Cada huella mnémica, expresa un conjunto de imágenes, sonidos, etc. asociados a palabras, frases con una semántica propia y también finalmente con una conexión a un circuito emocional determinado. Esto determina la cualidad afectiva del recuerdo.
Estas huellas mnémicas se asocian a otras mediante imágenes, sonidos, etc. o palabras o semánticas comunes. De este modo, las huellas mnémicas se interrelacionan entre sí formando estructuras de consulta al momento de establecer una actividad.
Este mecanismo asociativo de huellas mnémicas es fácil de evidenciar cuando una persona vé o escucha o percibe algo y eso le permite evocar otras situaciones. Ha ocurrido que un estímulo externo ha despertado una asociación de imagenes o palabras de huellas mnémicas anteriores. En ésto es bastante claro los restos diurnos de los sueños descubiertos por Freud. Gran parte de los sueños recordados al día siguiente tienen relación con elementos vividos en la vigilia previa a dicho sueño.
Pero dada la increible cantidad de circuitos neuronales asociados entre sí, debe existir un moderador a fines de que la asociación de ideas pueda permitir un producto concreto y no una divagación vana. Es aquí donde se halla diferencia entre personas que evocan todo, asocian todo, plantean todo, pero no sintetizan nada. son incapaces de lograr elegir entre las posibilidades que sus circuitos neuronales le proponen y en general se aferran a ideas tradicionalistas.
Answers & Comments
Verified answer
Cada huella mnémica, expresa un conjunto de imágenes, sonidos, etc. asociados a palabras, frases con una semántica propia y también finalmente con una conexión a un circuito emocional determinado. Esto determina la cualidad afectiva del recuerdo.
Estas huellas mnémicas se asocian a otras mediante imágenes, sonidos, etc. o palabras o semánticas comunes. De este modo, las huellas mnémicas se interrelacionan entre sí formando estructuras de consulta al momento de establecer una actividad.
Este mecanismo asociativo de huellas mnémicas es fácil de evidenciar cuando una persona vé o escucha o percibe algo y eso le permite evocar otras situaciones. Ha ocurrido que un estímulo externo ha despertado una asociación de imagenes o palabras de huellas mnémicas anteriores. En ésto es bastante claro los restos diurnos de los sueños descubiertos por Freud. Gran parte de los sueños recordados al día siguiente tienen relación con elementos vividos en la vigilia previa a dicho sueño.
Pero dada la increible cantidad de circuitos neuronales asociados entre sí, debe existir un moderador a fines de que la asociación de ideas pueda permitir un producto concreto y no una divagación vana. Es aquí donde se halla diferencia entre personas que evocan todo, asocian todo, plantean todo, pero no sintetizan nada. son incapaces de lograr elegir entre las posibilidades que sus circuitos neuronales le proponen y en general se aferran a ideas tradicionalistas.
Norberto Marucco. El Trabajo del Psicoanálisis Hoy.
Zona Erógena. Nº 33. 1997.
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar/
1
EL TRABAJO DEL PSICOANÃLISIS HOY
NORBERTO MARUCCO
Ubicar al psicoanálisis como un trabajo implica abordarlo desde
su Ãntima vinculación con la problemática de la cura, puesto que es
realizado en dirección a la cura psicoanalÃtica. Freud alentó los
esfuerzos terapéuticos del psicoanálisis en toda su obra: “El neurótico
curado ha devenido en realidad otro hombre (...): ha devenido lo que
en el mejor de los casos y bajo las condiciones más favorables podÃa
devenir. Pero esto es mucho. Cuando sepan todo lo que es preciso
hacer y el esfuerzo que se requiere para implantar esa alteración en
apariencia tan Ãnfima de su vida anÃmica, advertirán la importancia
que posee esa diferencia de nivel psÃquico” (Freud, 1917 {1916-17}).
Entonces, dar el justo valor al objetivo de la cura analÃtica implicarÃa
dar a nuestros pacientes la posibilidad de acceder a un futuro
distinto, y jerarquizar al psicoanálisis en su importante misión
terapéutica.
Inscripto entonces dentro de la problemática de la cura
psicoanalÃtica, el trabajo del psicoanalista es demandado por
diferentes estructuras psicopatológicas. Y esto nos lleva a un primer
replanteo: «El psicoanálisis ideal-Ideal del psicoanálisis». Como punto
de partida el psicoanálisis ha trabajado en torno a un ideal: A través
del psicoanálisis de la neurosis Freud plantea el método analÃtico. El
libro de los sueños introduce una visión del psicoanálisis, de su
metodologÃa, y de su técnica, apoyada justamente en la
instrumentación técnica de la teorÃa de los sueños. El paciente
recostado en un diván... su posibilidad motora inhibida..., casi
anulado el polo perceptivo... PodrÃa decirse que están dadas las
condiciones “ideales” para seguir las cadenas asociativas a la manera
de un sueño. El análisis serÃa la interpretación de los significantes,
que aparecerÃan en el desfiladero de la asociación libre. El
psicoanálisis muestra aquà su potencia en el área del inconsciente
reprimido y sus modos de retorno: los sÃntomas, que devienen en
sÃntomas transferenciales que la asociación libre (como regla
psicoanalÃtica básica) permite aflorar. La primera tópica analÃtica
constituirÃa el paradigma teórico sobre el que asentarÃa su poderÃo un
inconsciente sexual idealizado, al decir de Green. La teorÃa de la cura
Norberto Marucco. El Trabajo del Psicoanálisis Hoy.
Zona Erógena. Nº 33. 1997.
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar/
2
se apoyarÃa entonces en la interpretación del discurso, interpretación
capaz de develar la ética del deseo. Pero para bien o para mal el
trabajo del psicoanalista es algo más que el trabajo sobre la neurosis.
Catorce años después del libro de los sueños, con la
«Introducción del narcisismo» Freud nos introduce en otro
psicoanálisis. Obra fundamental que demuestra la importancia del
objeto en la constitución del psiquismo y, por ende, también en la de
la patologÃa, y en el devenir del proceso analÃtico. Importancia de
“tener” el objeto, y de frustrarse ante y/o por el objeto. Frustración
ante la cual se crearÃa un ideal al que consagrar el amor que antes le
era consagrado al «yo verdadero», instalándose asà una estructura
narcisista, intrapsÃquica, que he denominado «estructura
idealizadora». Este ideal intrapsÃquico proyectado hacia un objeto
externo deviene en la idealización del objeto, y es esto,
precisamente, lo que caracterizarÃa a toda una serie de patologÃas
(desde las adicciones, hasta el enamoramiento patológico y la
melancolÃa).
El trabajo del psicoanalista frente a los pacientes de hoy tiene
que poder dar cuenta de estas situaciones que ocupan muchas veces
un lugar central en la clÃnica psicoanalÃtica. La idealización del analista
será insidiosa, tenaz, recurrente... ¡y la desidealización del analista
una tarea analÃtica por excelencia! No es fácil, probablemente
emerjan reacciones terapéuticas negativas. Y el analista correrá el
riesgo de transformarse en profeta, redentor, o maestro, y crear
seres a imagen o semejanza. Una de las maneras en que el trabajo
del análisis se hace interminable.
También por aquellos años (1914), la clÃnica psicoanalÃtica, a
través del historial del “hombre de los lobos” (que hoy podrÃamos
ubicar psicopatológicamente dentro de las patologÃas de frontera),
mostraba a Freud las limitaciones de la primera tópica. Esta
experiencia, en principio, junto con las manifestaciones de la
«psicopatologÃa de la vida cotidiana», como de “los que fracasan al
triunfar”, la clÃnica de la RTN en el trabajo analÃtico, habrÃan
empujado a Freud hacia la pulsión de muerte y la segunda tópica. Y
este “pasaje” teórico es importante porque “hace” intrÃnsecamente al
trabajo del psicoanálisis, y a la posibilidad de definirlo como
terminable o interminable.
La introducción de la pulsión de muerte conduce al psicoanálisis
hacia dos puertos, o mejor, dos travesÃas: “El yo y el ello” y el
concepto de compulsión a la repetición. El inconciente, aquel
Norberto Marucco. El Trabajo del Psicoanálisis Hoy.
Zona Erógena. Nº 33. 1997.
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar/
3
inconciente del decir y del significante, será también el del trauma.
Cuando Freud en “Más allá del principio del placer” reconceptualiza el
trauma hace del ello (de “El Yo y el Ello”) un concepto clÃnico
particularmente rico, ya que incluye al inconciente sexual, infantil,
que se expresaba en representaciones de palabras, en el concepto de
significante, pero a su vez es algo más. ¿Qué es ese “algo más”? El
ello es un inconciente en el que coexiste la dualidad pulsional vida y
muerte. Pulsión de muerte expresada históricamente como
repetición. Asà el campo analÃtico traerá historias de significantes e
historias de traumas. Frente a ellas ya no le bastará al analista la vÃa
de levare (esto es, interpretar). Deberá además transitar la vÃa de
porre, o sea, otorgar significación a esos traumas que se repiten una
y otra vez con demonÃaca insistencia (esto es, construir).
También influye en el trabajo del psicoanalista de hoy lo que he
llamado “la introducción del fetichismo en la teorÃa freudiana”. El
fetichismo aparentemente introduce el estudio de una perversión.
Pero de eso Freud ya se habÃa ocupado mucho antes. ¿Por qué
necesita, en 1927, dedicar un artÃculo al fetichismo? ¿Por qué
después de haber publicado “El sepultamiento del complejo de
Edipo”, y haber hecho una sÃntesis final sobre la resolución del
complejo de Edipo en su difÃcil enfrentamiento con la castración,
constituyendo el inconsciente reprimido y el superyó como heredero
del complejo de Edipo, reaparece el fetichismo como un encuentro
casi ocasional en sus pacientes neuróticos? Freud vuelve sobre el
fetichismo porque ha encontrado un mecanismo que da cuenta no
sólo de la perversión propiamente dicha, sino de una modalidad de
estructuración del aparato: la Verleugnung. La desmentida pasa a
tener un papel fundamental en la conformación del psiquismo*. Frente
a la amenaza de castración una parte del yo la reconocerá y reprimirá
su Edipo fundando el inconsciente reprimido; y otra parte desmentirá
la castración, y al hacerlo, conformará un inconsciente no reprimido,
un inconsciente con sus particulares vÃas de retorno. ¿Cuál es el
precio de desmentir la realidad? Un tipo de patologÃa que tiene que
ver con los vÃnculos, con la manera de relacionarse con el otro, con lo
que ocurre en la realidad (las conmociones y violencias sociales,
incluso la violencia de la imagen, de la “información”).
* La desmentida como mecanismo estructurante del aparato psÃquico, y no sólo
como perversión, es un tema que desarrollé en mi trabajo «Edipo, castración y
fetiche», que presentaré en la Reunión Plenaria inaugural del 40° Congreso
Internacional de Psicoanálisis, Barcelona, 1977, sobre «Psicoanálisis y Sexualidad».
Norberto Marucco. El Trabajo del Psicoanálisis Hoy.
Zona Erógena. Nº 33. 1997.
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar/
4
Asà como la introducción del concepto de pulsión de muerte, y de
traumas no inscriptos verbalmente, permite echar luz sobre la
patologÃa psicosomática (sobre la «profundidad» del cuerpo), la
introducción, en la teorÃa y en la práctica del concepto de desmentida
aclara el campo de las patologÃas que tienen que ver con el impacto
del mundo exterior en el psiquismo.
Hechas estas consideraciones metapsicológicas para comprender
ciertas estructuras de la psicopatologÃa, propondrÃa profundizar en
primer lugar la problemática de el trabajo del psicoanálisis hoy.
¿Cuál es la labor del psicoanalista de hoy? Ante todo, ubicarse en un
lugar alerta, abierto, comprometido con la complejidad de la
patologÃa actual que exigirá profundizar sus formulaciones teóricas, y
aún cambiarlas, si fuera el caso. En el campo de la clÃnica el analista
encontrará en su paciente algo de aquello que tiene que ver con el
sueño y con los significantes, y su tarea será entonces la de un
descifrador. También encontrará (o “se topará con”, podrÃamos decir)
la “estructura idealizadora”, y será puesto, alternativamente, en el
lugar del maestro, del profeta, del redentor... ¡pero a sabiendas que
deberá abandonarlo! El paciente, luego de vivir intensamente en la
relación analÃtica ese vÃnculo de sumisión, de dependencia y
humillación ante el objeto, podrá reconocerlo como tal, como objeto,
y hacer su camino, más dueño de sÃ. Pero sabemos que el desafÃo
será todavÃa más grande. En los análisis no dejarán de hacerse
presentes esas inscripciones “más allá del principio del placer”
vinculadas a la pulsión de muerte a las que he denominado huellas
mnémicas ingobernables, que se expresan como compulsión a la
repetición. Tendrá entonces -como ya dije- que otorgar
significaciones, construir. Construcciones que deben ser corroboradas
por la actitud del paciente y sus pronunciaciones. Regla técnica de
oro: un analista nunca deberá pensar que su construcción es la final;
su construcción siempre es preliminar; la palabra final tendrá que
escucharla de parte de su paciente.
Un paso más: ¿Cómo se opera el trabajo analÃtico en momentos
sociales y culturales como los de hoy, en que la realidad o la
desmentida pueden llegar a aniquilar al yo? Tanto la aceptación
(rigidez de la adaptación), como la desmentida (como actitud), se
constituyen en fuentes de patologÃa. El psicoanálisis propone, y se
propone a sà mismo, el reconocimiento de la realidad. Para lograrlo
deberá comenzar por abandonar el lugar idealizado en el que fue
Norberto Marucco. El Trabajo del Psicoanálisis Hoy.
Zona Erógena. Nº 33. 1997.
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar/
5
ubicado (y por momentos se ubicó), desacralizarse, para trabajar
denodadamente junto con su paciente para mitigar su padecer.
¿Cuáles son sus elementos de trabajo? El psicoanalista de hoy
deberá ser capaz de producir sus propias herramientas: actos u
operaciones analÃticas que permitan ir desmontando
progresivamente estas estructuras psÃquicas que emergen en la
actualidad como expresiones psicopatológicas. En ese sentido cada
acto analÃtico, en el momento mismo en que se produce, le darÃa un
carácter “terminable” a esa operación psicoanalÃtica, a la vez que
serÃa a través de la sucesión “interminable” de esos actos analÃticos
que irÃa produciéndose el trabajo del psicoanálisis. Proceso que
tendrÃa cabida aún después de concluido el proceso psicoanalÃtico, a
través de esa posibilidad o capacidad que quedarÃa como remanente
tras haber vivido la experiencia de esos actos analÃticos, como
autoanálisis que le permita al sujeto tener una respuesta distinta,
producto del conocimiento de su propio inconsciente, frente a los
avatares del mundo pulsional, de las exigencias del superyó, a las
imprevisibles circunstancias de la vida, y las determinaciones de la
realidad exterior (como otra instancia psÃquica).
Para finalizar: Cuando el psicoanálisis trabaja en la producción
de actos analÃticos que promueven la comprensión del deseo que se
realiza en un sueño, desmonta una estructura idealizadora, otorga
representaciones al área de lo no representado (esas huellas
mnémicas ingobernables), “corrige” algo de la escisión del yo
determinada por la acción de la desmentida; esta trabajando en y
“al” psicoanálisis. En el reconocimiento del valor de estos actos
analÃticos el psicoanálisis podrá acercarse a su “ideal”, y sólo podrá
hacerlo en la medida que sea capaz de abandonar su lugar idealizado.
BIBLIOGRAFÃA
Freud, Sigmund (1901) «La interpretación de los sueños», A.E. -1914:
«Introducción del narcisismo», A.E. XIV -1920: «Más allá del principio del placer»,
A.E. XVIII -1923: «El yo y el ello», A.E. XIX -1927: «Fetichismo», A.E. XXI.
Green, André (1993) «El trabajo de lo negativo», Amorrortu Editores, Buenos
Aires. -1990 (a) «La nueva clÃnica psicoanalÃtica y la teorÃa de Freud. Aspectos
fundamentales de la locura privada», Amorrortu Editores, Buenos Aires. (b) «De
locuras privadas», Amorrortu Editores, Buenos Aires.
M’Uzan, Michel de (1995) «La boca del inconsciente. Ensayos sobre la
interpretación», Amorrortu Editores, Buenos Aires.
Marucco, Norberto (1996 a) «Edipo, castración y fetiche» (artÃculo pre-publicado
para el 40° Congreso Internacional de Psicoanálisis, Barcelona 1977, y de
próxima aparición en la Revista de Psicoanálisis). -1996 (b): «Recordar, repetir y
Norberto Marucco. El Trabajo del Psicoanálisis Hoy.
Zona Erógena. Nº 33. 1997.
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar/
6
elaborar: Un desafÃo para el psicoanálisis en los tiempos actuales» (Revista Zona
Erógena N° 30) -1995 (a) «La teorÃa de la cura en el psicoanálisis actual: De Freud
a nosotros». (Revista Zona Erógena N° 25). (b): «Progresos en la cura del
narcisismo», Publicación del XXXIII Symposium de la Asociación PsicoanalÃtica
Argentina, 1995 -1993: «Acerca de la cura en psicoanálisis. Reflexiones actuales
sobre un legado psicoanalÃtico», Revista de Psicoanálisis L, N° 2, 1993 -1978:
«Narcisismo, escisión del yo y Edipo. Una introducción a manera de epÃlogo»,
Revista de Psicoanálisis, XXXV, N° 2.
hola
tal vez te refieras
al concepto de la dianética o cientologÃa (vease)
que se conoce como "engrama"
En inglés se define al engrama (vease)
como "memory trace"
saludos