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Benedicto Pozo, biólogo y cronista local, consigue a escondidas una copia del dietario personal del boticario, fallecido recientemente. En aquellas páginas relata un acontecimiento inquietante: unos pescadores encuentran, atrapado en su red, un joven que vive en el agua, en el mar, cinco millas adentro de la costa. Su piel está recubierta de escamas, y jornada tras jornada el reencuentran, alrededor su barca sin decir palabra. Este misterio, más propio de la leyenda que de la realidad, intriga el boticario que escribe el dietario y también Benet, completamente cautivado por la historia. Las pesquisas que hace en paralelo a la lectura del texto le conducirán a conocer la existencia real de un hombre-pez, detectado años atrás entre las aguas de Dénia.

hay mi laurita chicha que no quiere leerse el librito, preguntale a aberto jajajajajaja en el rincon del vago tambien esta =)

El Benedicto Pozos, biólogo y cronista local, conocía el boticario Eliseo caída muerto recientemente. Su hermana Magdalena ha decidido vender la casa, traspasar la farmacia de Dénia y hacer donación al pueblo de su biblioteca.

A Benet le toca por teléfono Voro Casterà y le dice que se pasan por allí para mirar cómo pueden hacerlo. Cuando quedaron para ir a la biblioteca de este hombre, Benedicto se encontró un escrito que le cambió su vida por completo.

Comenzó a leerlo sin que se dieran cuenta. Era un dietario del boticario Eliseo. Cada día leía un poco. Contaba que Pedro Mateo y su cuñado habían visto en las aguas de Denia un hombre con escamas, que podía estar horas en el agua y cuando le tiraban una manzana lo cogía. Benedicto estaba alucinado con todo esto y fue a hablar con la señora Magdalena. Ella le dijo que no conocía a ningún Pedro Mateo y que eran cosas de su hermano. Ella se dio cuenta de que él tenía el dietario y le dijo que se lo regresara, pero éste hizo una fotocopia y le dio el original.

Mientras seguía leyendo iban concordante las cosas, aunque él no entendía nada. Al dietario contaba que Eliseo fue con esos dos a ver al hombre pez, y así fue. Intentaba sacar información de quien fuera, pero todos hacían como que no sabían nada.

Un día Benet fue a Denia a preguntar a los vecinos. El médico Palanca quiso hablar con él y le contó el final de la historia: Habían hecho visitas a Carmen Ginesta, la tía del muchacho que habían visto en el agua. Un día Carmen decidió decir que este chico, Xavier Morató era el hijo de la hermana, Dolores, muerta hacía unos años. Xavier nació con una pequeña deformidad. El marido de Dolores, Carlos Morató dijo que él no tenía nada que ver con el novio. El chico dejó de ir a la escuela. Un día él no volvió a casa. Su madre que no se vio llamó a Carmen. El niño volvió diciendo que había entretenido.