pues no todos los mayas te lo recuerdo, solamente aquellos que decían llamar los hijos del sol (el dios Hunab Ku) era similar a la corona para los reyes, también agrego que estas mascaras eran echas de oro solido para representar su poderio
Los mayas fueron excelentes escultores, crearon figuras bellamente proporcionadas y de armonía estética sobre estelas, dinteles y en los frisos que decoran paredes y templos. Tales esculturas en piedra representan los sacrificios humanos, ceremonias sangrientas, y otros ritos de purificación mientras que otras muestran a ricos gobernantes con espléndidos peinados, dioses, figuras geométricas, aves y animales. La cerámica también podría considerarse como una expresión artística. Las ollas de barro que se ponían a secar al sol en lugar de cocerse en hornos, podían hallarse lo mismo en la cocina de una familia común que en el ritual del templo. Las piezas ceremoniales muchas veces se pintaban con figuras mitológicas. También se han hallado piezas de oro en muchos sitios, algunas de ellas verdaderamente valiosas, labradas en jade y de exquisita manufactura. El jade era un material muy preciado y se usaba en ofrendas a los dioses o en los adornos de la nobleza. La gente usaba collares con piezas de jade que representaban figuras de animales o cuentas para alejar las enfermedades. En 1952, el arqueólogo mexicano Alberto Ruíz Lihuilleur descubrió la tumba del Señor de Pakal dentro del Templo de las Inscripciones en Palenque. Su hallazgo reveló que los mayas usaban prácticas funerarias como las de los antiguos egipcios: enterraban a sus gobernantes dentro de pirámides construyendo falsas cámaras y sepultando objetos funerarios y sirvientes para que acompañaran al difunto en la vida ultraterrena. La cripta de piedra de Pakal estaba cubierta con jeroglíficos y rodeada de oro, cerámica y otras riquezas. La tapa cincelada del sarcófago pesa cinco toneladas y puede verse aún sobre la tumba, en lo profundo del corazón del Templo de las Inscripciones. Una fina máscara de jade cubre el rostro del caudillo y siete acompañantes fueron hallados junto a él. De acuerdo con los antropólogos, la máscara representaba los rasgos del personaje, los cuales se deterioraron con el tiempo. Se creía que con la máscara serían reconocidos por los señores del inframundo después de su muerte. El tamaño del tesoro enterrado y el número de acompañantes que se sepultaban junto al gobernante demostraban su importancia en vida de forma tal que los Señores lo tratarían en correspondencia en su vida futura. El árbol de la ceiba se consideraba sagrado por los mayas. Creían que era una especie de estación de paso entre los trece cielos y los inframundos, encima y abajo de la tierra.
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pues no todos los mayas te lo recuerdo, solamente aquellos que decían llamar los hijos del sol (el dios Hunab Ku) era similar a la corona para los reyes, también agrego que estas mascaras eran echas de oro solido para representar su poderio
Los mayas fueron excelentes escultores, crearon figuras bellamente proporcionadas y de armonía estética sobre estelas, dinteles y en los frisos que decoran paredes y templos. Tales esculturas en piedra representan los sacrificios humanos, ceremonias sangrientas, y otros ritos de purificación mientras que otras muestran a ricos gobernantes con espléndidos peinados, dioses, figuras geométricas, aves y animales. La cerámica también podría considerarse como una expresión artística. Las ollas de barro que se ponían a secar al sol en lugar de cocerse en hornos, podían hallarse lo mismo en la cocina de una familia común que en el ritual del templo. Las piezas ceremoniales muchas veces se pintaban con figuras mitológicas. También se han hallado piezas de oro en muchos sitios, algunas de ellas verdaderamente valiosas, labradas en jade y de exquisita manufactura. El jade era un material muy preciado y se usaba en ofrendas a los dioses o en los adornos de la nobleza. La gente usaba collares con piezas de jade que representaban figuras de animales o cuentas para alejar las enfermedades. En 1952, el arqueólogo mexicano Alberto Ruíz Lihuilleur descubrió la tumba del Señor de Pakal dentro del Templo de las Inscripciones en Palenque. Su hallazgo reveló que los mayas usaban prácticas funerarias como las de los antiguos egipcios: enterraban a sus gobernantes dentro de pirámides construyendo falsas cámaras y sepultando objetos funerarios y sirvientes para que acompañaran al difunto en la vida ultraterrena. La cripta de piedra de Pakal estaba cubierta con jeroglíficos y rodeada de oro, cerámica y otras riquezas. La tapa cincelada del sarcófago pesa cinco toneladas y puede verse aún sobre la tumba, en lo profundo del corazón del Templo de las Inscripciones. Una fina máscara de jade cubre el rostro del caudillo y siete acompañantes fueron hallados junto a él. De acuerdo con los antropólogos, la máscara representaba los rasgos del personaje, los cuales se deterioraron con el tiempo. Se creía que con la máscara serían reconocidos por los señores del inframundo después de su muerte. El tamaño del tesoro enterrado y el número de acompañantes que se sepultaban junto al gobernante demostraban su importancia en vida de forma tal que los Señores lo tratarían en correspondencia en su vida futura. El árbol de la ceiba se consideraba sagrado por los mayas. Creían que era una especie de estación de paso entre los trece cielos y los inframundos, encima y abajo de la tierra.
Seguramente para celebraciones, bailes, igual que lo hacen ahora.
pedian halloween y bailaban :D!