Primeramente tratemos de precisar la idea central del relato y que podría resumirse más o menos en las tribulaciones de los hijos y hermanos de una anciana enferma para tratar de mantener el equilibrio familiar, el cual podría romperse si la convaleciente empeora al recibir malas noticias. El tema podría parecer baladí, pero no hay que apresurarse en juzgar. Desde las primeras líneas asistimos al rompimiento progresivo de este equilibrio, pues el narrador nos introduce en el conflicto señalándonos las dificultades que impiden la materialización de esa estabilidad que pretende la familia.
El primer obstáculo es, por supuesto, el estado de salud del personaje mamá. Ya desde el inicio sabemos que su enfermedad le provoca alteraciones de la presión y el azúcar, pero nada más. Imaginamos —hay que hacerlo bastante en este texto— que sus achaques se deben a su edad; el hecho es que sólo se nos aclara lo que es esencial para aprehender la corriente de sentido que se desliza bajo el texto.
El "supuesto" segundo obstáculo es la enfermedad de una hermana de la anciana, hecho que también debe permanecer oculto, aunque, a medida que seguimos leyendo, nos percatamos que en realidad no constituye un segundo obstáculo sino un tercero pues antes había muerto por accidente un hijo de la convaleciente que, si nos dejamos llevar por algunos comentarios del narrador expresados como por azar, es su vástago preferido.
Lo importante aquí es ver como van apareciendo dificultades, situaciones a las cuales deben dar respuesta los personajes en aras de lograr sus objetivos. Así, a los obstáculos señalados contraponen otros creados por ellos, dando como resultado una situación inesperada que a ratos linda con el absurdo, pero todo está justificado porque "Lo único importante en el fondo era que pasara el tiempo y que mamá no se diese cuenta de nada" (El cuento argentino. Antología. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1979. Pág. 126.)
PERSONAJES
Para contarnos esta historia Cortázar se ha basado en un espléndido tratamiento de los personajes. Cada uno tiene sus propias características diferenciadoras, expresadas no sólo en el sugerente hilo conductor que lleva el narrador sino a través de sus actitudes y posiciones, muchas veces levemente insinuadas, lo que obliga al lector a hacer uso de un alto nivel de razonamiento. Aquí no quisiera dejar de llamar la atención sobre algunos aspectos de dos personajes fundamentales.
El primero es el personaje de mamá. No sabemos su nombre; tampoco es de importancia. Sus características están claramente esbozadas: débil de salud, pero duro de espíritu, suspicaz en extremo llegando a veces hasta la incredulidad, no cabe dudas que es la cabeza visible de la familia, tradicionalista, sobre todo en lo que respecta a los valores familiares. Nótese con qué maestría está dada la conversión de este personaje. Al principio notamos su total desconocimiento de los ardides articulados por la familia y, gradualmente, con sus respuestas evasivas, apreciamos su resignación y más tarde su progresiva introducción en el complot familiar.
El otro personaje fundamental es, por supuesto, Alejandro, pieza clave para entender el sentido que subyace en este texto y, sin embargo, es un personaje que nunca aparece en el relato. En el momento en que se coloca el narrador de "La salud..." ya Alejandro ha muerto, por tanto es un personaje sugerido por los demás participantes de esta historia. De una manera —ya dijimos absurda— nos hacemos testigos de su inesperado viaje al Brasil, de su tobillo fracturado, de su renovación de contrato de trabajo y, sobre todo de ese elemento utilizado por Cortázar en más de uno de sus cuentos, las cartas recién llegadas. Es gracias a este personaje que Cortázar nos coloca de lleno en el plano del absurdo. Nos reta con la condición de fallecido de este personaje y, por tanto, la imposibilidad de realizar todo lo que nos ha presentado para provocarnos una mezcla de reprobación y misericordia que nos acompaña en todo el texto.
Sin embargo, a mi juicio existe un personaje aún más importante que mamá y Alejandro, y es la familia. Ese ente social que se presenta como un personaje colectivo, con sus patrones de conducta, sus derechos y, sobre todas las cosas, sus deberes, ante los cuáles ha de sacrificarse todo: hasta la individualidad. Aquí la familia es un ser compacto, único, que debe mantener su estabilidad y su unidad ante cualquier eventualidad. Y es tan fuerte este objetivo que en algún momento puede olvidar la situación irracional en que había caído: "...a fuerza de fingir las risas todos habían acabado por reírse de veras con mamá, y a veces se hacían bromas y se tiraban manotazos aunque no estuvieran con ella, y después se miraban como si despertaran bruscamente..." (Ibídem, pág. 126) Claro que tantos obstáculos provocan, no pocas veces, un desconcierto para el que la familia no está preparada. Así podemos entender que Roque, siempre dispuesto
Answers & Comments
Verified answer
EL TEMA
Primeramente tratemos de precisar la idea central del relato y que podría resumirse más o menos en las tribulaciones de los hijos y hermanos de una anciana enferma para tratar de mantener el equilibrio familiar, el cual podría romperse si la convaleciente empeora al recibir malas noticias. El tema podría parecer baladí, pero no hay que apresurarse en juzgar. Desde las primeras líneas asistimos al rompimiento progresivo de este equilibrio, pues el narrador nos introduce en el conflicto señalándonos las dificultades que impiden la materialización de esa estabilidad que pretende la familia.
El primer obstáculo es, por supuesto, el estado de salud del personaje mamá. Ya desde el inicio sabemos que su enfermedad le provoca alteraciones de la presión y el azúcar, pero nada más. Imaginamos —hay que hacerlo bastante en este texto— que sus achaques se deben a su edad; el hecho es que sólo se nos aclara lo que es esencial para aprehender la corriente de sentido que se desliza bajo el texto.
El "supuesto" segundo obstáculo es la enfermedad de una hermana de la anciana, hecho que también debe permanecer oculto, aunque, a medida que seguimos leyendo, nos percatamos que en realidad no constituye un segundo obstáculo sino un tercero pues antes había muerto por accidente un hijo de la convaleciente que, si nos dejamos llevar por algunos comentarios del narrador expresados como por azar, es su vástago preferido.
Lo importante aquí es ver como van apareciendo dificultades, situaciones a las cuales deben dar respuesta los personajes en aras de lograr sus objetivos. Así, a los obstáculos señalados contraponen otros creados por ellos, dando como resultado una situación inesperada que a ratos linda con el absurdo, pero todo está justificado porque "Lo único importante en el fondo era que pasara el tiempo y que mamá no se diese cuenta de nada" (El cuento argentino. Antología. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1979. Pág. 126.)
PERSONAJES
Para contarnos esta historia Cortázar se ha basado en un espléndido tratamiento de los personajes. Cada uno tiene sus propias características diferenciadoras, expresadas no sólo en el sugerente hilo conductor que lleva el narrador sino a través de sus actitudes y posiciones, muchas veces levemente insinuadas, lo que obliga al lector a hacer uso de un alto nivel de razonamiento. Aquí no quisiera dejar de llamar la atención sobre algunos aspectos de dos personajes fundamentales.
El primero es el personaje de mamá. No sabemos su nombre; tampoco es de importancia. Sus características están claramente esbozadas: débil de salud, pero duro de espíritu, suspicaz en extremo llegando a veces hasta la incredulidad, no cabe dudas que es la cabeza visible de la familia, tradicionalista, sobre todo en lo que respecta a los valores familiares. Nótese con qué maestría está dada la conversión de este personaje. Al principio notamos su total desconocimiento de los ardides articulados por la familia y, gradualmente, con sus respuestas evasivas, apreciamos su resignación y más tarde su progresiva introducción en el complot familiar.
El otro personaje fundamental es, por supuesto, Alejandro, pieza clave para entender el sentido que subyace en este texto y, sin embargo, es un personaje que nunca aparece en el relato. En el momento en que se coloca el narrador de "La salud..." ya Alejandro ha muerto, por tanto es un personaje sugerido por los demás participantes de esta historia. De una manera —ya dijimos absurda— nos hacemos testigos de su inesperado viaje al Brasil, de su tobillo fracturado, de su renovación de contrato de trabajo y, sobre todo de ese elemento utilizado por Cortázar en más de uno de sus cuentos, las cartas recién llegadas. Es gracias a este personaje que Cortázar nos coloca de lleno en el plano del absurdo. Nos reta con la condición de fallecido de este personaje y, por tanto, la imposibilidad de realizar todo lo que nos ha presentado para provocarnos una mezcla de reprobación y misericordia que nos acompaña en todo el texto.
Sin embargo, a mi juicio existe un personaje aún más importante que mamá y Alejandro, y es la familia. Ese ente social que se presenta como un personaje colectivo, con sus patrones de conducta, sus derechos y, sobre todas las cosas, sus deberes, ante los cuáles ha de sacrificarse todo: hasta la individualidad. Aquí la familia es un ser compacto, único, que debe mantener su estabilidad y su unidad ante cualquier eventualidad. Y es tan fuerte este objetivo que en algún momento puede olvidar la situación irracional en que había caído: "...a fuerza de fingir las risas todos habían acabado por reírse de veras con mamá, y a veces se hacían bromas y se tiraban manotazos aunque no estuvieran con ella, y después se miraban como si despertaran bruscamente..." (Ibídem, pág. 126) Claro que tantos obstáculos provocan, no pocas veces, un desconcierto para el que la familia no está preparada. Así podemos entender que Roque, siempre dispuesto
se mas especificoo!!
como se entiende!