Carta a una señorita en París forma parte del libro Bestiario de Julio Cortázar. Julio Cortázar nació en Bruselas y era hijo de padres argentinos. Cortázar llega a la Argentina por primera vez a sus cuatro años de edad. Este escritor argentino se desarrolló como escritor desde su juventud. Julio Cortázar se caracterizaba por escribir una poesía rimbombante y por escribir literatura fantástica. Carta a una señorita en París fue publicado en 1951 y se cataloga en la literatura fantástica, literatura fuera de lo real. Carta a una señorita en París está escrito en primera persona y tiene cierto aire fantástico a la vez que verosimilitud. Como es un cuento, el texto no es extenso y tiene un vocabulario culto y refinado, característico de Cortázar. El texto tiene dramatismo y misterio, mantiene al lector en suspenso y es capaz de transmitir lo que sucede en el cuento a la mente del lector.
La narración está a cargo del protagonista, cual nombre no se menciona. El protagonista le escribe una carta a Andrée, su amiga que se encuentra en París, en la cual le cuenta del evento que le sucede al menos una vez por mes; vomitar un conejito. El protagonista cuida el apartamento de Andrée en Buenos Aires, Argentina, mientras ella está en Francia, pero la situación de vomitar conejos le preocupa. Cada vez vomitaba más conejitos y pensaba en matarlos, pero algo dentro de él no se lo permitía. El narrador continuaba vomitando conejitos hasta llegar a los once. No sabia que hacer con los conejitos, pero luego decidió encerrarlos de día en un armario y soltarlos de noche en el apartamento y darles hojas de trébol para que comiesen. En la carta el narrador se disculpaba por los daños que los conejitos le estaban causando a los muebles y al apartamento en general. Un día el narrador decide acabar con los conejos, que ya estaban todos feos y viejos.
El ambiente en que se desarrolla el cuento es un ambiente de temor e inseguridades. Todo el tiempo el protagonista está condenado y resignado a la situación de vomitar conejos. Pareciera que la vida ya no tiene sentido para él y tiene que vivir como si estuviera luchando en contra de los problemas que le afligen. Es un cuento fantástico y simbólico. El hecho de que el escritor hable acerca de vomitar conejos es algo que atrae y llama la atención, es un detalle, una ocurrencia bastante fuera de lo común y esto es lo que hace atractivo al texto. Cortázar hace descripciones exquisitas que te llevan a una imagen muy real a pesar de lo fantástico en la escena. “Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas.” esta cita del cuento, relata como era el proceso de vomitar los conejos y lo que él siente al momento que el conejito sube por su garganta. Algo tan irreal, como lo anterior, puede ser tan imaginable debido a la forma en que Cortázar describe el proceso utilizando unas palabras que te hacen sentir que el conejito te sube por la garganta. La forma en la que plasma la historia hace posible el hecho de que sientas esa pelusa tibia en tu garganta. “… como una efervescencia de sal de frutas”, tan falso cómo que la fruta es dulce y tan cierto cómo que la descripción convierte el azúcar en sodio, y también le da a la fruta la efervescencia del refresco en combinación.
Vomitar conejos es simbólico debido a que puede que sea Cortázar el que vomite los conejos. Se pude decir que los conejos representan los problemas y las vicisitudes que le ocurrían a Cortázar. El hecho de encerrar a los conejos de día puede significar que encerraba sus problemas también en un armario. Sacaba a los conejos en la noche tiene relación con que Cortázar al estar solo en la habitación pensaba y reflexionaba acerca de lo que le afligía. El vomitar conejos representa en fin todas las ideas y cosas por las que tenía que pasar el escritor. Lo que plasma Cortázar en su texto puede ser interpretado de diferentes maneras y por diferentes personas, que depende mucho del punto de vista. Para decir que Cortázar es el verdadero protagonista hay que conocer mucho de su vida y de su persona. Personalmente creó que es él la persona quién narra el cuento, aunque no estoy al tanto de la vida de Julio Cortázar ni de sus obras, pero sí hay un detalle o una pista que lo delata (por así decirlo). El hecho de que Argentina, hogar de sus padres, y Francia, lugar de nacimiento, estén relacionados a la trama del cuento no pueden ser casualidad.
Carta a una señorita en París forma parte del libro Bestiario de Julio Cortázar. Julio Cortázar nació en Bruselas y era hijo de padres argentinos. Cortázar llega a la Argentina por primera vez a sus cuatro años de edad. Este escritor argentino se desarrolló como escritor desde su juventud. Julio Cortázar se caracterizaba por escribir una poesía rimbombante y por escribir literatura fantástica. Carta a una señorita en París fue publicado en 1951 y se cataloga en la literatura fantástica, literatura fuera de lo real. Carta a una señorita en París está escrito en primera persona y tiene cierto aire fantástico a la vez que verosimilitud. Como es un cuento, el texto no es extenso y tiene un vocabulario culto y refinado, característico de Cortázar. El texto tiene dramatismo y misterio, mantiene al lector en suspenso y es capaz de transmitir lo que sucede en el cuento a la mente del lector.
La narración está a cargo del protagonista, cual nombre no se menciona. El protagonista le escribe una carta a Andrée, su amiga que se encuentra en París, en la cual le cuenta del evento que le sucede al menos una vez por mes; vomitar un conejito. El protagonista cuida el apartamento de Andrée en Buenos Aires, Argentina, mientras ella está en Francia, pero la situación de vomitar conejos le preocupa. Cada vez vomitaba más conejitos y pensaba en matarlos, pero algo dentro de él no se lo permitía. El narrador continuaba vomitando conejitos hasta llegar a los once. No sabia que hacer con los conejitos, pero luego decidió encerrarlos de día en un armario y soltarlos de noche en el apartamento y darles hojas de trébol para que comiesen. En la carta el narrador se disculpaba por los daños que los conejitos le estaban causando a los muebles y al apartamento en general. Un día el narrador decide acabar con los conejos, que ya estaban todos feos y viejos.
El ambiente en que se desarrolla el cuento es un ambiente de temor e inseguridades. Todo el tiempo el protagonista está condenado y resignado a la situación de vomitar conejos. Pareciera que la vida ya no tiene sentido para él y tiene que vivir como si estuviera luchando en contra de los problemas que le afligen. Es un cuento fantástico y simbólico. El hecho de que el escritor hable acerca de vomitar conejos es algo que atrae y llama la atención, es un detalle, una ocurrencia bastante fuera de lo común y esto es lo que hace atractivo al texto. Cortázar hace descripciones exquisitas que te llevan a una imagen muy real a pesar de lo fantástico en la escena. “Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas.” esta cita del cuento, relata como era el proceso de vomitar los conejos y lo que él siente al momento que el conejito sube por su garganta. Algo tan irreal, como lo anterior, puede ser tan imaginable debido a la forma en que Cortázar describe el proceso utilizando unas palabras que te hacen sentir que el conejito te sube por la garganta. La forma en la que plasma la historia hace posible el hecho de que sientas esa pelusa tibia en tu garganta. “… como una efervescencia de sal de frutas”, tan falso cómo que la fruta es dulce y tan cierto cómo que la descripción convierte el azúcar en sodio, y también le da a la fruta la efervescencia del refresco en combinación.
Vomitar conejos es simbólico debido a que puede que sea Cortázar el que vomite los conejos. Se pude decir que los conejos representan los problemas y las vicisitudes que le ocurrían a Cortázar. El hecho de encerrar a los conejos de día puede significar que encerraba sus problemas también en un armario. Sacaba a los conejos en la noche tiene relación con que Cortázar al estar solo en la habitación pensaba y reflexionaba acerca de lo que le afligía. El vomitar conejos representa en fin todas las ideas y cosas por las que tenía que pasar el escritor. Lo que plasma Cortázar en su texto puede ser interpretado de diferentes maneras y por diferentes personas, que depende mucho del punto de vista. Para decir que Cortázar es el verdadero protagonista hay que conocer mucho de su vida y de su persona. Personalmente creó que es él la persona quién narra el cuento, aunque no estoy al tanto de la vida de Julio Cortázar ni de sus obras, pero sí hay un detalle o una pista que lo delata (por así decirlo). El hecho de que Argentina, hogar de sus padres, y Francia, lugar de nacimiento, estén relacionados a la trama del cuento no pueden ser casualidad.
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Carta a una señorita en París forma parte del libro Bestiario de Julio Cortázar. Julio Cortázar nació en Bruselas y era hijo de padres argentinos. Cortázar llega a la Argentina por primera vez a sus cuatro años de edad. Este escritor argentino se desarrolló como escritor desde su juventud. Julio Cortázar se caracterizaba por escribir una poesía rimbombante y por escribir literatura fantástica. Carta a una señorita en París fue publicado en 1951 y se cataloga en la literatura fantástica, literatura fuera de lo real. Carta a una señorita en París está escrito en primera persona y tiene cierto aire fantástico a la vez que verosimilitud. Como es un cuento, el texto no es extenso y tiene un vocabulario culto y refinado, característico de Cortázar. El texto tiene dramatismo y misterio, mantiene al lector en suspenso y es capaz de transmitir lo que sucede en el cuento a la mente del lector.
La narración está a cargo del protagonista, cual nombre no se menciona. El protagonista le escribe una carta a Andrée, su amiga que se encuentra en París, en la cual le cuenta del evento que le sucede al menos una vez por mes; vomitar un conejito. El protagonista cuida el apartamento de Andrée en Buenos Aires, Argentina, mientras ella está en Francia, pero la situación de vomitar conejos le preocupa. Cada vez vomitaba más conejitos y pensaba en matarlos, pero algo dentro de él no se lo permitía. El narrador continuaba vomitando conejitos hasta llegar a los once. No sabia que hacer con los conejitos, pero luego decidió encerrarlos de día en un armario y soltarlos de noche en el apartamento y darles hojas de trébol para que comiesen. En la carta el narrador se disculpaba por los daños que los conejitos le estaban causando a los muebles y al apartamento en general. Un día el narrador decide acabar con los conejos, que ya estaban todos feos y viejos.
El ambiente en que se desarrolla el cuento es un ambiente de temor e inseguridades. Todo el tiempo el protagonista está condenado y resignado a la situación de vomitar conejos. Pareciera que la vida ya no tiene sentido para él y tiene que vivir como si estuviera luchando en contra de los problemas que le afligen. Es un cuento fantástico y simbólico. El hecho de que el escritor hable acerca de vomitar conejos es algo que atrae y llama la atención, es un detalle, una ocurrencia bastante fuera de lo común y esto es lo que hace atractivo al texto. Cortázar hace descripciones exquisitas que te llevan a una imagen muy real a pesar de lo fantástico en la escena. “Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas.” esta cita del cuento, relata como era el proceso de vomitar los conejos y lo que él siente al momento que el conejito sube por su garganta. Algo tan irreal, como lo anterior, puede ser tan imaginable debido a la forma en que Cortázar describe el proceso utilizando unas palabras que te hacen sentir que el conejito te sube por la garganta. La forma en la que plasma la historia hace posible el hecho de que sientas esa pelusa tibia en tu garganta. “… como una efervescencia de sal de frutas”, tan falso cómo que la fruta es dulce y tan cierto cómo que la descripción convierte el azúcar en sodio, y también le da a la fruta la efervescencia del refresco en combinación.
Vomitar conejos es simbólico debido a que puede que sea Cortázar el que vomite los conejos. Se pude decir que los conejos representan los problemas y las vicisitudes que le ocurrían a Cortázar. El hecho de encerrar a los conejos de día puede significar que encerraba sus problemas también en un armario. Sacaba a los conejos en la noche tiene relación con que Cortázar al estar solo en la habitación pensaba y reflexionaba acerca de lo que le afligía. El vomitar conejos representa en fin todas las ideas y cosas por las que tenía que pasar el escritor. Lo que plasma Cortázar en su texto puede ser interpretado de diferentes maneras y por diferentes personas, que depende mucho del punto de vista. Para decir que Cortázar es el verdadero protagonista hay que conocer mucho de su vida y de su persona. Personalmente creó que es él la persona quién narra el cuento, aunque no estoy al tanto de la vida de Julio Cortázar ni de sus obras, pero sí hay un detalle o una pista que lo delata (por así decirlo). El hecho de que Argentina, hogar de sus padres, y Francia, lugar de nacimiento, estén relacionados a la trama del cuento no pueden ser casualidad.
Carta a una señorita en París forma parte del libro Bestiario de Julio Cortázar. Julio Cortázar nació en Bruselas y era hijo de padres argentinos. Cortázar llega a la Argentina por primera vez a sus cuatro años de edad. Este escritor argentino se desarrolló como escritor desde su juventud. Julio Cortázar se caracterizaba por escribir una poesía rimbombante y por escribir literatura fantástica. Carta a una señorita en París fue publicado en 1951 y se cataloga en la literatura fantástica, literatura fuera de lo real. Carta a una señorita en París está escrito en primera persona y tiene cierto aire fantástico a la vez que verosimilitud. Como es un cuento, el texto no es extenso y tiene un vocabulario culto y refinado, característico de Cortázar. El texto tiene dramatismo y misterio, mantiene al lector en suspenso y es capaz de transmitir lo que sucede en el cuento a la mente del lector.
La narración está a cargo del protagonista, cual nombre no se menciona. El protagonista le escribe una carta a Andrée, su amiga que se encuentra en París, en la cual le cuenta del evento que le sucede al menos una vez por mes; vomitar un conejito. El protagonista cuida el apartamento de Andrée en Buenos Aires, Argentina, mientras ella está en Francia, pero la situación de vomitar conejos le preocupa. Cada vez vomitaba más conejitos y pensaba en matarlos, pero algo dentro de él no se lo permitía. El narrador continuaba vomitando conejitos hasta llegar a los once. No sabia que hacer con los conejitos, pero luego decidió encerrarlos de día en un armario y soltarlos de noche en el apartamento y darles hojas de trébol para que comiesen. En la carta el narrador se disculpaba por los daños que los conejitos le estaban causando a los muebles y al apartamento en general. Un día el narrador decide acabar con los conejos, que ya estaban todos feos y viejos.
El ambiente en que se desarrolla el cuento es un ambiente de temor e inseguridades. Todo el tiempo el protagonista está condenado y resignado a la situación de vomitar conejos. Pareciera que la vida ya no tiene sentido para él y tiene que vivir como si estuviera luchando en contra de los problemas que le afligen. Es un cuento fantástico y simbólico. El hecho de que el escritor hable acerca de vomitar conejos es algo que atrae y llama la atención, es un detalle, una ocurrencia bastante fuera de lo común y esto es lo que hace atractivo al texto. Cortázar hace descripciones exquisitas que te llevan a una imagen muy real a pesar de lo fantástico en la escena. “Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas.” esta cita del cuento, relata como era el proceso de vomitar los conejos y lo que él siente al momento que el conejito sube por su garganta. Algo tan irreal, como lo anterior, puede ser tan imaginable debido a la forma en que Cortázar describe el proceso utilizando unas palabras que te hacen sentir que el conejito te sube por la garganta. La forma en la que plasma la historia hace posible el hecho de que sientas esa pelusa tibia en tu garganta. “… como una efervescencia de sal de frutas”, tan falso cómo que la fruta es dulce y tan cierto cómo que la descripción convierte el azúcar en sodio, y también le da a la fruta la efervescencia del refresco en combinación.
Vomitar conejos es simbólico debido a que puede que sea Cortázar el que vomite los conejos. Se pude decir que los conejos representan los problemas y las vicisitudes que le ocurrían a Cortázar. El hecho de encerrar a los conejos de día puede significar que encerraba sus problemas también en un armario. Sacaba a los conejos en la noche tiene relación con que Cortázar al estar solo en la habitación pensaba y reflexionaba acerca de lo que le afligía. El vomitar conejos representa en fin todas las ideas y cosas por las que tenía que pasar el escritor. Lo que plasma Cortázar en su texto puede ser interpretado de diferentes maneras y por diferentes personas, que depende mucho del punto de vista. Para decir que Cortázar es el verdadero protagonista hay que conocer mucho de su vida y de su persona. Personalmente creó que es él la persona quién narra el cuento, aunque no estoy al tanto de la vida de Julio Cortázar ni de sus obras, pero sí hay un detalle o una pista que lo delata (por así decirlo). El hecho de que Argentina, hogar de sus padres, y Francia, lugar de nacimiento, estén relacionados a la trama del cuento no pueden ser casualidad.