjero contra su propia nación. Sufrimos la agresión imperialista de las dos potencias mundiales más poderosas: Francia e Inglaterra.
Pero la vieja Argentina gaucha y federal salió airosa y con la frente alta. Quizás para el opinólogo esto no sea relevante o no lo sienta, pero un país en esa época no podía estar dirigido por Heidi, las carmelitas descalzas o la Madre Teresa. Finalmente, en marzo de 1850, es reelecto Rosas con idénticas atribuciones. Y ya en vísperas de Caseros, el 9 de diciembre de 1851 la Sala dispone, por una ley, dispensar al Jefe Supremo de la obligación de presentar el Mensaje y el Presupuesto el 1º de enero de 1852, agregando que mientras durase la guerra –con Brasil, el Estado Oriental y las provincias de Entre Ríos y Corrientes- y hasta 3 años quedaba exonerado de aquellos deberes y de cualesquiera otros, ordinarios o extraordinarios, haciéndose la Sala responsable de todos los actos y disposiciones del Jefe Supremo de la República.
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La Ley de Facultades Extraordinarias depositaba la suma del poder público en la manos de Juan Manuel de Rosas, con las únicas restricciones de proteger la religión católica, sostener la causa de la Federación, y la de extender ese poder extraordinario el tiempo que a juicio del gobernador fuese necesario.De esta forma todo el peso del gobierno y todas sus responsabilidades quedaban en manos de una sola persona. A pedido de Rosas se convocó a un plebiscito para saber si el pueblo apoyaba tal medida, el mismo dio como resultado 9.316 votos a favor de las Facultades Extraordinarias y solo 4 en contra.
"Debo decirlo en obsequio de la verdad histórica : nunca hubo gobierno más popular , más deseado ni sostenido por la opinión que el de Juan Manuel de Rosas". Palabras de Domingo Sarmiento en Facundo.
La Ley de Facultades Extraordinarias depositaba la suma del poder público en la manos de Juan Manuel de Rosas, con las únicas restricciones de proteger la religión católica, sostener la causa de la Federación, y la de extender ese poder extraordinario el tiempo que a juicio del gobernador fuese necesario.De esta forma todo el peso del gobierno y todas sus responsabilidades quedaban en manos de una sola persona. A pedido de Rosas se convocó a un plebiscito para saber si el pueblo apoyaba tal medida, el mismo dio como resultado 9.316 votos a favor de las Facultades Extraordinarias y solo 4 en contra.
"Debo decirlo en obsequio de la verdad histórica : nunca hubo gobierno más popular , más deseado ni sostenido por la opinión que el de Juan Manuel de Rosas". Palabras de Domingo Sarmiento en Facundo.
El 8 de diciembre de 1829 Rosas asumió el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires acompañado por la Junta de Representantes que estuvo en los tiempos de Dorrego. Llegó al poder con el apoyo de la clase alta, fundamentalmente ganaderos, y de los sectores populares que vieron en él alguien capaz de garantizar la paz y el orden; para su logro le fueron otorgadas las Facultades Extraordinarias.
La muerte de Dorrego y los funerales organizados en su honor contribuyeron a colocar a Rosas en el lugar de líder del federalismo porteño.
Fue declarado, por disposición de la Junta, RESTAURADOR DE LAS LEYES E INSTITUCIONES DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES y se le otorgó el grado de Brigadier.
La Legislatura sanciona las "facultades extraordinarias" a Rosas, por ley del 6 de diciembre de 1829. Por esa época España intentaba reconquistar Méjico, Francia iniciaba su conquista a Argel y nuestra patria estaba desvastada por una cruenta guerra civil iniciada con el asesinato del gobernador Manuel Dorrego el 13 de diciembre de 1828.
Por la ley del 7 de marzo de 1835 se le confiere la "suma del poder público" por 5 años. El país vivía una grave crisis interna, varios gobernadores y figuras políticas de prestigio fueron asesinadas –entre ellos Facundo Quiroga, el gobernador Latorre, etc.-, se complotaba para cercenar el territorio del norte a fin de anexarlo a Bolivia.
La ley que dio a Rosas la suma del poder público fue plebiscitada en los días 26 a 28 del mismo mes, y obtuvo la casi unanimidad de los sufragantes: 9.320 votos, hecho que Sarmiento recogió en sus obras completas comentando el apoyo popular a don Juan Manuel.
Vencidos los 5 años, la Legislatura declara el abril de 1840 que continuaba en vigor la de 1835. Y lo mismo en 1845. Situación gravísima para la Confederación Argentina. Algunos argentinos se aliaron al extranjero contra su propia nación. Sufrimos la agresión imperialista de las dos potencias mundiales más poderosas: Francia e Inglaterra.
Pero la vieja Argentina gaucha y federal salió airosa y con la frente alta. Quizás para el opinólogo esto no sea relevante o no lo sienta, pero un país en esa época no podía estar dirigido por Heidi, las carmelitas descalzas o la Madre Teresa. Finalmente, en marzo de 1850, es reelecto Rosas con idénticas atribuciones. Y ya en vísperas de Caseros, el 9 de diciembre de 1851 la Sala dispone, por una ley, dispensar al Jefe Supremo de la obligación de presentar el Mensaje y el Presupuesto el 1º de enero de 1852, agregando que mientras durase la guerra –con Brasil, el Estado Oriental y las provincias de Entre Ríos y Corrientes- y hasta 3 años quedaba exonerado de aquellos deberes y de cualesquiera otros, ordinarios o extraordinarios, haciéndose la Sala responsable de todos los actos y disposiciones del Jefe Supremo de la República.