La idea de liberación, de libertad como bien lo dices tú, está en lo profundo de todo el Evangelio de Jesucristo y lo está en el Antiguo Testamento también. No te olvides que cada vez que Dios se acerca al hombre lo hace para "liberarlo" y desde luego, cuando se acerca Jesucristo, cumplida ya la plenitud de los tiempos, un signo evidente de esa cercanía es LA LIBERTAD PLENA.
Es evidente que Jesucristo vino precisamente a liberar al hombre, a conseguir que fuera eso, hombre; que fuera capaz de utilizar lo que lo distingue de los animales, es decir, su inteligencia y su voluntad con rectitud.
* Vino Jesucristo ciertamente a conseguir que el hombre fuera capaz de alzarse contra él mismo, penetrando hasta lo íntimo de su ser para destrozar lo viejo y feo que tiene dentro para que aflore lo que tiene de espléndido y admirable.
* Vino para que el hombre sea capaz de arrojar lejos las cadenas de su egoísmo que lo convierte en el centro del universo con olvido olímpico de los demás seres que lo pueblan; vino para que fuera capaz de sentirse, con todas sus consecuencias, hijo de Dios y hermano de los hombres.
* Así es, vino Jesucristo a liberar al hombre en su totalidad a fin de hacerlo apto para construir "hoy y aquí" el Reino de Dios que El anunció y quiso construir como tarea prioritaria de su vida.
* Vino para liberar al hombre de eso que se llama "pecado" y que consiste en trastornar la escala de valores y en lugar de buscar el Reino de Dios y su justicia, buscar la propia y directa satisfacción por encima de todo.
* Vino para que, al liberar al hombre desapareciera en la tierra el odio, la guerra, la violencia, la extorsión, el dolor innecesario y causado directamente con nuestras manos: la injusticia, la miseria, la opresión, la intolerancia.
* Vino para construir el hombre nuevo capaz de colaborar en la realización de la nueva tierra y de los cielos nuevos.
Simple y sencillamente: ¡¡Jesucristo fue un auténtico liberador!!. Con razón pudo decir delante de los suyos que en El y en aquel momento se cumplía la Escritura que acababa de leer (Lc 4, 18) y que hablaba precisamente de la liberación del hombre. Y conviene pensar serenamente en este párrafo del Evangelio de Lucas y saborear la escena en un momento, como el que vivimos en la actualidad, en la que proliferan los "liberadores" y las "libertades".
Hoy se habla mucho de liberar al hombre. Estamos rodeados de "liberadores oficiales" (entre comillas), que nos quieren liberar para gozar del sexo, de la vida, de cada momento que se nos escapa de las manos y hay que asirlo por eso con rapidez y apurarlo hasta sus últimas posibilidades, porque SEGÚN ELLOS "la vida se nos escapa de las manos y hay que "gozarla" TODA".
¿Qué resultados estamos viendo de estos "mesías de hoy" que se presentan como liberadores? ¿Qué frutos vemos de la liberación que nos anuncian los "mesías de turno"?
* vidas rotas en plena juventud;
* hastío cuando apenas comienza la vida y todo debería ser una ilusión espléndida;
* placer sin limitaciones que deja una mueca de desencanto y no logra arrancar una sonrisa limpia y estimulante;
* violencia mortal al imponer los propios modos de concebir la vida a punta de pistola;
* hambre, del que es posible morir en nuestras civilizadas y estupendas ciudades;
* frío del que también se muere a nuestro alrededor;
* soledad, una soledad inmensa que llena de vacío nuestras populosas ciudades;
* injusticia que se traduce en pobreza institucionalizada, en paro estabilizado o sin estabilizar.
¿Frente a estos libertadores de hoy, que mensaje nos trae Jesucristo?
Frente a ellos, se alza majestuosamente Jesús, con la Escritura en la mano, anunciando que real y verdaderamente comienza con El la auténtica y total liberación del hombre. Una liberación que supone romper las cadenas personales que a cada uno aprisionan para conseguir ser lo que se debe ser, antes de comenzar a hacer lo que se debe hacer. Para un cristiano, "lo que se deber ser" es ser un sincero y verdadero hijo de Dios en el Hijo, con toda la amplitud y la exigencia que esa realidad lleva consigo, un solo cuerpo en Cristo y templo vivo del Espíritu Santo.
Jesús dejó claramente señalado el camino para alcanzar la libertad : la confianza en Dios y la preocupación por el hermano. Mientras los hombres siguen buscando, la verdadera libertad ¡¡está ahí!!, al alcance de la mano de cualquiera que sepa buscar, de cualquiera que esté dispuesto a seguir a Jesús. Así y sólo así alcanzará el hombre la plena libertad, la que le liberará de las pequeñas y de las grandes esclavitudes; la que le liberará incluso del terrible dominio de la muerte
Lamentablemente, y como sabrás, aún hoy en día existen los históricos CIEGOS Y SORDOS ESPIRITUALES que por más que les estés "recordando y recordando" que DIOS LES AMA, pero, como bien lo dijo Jesucristo mismo:
+ "...miran y NO VEN, oyen y NO ESCUCHAN NI COMPRENDEN" (Mt. 13:13).
Liberar a quienes estan atados al mundo, a quienes, por "x o y motivo" no se vuelcan a la verdad y siguen a Dios, liberarlos de las ataduras del mundo y del enemigo.
Supongo que te refieres al texto de Lucas 4,18 donde jesús dice que ha sido enviado a libera a los cautivos.La misión de Jesús es la de liberarnos de las cadenas de la muerte,de las que nadie,sino Ãl nos podÃa librar.A librarnos de la esclavitud al mal que, bajo apariencias de bien, tenÃa encadenado al hombre a los vicios para no dejarle servir a la justicia y al bien.Muchos rigen sus vidas por el placer en vez de por el bien,la verdad la justicia y el amor..Para liberarnos del error y darnos la verdad que nos haga libres.Hay muchos errores sobre la condición de la vida que le impiden al hombre escoger el plan salvador de Dios y se acogen a la perdición del error que no deja ver la verdad de Dios.
El espÃritu de los cautivos está atrapado en la cárcel de las pasiones, de los instintos, de los deseos que los tiene enredados en el pecado sin que puedan soltarse porque ni siquiera son conscientes del sufrimiento en que los sume su cautiverio, porque están dormidos, porque están muertos. Sólo si despiertan podrán ser libres. Liberarlos es despertarlos.
Yo entiendo que los cautivos del diablo son liberados cuando son libres del espÃritu de error que los confunde.
En forma personal estoy orando, y estoy estudiando la escritura junto a mis amigos y a mis hermanos, para hacer distinción entre la cosa santa y la profana, y entre la cosa inmunda y la limpia.
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La idea de liberación, de libertad como bien lo dices tú, está en lo profundo de todo el Evangelio de Jesucristo y lo está en el Antiguo Testamento también. No te olvides que cada vez que Dios se acerca al hombre lo hace para "liberarlo" y desde luego, cuando se acerca Jesucristo, cumplida ya la plenitud de los tiempos, un signo evidente de esa cercanía es LA LIBERTAD PLENA.
Es evidente que Jesucristo vino precisamente a liberar al hombre, a conseguir que fuera eso, hombre; que fuera capaz de utilizar lo que lo distingue de los animales, es decir, su inteligencia y su voluntad con rectitud.
* Vino Jesucristo ciertamente a conseguir que el hombre fuera capaz de alzarse contra él mismo, penetrando hasta lo íntimo de su ser para destrozar lo viejo y feo que tiene dentro para que aflore lo que tiene de espléndido y admirable.
* Vino para que el hombre sea capaz de arrojar lejos las cadenas de su egoísmo que lo convierte en el centro del universo con olvido olímpico de los demás seres que lo pueblan; vino para que fuera capaz de sentirse, con todas sus consecuencias, hijo de Dios y hermano de los hombres.
* Así es, vino Jesucristo a liberar al hombre en su totalidad a fin de hacerlo apto para construir "hoy y aquí" el Reino de Dios que El anunció y quiso construir como tarea prioritaria de su vida.
* Vino para liberar al hombre de eso que se llama "pecado" y que consiste en trastornar la escala de valores y en lugar de buscar el Reino de Dios y su justicia, buscar la propia y directa satisfacción por encima de todo.
* Vino para que, al liberar al hombre desapareciera en la tierra el odio, la guerra, la violencia, la extorsión, el dolor innecesario y causado directamente con nuestras manos: la injusticia, la miseria, la opresión, la intolerancia.
* Vino para construir el hombre nuevo capaz de colaborar en la realización de la nueva tierra y de los cielos nuevos.
Simple y sencillamente: ¡¡Jesucristo fue un auténtico liberador!!. Con razón pudo decir delante de los suyos que en El y en aquel momento se cumplía la Escritura que acababa de leer (Lc 4, 18) y que hablaba precisamente de la liberación del hombre. Y conviene pensar serenamente en este párrafo del Evangelio de Lucas y saborear la escena en un momento, como el que vivimos en la actualidad, en la que proliferan los "liberadores" y las "libertades".
Hoy se habla mucho de liberar al hombre. Estamos rodeados de "liberadores oficiales" (entre comillas), que nos quieren liberar para gozar del sexo, de la vida, de cada momento que se nos escapa de las manos y hay que asirlo por eso con rapidez y apurarlo hasta sus últimas posibilidades, porque SEGÚN ELLOS "la vida se nos escapa de las manos y hay que "gozarla" TODA".
¿Qué resultados estamos viendo de estos "mesías de hoy" que se presentan como liberadores? ¿Qué frutos vemos de la liberación que nos anuncian los "mesías de turno"?
* vidas rotas en plena juventud;
* hastío cuando apenas comienza la vida y todo debería ser una ilusión espléndida;
* placer sin limitaciones que deja una mueca de desencanto y no logra arrancar una sonrisa limpia y estimulante;
* violencia mortal al imponer los propios modos de concebir la vida a punta de pistola;
* hambre, del que es posible morir en nuestras civilizadas y estupendas ciudades;
* frío del que también se muere a nuestro alrededor;
* soledad, una soledad inmensa que llena de vacío nuestras populosas ciudades;
* injusticia que se traduce en pobreza institucionalizada, en paro estabilizado o sin estabilizar.
¿Frente a estos libertadores de hoy, que mensaje nos trae Jesucristo?
Frente a ellos, se alza majestuosamente Jesús, con la Escritura en la mano, anunciando que real y verdaderamente comienza con El la auténtica y total liberación del hombre. Una liberación que supone romper las cadenas personales que a cada uno aprisionan para conseguir ser lo que se debe ser, antes de comenzar a hacer lo que se debe hacer. Para un cristiano, "lo que se deber ser" es ser un sincero y verdadero hijo de Dios en el Hijo, con toda la amplitud y la exigencia que esa realidad lleva consigo, un solo cuerpo en Cristo y templo vivo del Espíritu Santo.
Jesús dejó claramente señalado el camino para alcanzar la libertad : la confianza en Dios y la preocupación por el hermano. Mientras los hombres siguen buscando, la verdadera libertad ¡¡está ahí!!, al alcance de la mano de cualquiera que sepa buscar, de cualquiera que esté dispuesto a seguir a Jesús. Así y sólo así alcanzará el hombre la plena libertad, la que le liberará de las pequeñas y de las grandes esclavitudes; la que le liberará incluso del terrible dominio de la muerte
Lamentablemente, y como sabrás, aún hoy en día existen los históricos CIEGOS Y SORDOS ESPIRITUALES que por más que les estés "recordando y recordando" que DIOS LES AMA, pero, como bien lo dijo Jesucristo mismo:
+ "...miran y NO VEN, oyen y NO ESCUCHAN NI COMPRENDEN" (Mt. 13:13).
Hasta pronto.
El término éste de "liberar a los cautivos" tiene muchas acepciones, como por ejemplo, sacar de la cárcel a los presos polÃticos o liberar a los que han sido secuestrados.
Pero me gustarÃa entender este término, como lo que está ocurriendo con nuestra Iglesia hermana, la Anglicana, en donde muchÃsimos de sus seguidores, están volviendo a la verdadera Iglesia de Cristo: la Católica. En donde muchÃsimos de sus sacerdotes y sus obispos, asqueados de que mujeres se conviertan en sacerdotisas y que se permita el matrimonio entre gays, vuelven "a casa", es decir SE LIBERAN DE LAS ATADURAS CON QUE EL DEMONIO LOS TENIAN CAUTIVOS y vuelven a la Iglesia Católica.
Ese es mi entender de esa tu frase.
Saludos mi amigo.
Liberar a quienes estan atados al mundo, a quienes, por "x o y motivo" no se vuelcan a la verdad y siguen a Dios, liberarlos de las ataduras del mundo y del enemigo.
Supongo que te refieres al texto de Lucas 4,18 donde jesús dice que ha sido enviado a libera a los cautivos.La misión de Jesús es la de liberarnos de las cadenas de la muerte,de las que nadie,sino Ãl nos podÃa librar.A librarnos de la esclavitud al mal que, bajo apariencias de bien, tenÃa encadenado al hombre a los vicios para no dejarle servir a la justicia y al bien.Muchos rigen sus vidas por el placer en vez de por el bien,la verdad la justicia y el amor..Para liberarnos del error y darnos la verdad que nos haga libres.Hay muchos errores sobre la condición de la vida que le impiden al hombre escoger el plan salvador de Dios y se acogen a la perdición del error que no deja ver la verdad de Dios.
"El presente de la humanidad está desbordado de opresión, esclavitud, pecado, crÃmenes escalofriantes, frustraciones, injusticias descomunales y a todo nivel, y desengaños. La mayorÃa viven oprimidos por el miedo, por las preocupaciones y obsesiones; esclavizados por ataduras, que son incapaces de romper, conflictos, complejos y culpabilidades. ¡Cuánta gente está pensando: si logro cambiar a las personas que me rodean, o consigo cambiar la situación en que me encuentro, seré feliz! No saben que los que les hace desgraciados, lo que les causa sufrimientos, no son ni las circunstancias, ni las personas que les rodean, sino su propia intimidad, su propio ser y carácter indomado, sus propias programaciones, sus propios y personales bloqueos. Se puede conseguir una mejor situación, vivir en el lugar más hermoso del mundo, y seguir siendo interiormente desgraciados."
El espÃritu de los cautivos está atrapado en la cárcel de las pasiones, de los instintos, de los deseos que los tiene enredados en el pecado sin que puedan soltarse porque ni siquiera son conscientes del sufrimiento en que los sume su cautiverio, porque están dormidos, porque están muertos. Sólo si despiertan podrán ser libres. Liberarlos es despertarlos.
Wilson D.
"Liberar a los cautivos"
Yo entiendo que los cautivos del diablo son liberados cuando son libres del espÃritu de error que los confunde.
En forma personal estoy orando, y estoy estudiando la escritura junto a mis amigos y a mis hermanos, para hacer distinción entre la cosa santa y la profana, y entre la cosa inmunda y la limpia.
El Señor nos ilumine.
¡Shalom!
Los mismos cautivos de Satanás piden al Papa Benedicto XVI su reunificación con la Iglesia Católica.
Liberar a la gente que esta atada en su libertad. Por ejemplo, aquellos que son presas de los dogmas religosos, ayudarlos a liberar su mente.