Santos Calletano Godino era un muy joven asesino serial argentino.Nacio a principios del siglo pasado.
Sus victimas predilectas eran niños, casi bebes.Su padre (de origen italiano,como su esposa) era un ebrio y un maltratador.
Le decian "el petiso orejudo", y desde pequeño torturaba animales.Engañaba a sus victimas que encontraba jugando en baldios por la zona que actualmente conforma los barrios de Almagro, Caballito y Once/Abasto,en.la ciudad de Buenos. Aires(Argentina).Las ahoracaba utilizando el lazo que sostenia sus pantalones.
Se dice que el cadaver de una de sus victimas( una chiquita de tres años) aun se encuentra enterrado bajo una casa o edificio en la calle Rio de Janeiro,en lo que a principios de siglo fue un terreno baldio.
El petiso orejudo paso sus ultimos dias los paso en la carcel del fin del mundo,Ushuaia.
Se pueden encontrar la foto del cadaver de uno de sus mas famoso infanticidios, donde ahorco y"remato"con un clavo el craneo de un niño llamado Gerardo.
Afortunadamente,el asesino cometio el error de dejarparte de su precario "cinturon" en la escena del crimen, lo que confirio las pruebas para su encarcelamiento.
Esta es la historia de Cayetano Santos Godino, alias "El Petiso Orejudo", un pobre pibe que posiblemente transformaron en un mostruo. Fue sin dudas un caso exacerbado por la prensa.Era un enfermo mental. Hoy sería declarado inimputable y mandado al psiquiátrico. En aquella época lo mandaron al Presidio de Ushuaia y lo liquidaron. Quedó su fémur como pisapapeles de recuerdo...
Aquí su historia:Comenzó a matar siendo un adolescente. Sus víctimas eran niños indefensos. El de Cayetano Santos Godino es el caso más escalofriante de los que registran los anales policiales del país.Un día de 1906, el empleado municipal Fiore Godino entró en la comisaría décima, en la calle Urquiza 550, y a los gritos clamó ayuda para controlar a su propio hijo, Cayetano Santos Godino, de sólo 9 años:
¡"Señor comisario, yo no puedo con él! Es imposible dominarlo. Rompe a pedradas los vidrios de los vecinos, les pega a los chicos del barrio. Y si lo encierro en casa es peor. Se pone como loco. El otro día encontré una caja de zapatos. Había matado a los canarios del patio, les había arrancado los ojos y las plumas y me los dejó en la caja, al lado de mi cama". El comisario fue a buscar a Cayetano al conventillo de la calle 24 de Noviembre 623, donde vivían entonces los Godino, y se lo envió al juez. Tras una reprimenda, fue devuelto a sus padres. Como no mejoraba, en 1908 lo encerraron en un reformatorio de Marcos Paz. Iba a pasar allí tres años, pero no sirvió de nada. Cayetano Santos Godino comenzó a matar y a quemar en un raid criminal como la ciudad jamás había visto. Buenos Aires celebraba con grandes fastos el centenario de la patria. La ciudad era una fiesta, pero algunos comensales no habían sido invitados. Entre ellos, Cayetano Santos Godino, que quedó en la historia criminal argentina "y en la mitología negra de Buenos Aires" como "El Petiso Orejudo". Fiore Godino y Lucia Ruffo, dos campesinos sardos, habían llegado en 1884 a Buenos Aires. Eran analfabetos y huían de la pobreza, pero también de una tragedia personal: el hijo primogénito, también Cayetano, había muerto de una afección cardíaca a los diez meses de edad. Después, los Godino tuvieron una hija, Josefa, con la que emprendieron la travesía, y en Buenos Aires les nacieron nueve hijos más. Al último, que vio la luz en 1896 en el conventillo de Deán Funes 1158, lo bautizaron Cayetano, como al muertito.
La vida de los Godino no fue fácil; no sólo porque "l' América" ya estaba hecha, sino por las desventuras de Fiore. El padre de Cayetano era sifilítico y alcohólico, aunque se las arreglaba para ir tirando, hasta que finalmente consiguió un trabajo de farolero (encendía el fuego en los faroles de alumbrado). Cayetano era un chico frágil: enfermó de enteritis a los pocos años y creció raquítico. Peor les fue a algunos de sus hermanos, como Antonio, que era epiléptico. Cuando Fiore llegaba a casa "las dos piezas del conventillo donde la familia habitaba" les propinaba feroces palizas a Lucía y a sus hijos. Cayetano fue a varias escuelas, pero duraba poco: lo expulsaron seis veces y nadie le enseñó a leer. Cuando fue revisado por los médicos, éstos contaron 27 cicatrices en la cabeza provocadas por las palizas del padre y de su hermano Antonio. A los siete años, Cayetano era tan bajo y menudo que parecía de cuatro. Lo llamaban "El Oreja" o "El Petiso Orejudo" porque sus apéndices auditivos eran grandes y apantallados. A los 8 cometió su primera fechoría. Tomó de la mano a un niño de 21 meses y lo llevó a un baldío donde comenzó a pegarle en la cabeza con una piedra. Al pequeño Miguel de Paoli lo salvó el vigilante de la esquina, que llevó al agresor a la comisaría. El padre tuvo que ir a buscarlo y todo quedó como una pelea de chicos. ¿Quién podía pensar que en ese incidente comenzaba su carrera el mayor asesino serial y pirómano nunca conocido en el sur de América? No se sabe qué sucedió durante los tres años que Cayetano pasó en la colonia penal de Marcos Paz, salvo que varias veces intentó fugarse. Pero a fines de 1911 mandaron a Cayetano a casa para que pasara la Navidad en familia.
La niña en llamas:
El año siguiente, 1912, iba a ser un año lleno de acontecimientos, en la Argentina y en el mundo. Se hundió el Titanic en el Atlántico norte y en algunos cabarets de Buenos Aires comenzó a actuar un dúo de tangueros: el cantor Carlos Gardel y su guitarrista José Razzano. Pero para muchos porteños aquel 1912 quedó en la memoria como un año atroz, porque fue cuando un fantasma recorrió Buenos Aires dejando una huella de sangre. El 25 de enero de 1912 se encontró, en una casa vacía de Pavón 1541, el cadáver de Arturo Laurora, de 13 años, golpeado y estrangulado. A las seis de la tarde del 7 de marzo de 1912, una niña de 5 años llamada Reina Bonita Vainicoff, hija de inmigrantes judíos que vivían en la avenida Entre Ríos 522, miraba la vidriera de una zapatería. De pronto, sin que nadie atinara a darse cuenta cómo, el vestido blanco de Reina Bonita, lleno de volados y puntillas, comenzó a arder. Alguien le había tirado un fósforo. A pesar de los gritos desgarradores de la niña en llamas, y de que un policía se tiró sobre ella para apagar el fuego con el cuerpo, no pudo ser salvada. Reina Bonita, con quemaduras múltiples, murió 16 días más tarde. La tragedia se ensañó con la familia Vainicoff: el abuelo, al ver que su nieta ardía, cruzó la avenida Entre Ríos sin mirar y lo mató un auto.
El 16 de julio de ese mismo año, Cayetano incendió un corralón en Garay al 3100. En septiembre, mientras trabajaba como mandadero en unos almacenes del barrio, acuchilló a un caballo en los establos de Chiclana al 3300. Dos días después prendió fuego a la estación de tranvías de la Compañía Anglo, que tenía entrada por Estados Unidos y por Carlos Calvo. El 8 de noviembre de 1912, y en un descuido de sus padres, desapareció el niño Roberto Carmelo Russo, de dos años y medio, quien jugaba con su hermanito mayor en la vereda de Carlos Calvo al 3800. Minutos más tarde, un vigilante rescató a Roberto Carmelo en un baldío. Lo habían maniatado con un piolín. Junto a él estaba un muchacho menudo y de orejas apantalladas: alegó que acababa de descubrir a Robertito y estaba desatándolo. Durante ese mes de noviembre, otros extraños sucesos conmovieron al barrio: alguien incendió un galpón de azulejos en la calle Carlos Calvo y Carmen Ghittoni, de tres años, fue golpeada en un baldío de Chiclana y Deán Funes. El vigilante llegó corriendo y sólo avistó de lejos al agresor, que huía. Cuatro días después, Catalina Neolener, de cinco años, sufrió un ataque similar en el umbral de su casa, en Directorio 78. Pero todo se iba a precipitar el día de la tragedia, el martes 3 de diciembre de 1912.
Un chico llamado Jesualdo: Pocos lugares habría más tranquilos que aquella cuadra de la calle Progreso (hoy Pedro Echagüe), entre Jujuy y Catamarca. Esa mañana, la señora María Giordano abrió la puerta de calle y miró al cielo. Estaba nublado y bochornoso, pero no parecía que fuera a llover. Dirigiéndose a su hijo Jesualdo, un gordito de tres años y medio que llevaba una pelota colorada bajo el brazo, le recomendó: "Quedate jugando en la vereda, Jesualdito, pero no crucés". Fue lo último que le dijo. Cuando volvió a verlo, su hijo estaba muerto. La tarde del 3 de diciembre Jesualdo fue encontrado en un basural conocido como la quinta Moreno, donde funcionaba antes el horno de ladrillos de la fábrica La Americana. Lo habían estrangulado con trece vueltas de un piolín que se le hundió en el cuello. Como no terminaba de morir, el homicida le perforó la sien derecha con un clavo de cuatro pulgadas, al que golpeó con una piedra hasta que la punta salió por el otro parietal. Luego tapó el cuerpito con chapas de cinc y se fue tranquilamente a su casa. El horroroso crimen de Jesualdo Giordano hizo explotar a la ciudad. El conventillo de Progreso 2585, en el que vivían los Giordano, se colmó de vecinos indignados. Según la crónica del diario La Prensa, la policía sabía perfectamente quién era el asesino: sospechaban hacía tiempo de Godino, aunque no tenían pruebas. Quizá no se animaban a proclamar que un niño fuese el culpable de esos crímenes que la opinión pública adjudicaba a siniestras organizaciones criminales como la Mano Negra, dedicadas a secuestrar chicos. "El Oreja", con inconsciencia, parecía provocar al mundo. Durante la reconstrucción del crimen de Jesualdo, Godino fue visto entre el gentío que llenaba la quinta Moreno. También fue al velorio, y hasta algunos dijeron que se mostró compungido al acercarse al féretro blanco y tocar la cabecita con mano trémula. Se sabe que compró un ejemplar del diario y se hizo leer la crónica de los hechos (era analfabeto). Luego recortó la noticia y se la guardó. Los vecinos que declararon ante la policía coincidieron: poco antes del hecho, habían visto pasar al pequeño Jesualdo de la mano con Godino. "El Oreja" fue detenido la noche del 5 de diciembre. Los diarios revelaron los detalles de la confesión del "Petiso", que habló durante varias horas. Loco moral: El proceso a Cayetano Santos Godino se prolongó por dos años, durante los cuales "El Petiso" fue recluido en el Hospicio de las Mercedes. Las más importantes figuras de la psiquiatría criminal concurrían para examinar al reo y comprobar cómo era aquel ser al que la prensa calificaba de fiera humana. Muchas voces reclamaron que se lo condenara a la pena capital, que entonces estaba en vigencia para delitos como el homicidio, aunque no podía aplicarse a menores. ¿Pero podía llamársele niño al "Petiso", aunque su partida de nacimiento dijera que sólo tenía 15 años?. Godino fue procesado por tres homicidios (los de los niños Arturo Laurora, Reina Bonita Vainicoff y Jesualdo Giordano), y once agresiones. ¿Cometió otros crímenes? El proceso nunca lo esclareció. Se dijo con insistencia que "El Oreja" habría matado a otros niños, por ejemplo la pequeña María Rosa Face, una nena perdida que nunca apareció ni viva ni muerta y cuyos padres regresaron a Italia. También al niño Lautaro Marchi, que sin embargo no figura en el expediente criminal. No había mucho que discutir en el proceso a Cayetano Santos Godino, asesino y pirómano confeso. Para el doctor Domingo Cabred, célebre alienista y director del Hospicio, Cayetano era un "imbécil", o bien un "loco moral": su degeneración provenía de la falta de afectos, la limitación de su inteligencia y su impulsividad mórbida. "Tiene conciencia y memoria del impulso destructor", sostenían los dictámenes, pero era un "degenerado hereditario", y ello explicaba su sadismo.
Godino era examinado como un cobayo; en el diagnóstico, se destacaban sus características físicas: la escasa talla (1,51 metros), la cabeza pequeña (microsomía); la extensión de sus brazos, que abiertos alcanzaban una envergadura de 1,85 metros; sus orejas desmesuradas y en asa, su miseria física y la desmesura de su órgano sexual. Todo conducía a una conclusión: Godino estaba predestinado al crimen.
El doctor Cabred sostuvo este diálogo con "El Oreja":
¿Es usted un muchacho desgraciado o feliz?
Feliz.
¿No siente usted remordimientos por lo que ha hecho?
No entiendo.
¿Piensa que será castigado por sus delitos?
He oído que me condenarán a veinte años de cárcel y que si no fuera menor me pegarían un tiro.
¿Qué pasaba por la mente de Godino cuando cometía sus crímenes? Según sus palabras, una fuerza ingobernable lo dominaba, el dolor le partía el cráneo y ese sufrimiento sólo se aliviaba golpeando, matando. Sin embargo, todos los exámenes descartaron que padeciera epilepsia.
¿Por qué incendiaba las casas? preguntaba Cabred.
Porque me gusta ver trabajar a los bomberos. Cuando ellos llegaban, yo colaboraba trayéndoles baldes de agua.
¿Y robar?: He probado, no me gusta.
Godino fue condenado en 1914 a la pena de penitenciaría perpetua, que era irredimible. El juez lo envió a la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras, donde podía ser aislado en una celda. Allí pasó varios años. Aprendió a leer y escribir, a sumar y restar. En 1923 se inauguró en Ushuaia un presidio de máxima seguridad. Se la llamó "la cárcel del fin del mundo". Godino, severamente custodiado y engrillado, fue trasladado a ella en el transporte Chaco.
Los gatitos muertos: En 1933, José María Soiza Reilly, periodista y escritor muy popular, entrevistó a Cayetano Santos Godino en la celda que ocupaba, la número 90. Por esa entrevista, publicada en la revista Caras y Caretas, el público se enteró de que Godino había matado a dos gatitos que eran las mascotas de los presos, y que por ello le habían propinado una feroz paliza. También contaba que en una de las primeras operaciones de cirugía estética que se habían hecho en el país le habían achatado las orejas, esas orejas aladas que según algunos eran la causa de su maldad. La operación fue auspiciada por el gobierno, que envió un equipo médico y un fotógrafo a Ushuaia.
Cayetano Santos Godino nunca recuperó su libertad. Según el certificado de defunción, "El Petiso Orejudo" falleció el 15 de noviembre de 1944 por una hemorragia interna causada por gastritis avanzada. ¿Murió de una paliza que le propinaron los presos? Cuenta la leyenda que, cuando el penal fue clausurado, en 1947, los huesos de nuestro primer asesino serial no pudieron ser hallados en el camposanto del lugar. En cambio, la esposa del último director tenía un pisapapeles con el fémur de Cayetano Santos Godino.
Cayetano Santos Godino, apodado "Petiso orejudo" (Buenos Aires, 31 de octubre de 1896 - Ushuaia, 15 de noviembre de 1944), fue un asesino en serie que asoló la ciudad argentina de Buenos Aires con sólo 16 años. A principios del siglo XX fue responsable por la muerte de cuatro niños, siete intentos de asesinato y el incendio de siete edificios.
Tabla de contenidos [ocultar]
1 Biografía
1.1 Sus comienzos
1.2 1912
1.3 Condena
2 Informes Médicos
2.1 Informe Negri-Lucero (31 de enero de 1913)
2.2 Informe Victor Mercante (24 de febrero de 1913)
2.3 Informe Ernesto Nelson (1 de abril de 1913)
2.4 Informe Esteves-Cabred (29 de mayo de 1913)
3 Víctimas
4 Fuentes
Biografía [editar]
Sus comienzos [editar]Cayetano Godino nació en la ciudad de Buenos Aires el 31 de octubre de 1896. Era hijo de dos inmigrantes calabreses, Fiore Godino y Lucia Ruffo, y tenía siete hermanos. Su padre era un alcohólico golpeador, enfermo de sífilis. Entre los cinco y diez años Cayetano concurrió a varios establecimientos educativos, de donde siempre era expulsado.
El 28 de septiembre de 1904 y con sólo siete años comete su primer delito: llevó a un terreno baldío a Miguel de Paoli, un niño de 21 meses de edad, donde lo golpeó hasta que fue detenido por un policía. En 1905, y con el mismo modus operandi, Cayetano llevó a su vecina Ana Neri, de 18 meses de edad, a un baldío donde comenzó a golpearle la cabeza con una piedra. Afortunadamente un policía volvió a detenerlo, pero fue liberado esa misma noche.
En marzo de 1906, volvió a llevar a una niña a un baldío donde intentó estrangularla y luego la enterró viva. A los 10 años Cayetano pasaba el tiempo torturando animales, hasta que fue descubierto por su padre y fue recluido en la Alcaldía Segunda División más de dos meses.
El 9 de septiembre de 1908 intentó ahogar a Severino González Caló, de 22 meses de edad, pero nuevamente fue detenido a tiempo y liberado al otro día. El 15 de septiembre intentó quemar los párpados de Julio Botte, de 20 meses, pero esta vez consiguió huir. El 6 de diciembre los padres volvieron a llevarlo a la comisaría, pero esta vez permaneció encerrado tres años en la Colonia de Menores de Marcos Paz. A pedido de sus padres fue liberado el 23 de diciembre de 1911, pero a diferencia de lo que se esperaba su violencia empeoró. Los padres le habían conseguido un trabajo pero sólo duró tres meses en él. Ya desempleado, volvió a vagar por las calles.
1912 [editar]
El "Petiso Orejudo" con el arma homicida, Diciembre de 1912El 26 de enero de 1912 fue encontrado muerto en una casa desocupada Arturo Laurona, de 13 años. El 7 de marzo de ese mismo año incendió el vestido de Reyna Vainicoff, de 5 años, quien murió días después. A finales de septiembre incendió una estación de tranvías, incendio que fue controlado por los bomberos. El 8 de noviembre intentó estrangular a Roberto Russo, pero fue detenido. Esta vez fue procesado por intento de homicidio, pero fue liberado por falta de méritos. El 16 de noviembre golpeó a Carmen Ghittoni, quien sólo recibió heridas leves ya que Cayetano fue detenido por un policía. El 20 de noviembre raptó a Catalina Neolener, quien comenzó a gritar y alertó a un vecino de la zona que la rescató. A finales de noviembre incendió dos galpones, que fueron rápidamente apagados.
El 3 de diciembre de 1912 encontró a Jesualdo Giordano jugando en la puerta de su casa, le ofreció comprarle caramelos y logró llevárselo. En un almacén en las cercanías compró caramelos y le dio algunos. Lo llevó a una quinta cercana y, prometiéndole más caramelos, lo convenció de entrar. Allí tiró al menor al suelo e intentó estrangularlo con la soga que llevaba como cinturón, pero como se resistía cortó la soga y la usó para atarle las piernas y las manos. Comenzó a golpearlo hasta que tuvo la idea de introducirle un clavo en el cráneo. Comenzó a buscar un clavo y se encontró con el padre del menor en las afueras de la quinta, le dijo que no sabía donde se encontraba su hijo e ingresó nuevamente a la quinta con el clavo. Pensando que Jesualdo Giordano se encontraba todavía vivo, tomó una piedra que usó como martillo. Después de introducirle el clavo en el costado del cráneo, cubrió el cuerpo con chapas y huyó del lugar. El cuerpo fue encontrado minutos después por el padre de la víctima. A las 8 PM de ese día, Cayetano fue al velorio de su víctima, al acercarse al ataúd decidió tocarle la cabeza para comprobar los efectos del clavo. A las 5:30 AM del 4 de diciembre fue detenido por la policía, confesando todos sus crímenes.
Condena [editar]
Mural de Cayetano Santos Godino en Ushuaia (Argentina)El 4 de enero de 1913 ingresó preventivamente al Hospicio de las Mercedes, donde intentó asesinar a varios internos. Debido a los informes médicos que lo declaraban un alienado mental, el juez Oro lo sobreseyó por considerarlo irresponsable de sus actos, y ordenó que permaneciera en el Hospicio. Este fallo fue confirmado por el juez de segunda instancia, pero el 12 de noviembre de 1915 la Cámara de Apelaciones lo condenó a cárcel por tiempo indeterminado, porque no era un imbécil absoluto como lo establecía el art. 81 del Código Penal. La Cámara además sostuvo que había mejorado debido al tratamiento dado en el Hospicio, por lo que el 20 de noviembre ingresó en la Penitenciaría Nacional.
El 28 de marzo de 1923 Godino fue finalmente trasladado al penal de Ushuaia. A comienzos de 1933 estuvo un tiempo en el hospital del penal por la paliza que le dieron los presos luego de matar a dos gatos que eran las mascotas del penal. A partir de 1935 estuvo constantemente enfermo y sin recibir visitas, hasta que murió el 15 de noviembre de 1944 en condiciones poco claras.
Informes Médicos [editar]Estos son resúmenes de los informes médicos, que constan en el Archivo General de los Tribunales. Buenos Aires, República Argentina, Sección Penal, Legajo número 2255 - Criminal, 2° Cuerpo, folios 213-260.
Informe Negri-Lucero (31 de enero de 1913) [editar]El procesado Godino es un alienado mental o insano o demente, en las acepciones legales.
Es un degenerado hereditario, imbécil que sufre la locura moral, por definición, muy peligrosa.
Es irresponsable.
El "Petiso Orejudo" en Ushuaia
Informe Victor Mercante (24 de febrero de 1913) [editar]Cayetano Santos Godino no sabe leer, escribe tan solo su firma y conoce los números hasta 100. Posee una suma de conocimientos generales muy mala, obtenidos por educación refleja.
Es un tipo absolutamente inadaptable a la escuela común; solo la educación individual hubiera podido alcanzar algún éxito.
Se ha desenvuelto en un medio desfavorable a la formación de una conducta correcta.
Priman en él los instintos primarios de la vida animal con una actividad poco común, mientras que los sociales están poco menos que atrofiados. Es un tipo agresivo, sin sentimientos e inhibición, lo que explica su inadaptabilidad a la disciplina didáctica.
Ofrece del punto de vista físico, numerosos estigmas degenerativos, los más característicos del tipo criminal.
Sus sentidos y la capacidad para conocer, no ofrecen anomalías, se presentan normales; asimismo normales sus capacidades psíquicas, si bien inestable la atención por falta de dirección afectiva.
En cambio, ofrece como estigma fundamental de su vida moral, la idiotez afectiva; los sentimientos sociales, directrices de la acción, son poco menos que nulos.
Dé suerte que sus estados de conciencia contienen normalmente, todos los elementos menos uno, fundamental que la desequilibra, el afectivo, que es algo así como el timón de la conducta.
Informe Ernesto Nelson (1 de abril de 1913) [editar]Godino es un caso de degeneración agravada por el abandono social de que él ha sido víctima, y que por lo tanto no puede hacérsele responsable de sus crímenes, aún cuando su libertad sería peligrosa.
Informe Esteves-Cabred (29 de mayo de 1913) [editar]Que Cayetano Santos Godino se halla atacado de alienación mental.
Que su alienación mental reviste la forma de imbecilidad.
Que esta imbecilidad es incurable.
Que Godino es totalmente irresponsable de sus actos.
Que presenta numerosas anomalías físicas y psíquicas.
Que carece de condiciones para el trabajo disciplinado.
Que tiene noción de la responsabilidad de sus actos, lo cual se observa en muchos alienados.
Que es un impulsivo consciente y extremadamente peligroso para los que lo rodean.
Que debe permanecer, indefinidamente, aislado en el manicomio en que se encuentra.
Víctimas [editar]
Severino González Caló, a quien intentó asesinarMiguel de Paoli: Intento de asesinato. Fue golpeado y arrojado sobre unas espinas.
Ana Neri: Intento de asesinato. Golpeada en la cabeza con una piedra.
NN: Asesinada. Enterrada viva luego de un intento de estrangulamiento.
Severino González Caló: Intento de asesinato. Intentó ahogarlo.
Julio Botte: Lesiones. Fue quemado en un párpado con un cigarrillo.
Arturo Laurona: Asesinado. Fue golpeado y luego estrangulado.
Reyna Vainicoff: Asesinada. Su vestido fue incendiado y murió días después.
Roberto Russo: Intento de asesinato. Sufrió un intento de estrangulamiento.
Carmen Ghittoni: Intento de asesinato. Fue levemente golpeada.
Catalina Neolener: Lesiones. Sólo recibió golpes ya que sus gritos alertaron a un vecino.
Jesualdo Giordano: Asesinado. Fue golpeado, estrangulado y su cabeza atravesada por un clavo.
Cayetano Godino nació en la ciudad de Buenos Aires el 31 de octubre de 1896. Era hijo de dos inmigrantes calabreses, Fiore Godino y Lucia Ruffo, y tenía siete hermanos. Su padre era un alcohólico golpeador, enfermo de sífilis. Entre los cinco y diez años Cayetano concurrió a varios establecimientos educativos, de donde siempre era expulsado.
El 28 de septiembre de 1904 y con sólo siete años comete su primer delito: llevó a un terreno baldío a Miguel de Paoli, un niño de 21 meses de edad, donde lo golpeó hasta que fue detenido por un policía. En 1905, y con el mismo modus operandi, Cayetano llevó a su vecina Ana Neri, de 18 meses de edad, a un baldío donde comenzó a golpearle la cabeza con una piedra. Afortunadamente un policía volvió a detenerlo, pero fue liberado esa misma noche.
En marzo de 1906, volvió a llevar a una niña a un baldío donde intentó estrangularla y luego la enterró viva. A los 10 años Cayetano pasaba el tiempo torturando animales, hasta que fue descubierto por su padre y fue recluido en la Alcaldía Segunda División más de dos meses.
El 9 de septiembre de 1908 intentó ahogar a Severino González Caló, de 22 meses de edad, pero nuevamente fue detenido a tiempo y liberado al otro día. El 15 de septiembre intentó quemar los párpados de Julio Botte, de 20 meses, pero esta vez consiguió huir. El 6 de diciembre los padres volvieron a llevarlo a la comisaría, pero esta vez permaneció encerrado tres años en la Colonia de Menores de Marcos Paz. A pedido de sus padres fue liberado el 23 de diciembre de 1911, pero a diferencia de lo que se esperaba su violencia empeoró. Los padres le habían conseguido un trabajo pero sólo duró tres meses en él. Ya desempleado, volvió a vagar por las calles.
1912 [editar]
El "Petiso Orejudo" con el arma homicida, Diciembre de 1912El 26 de enero de 1912 fue encontrado muerto en una casa desocupada Arturo Laurona, de 13 años. El 7 de marzo de ese mismo año incendió el vestido de Reyna Vainicoff, de 5 años, quien murió días después. A finales de septiembre incendió una estación de tranvías, incendio que fue controlado por los bomberos. El 8 de noviembre intentó estrangular a Roberto Russo, pero fue detenido. Esta vez fue procesado por intento de homicidio, pero fue liberado por falta de méritos. El 16 de noviembre golpeó a Carmen Ghittoni, quien sólo recibió heridas leves ya que Cayetano fue detenido por un policía. El 20 de noviembre raptó a Catalina Neolener, quien comenzó a gritar y alertó a un vecino de la zona que la rescató. A finales de noviembre incendió dos galpones, que fueron rápidamente apagados.
El 3 de diciembre de 1912 encontró a Jesualdo Giordano jugando en la puerta de su casa, le ofreció comprarle caramelos y logró llevárselo. En un almacén en las cercanías compró caramelos y le dio algunos. Lo llevó a una quinta cercana y, prometiéndole más caramelos, lo convenció de entrar. Allí tiró al menor al suelo e intentó estrangularlo con la soga que llevaba como cinturón, pero como se resistía cortó la soga y la usó para atarle las piernas y las manos. Comenzó a golpearlo hasta que tuvo la idea de introducirle un clavo en el cráneo. Comenzó a buscar un clavo y se encontró con el padre del menor en las afueras de la quinta, le dijo que no sabía donde se encontraba su hijo e ingresó nuevamente a la quinta con el clavo. Pensando que Jesualdo Giordano se encontraba todavía vivo, tomó una piedra que usó como martillo. Después de introducirle el clavo en el costado del cráneo, cubrió el cuerpo con chapas y huyó del lugar. El cuerpo fue encontrado minutos después por el padre de la víctima. A las 8 PM de ese día, Cayetano fue al velorio de su víctima, al acercarse al ataúd decidió tocarle la cabeza para comprobar los efectos del clavo. A las 5:30 AM del 4 de diciembre fue detenido por la policía, confesando todos sus crímenes.
Condena [editar]
Mural de Cayetano Santos Godino en Ushuaia (Argentina)El 4 de enero de 1913 ingresó preventivamente al Hospicio de las Mercedes, donde intentó asesinar a varios internos. Debido a los informes médicos que lo declaraban un alienado mental, el juez Oro lo sobreseyó por considerarlo irresponsable de sus actos, y ordenó que permaneciera en el Hospicio. Este fallo fue confirmado por el juez de segunda instancia, pero el 12 de noviembre de 1915 la Cámara de Apelaciones lo condenó a cárcel por tiempo indeterminado, porque no era un imbécil absoluto como lo establecía el art. 81 del Código Penal. La Cámara además sostuvo que había mejorado debido al tratamiento dado en el Hospicio, por lo que el 20 de noviembre ingresó en la Penitenciaría Nacional.
El 28 de marzo de 1923 Godino fue finalmente trasladado al penal de Ushuaia. A comienzos de 1933 estuvo un tiempo en el hospital del penal por la paliza que le dieron los presos luego de matar a dos gatos que eran las mascotas del penal. A partir de 1935 estuvo constantemente enfermo y sin recibir visitas, hasta que murió el 15 de noviembre de 1944 en condiciones poco claras.
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Santos Calletano Godino era un muy joven asesino serial argentino.Nacio a principios del siglo pasado.
Sus victimas predilectas eran niños, casi bebes.Su padre (de origen italiano,como su esposa) era un ebrio y un maltratador.
Le decian "el petiso orejudo", y desde pequeño torturaba animales.Engañaba a sus victimas que encontraba jugando en baldios por la zona que actualmente conforma los barrios de Almagro, Caballito y Once/Abasto,en.la ciudad de Buenos. Aires(Argentina).Las ahoracaba utilizando el lazo que sostenia sus pantalones.
Se dice que el cadaver de una de sus victimas( una chiquita de tres años) aun se encuentra enterrado bajo una casa o edificio en la calle Rio de Janeiro,en lo que a principios de siglo fue un terreno baldio.
El petiso orejudo paso sus ultimos dias los paso en la carcel del fin del mundo,Ushuaia.
Se pueden encontrar la foto del cadaver de uno de sus mas famoso infanticidios, donde ahorco y"remato"con un clavo el craneo de un niño llamado Gerardo.
Afortunadamente,el asesino cometio el error de dejarparte de su precario "cinturon" en la escena del crimen, lo que confirio las pruebas para su encarcelamiento.
Santos Cayetano Godino, mas conocido como el petiso orejudo, fue un asesino serial, famoso en la criminologia argentina
El "Petiso Orejudo" o Cayetano Santos Godino
Esta es la historia de Cayetano Santos Godino, alias "El Petiso Orejudo", un pobre pibe que posiblemente transformaron en un mostruo. Fue sin dudas un caso exacerbado por la prensa.Era un enfermo mental. Hoy sería declarado inimputable y mandado al psiquiátrico. En aquella época lo mandaron al Presidio de Ushuaia y lo liquidaron. Quedó su fémur como pisapapeles de recuerdo...
Aquí su historia:Comenzó a matar siendo un adolescente. Sus víctimas eran niños indefensos. El de Cayetano Santos Godino es el caso más escalofriante de los que registran los anales policiales del país.Un día de 1906, el empleado municipal Fiore Godino entró en la comisaría décima, en la calle Urquiza 550, y a los gritos clamó ayuda para controlar a su propio hijo, Cayetano Santos Godino, de sólo 9 años:
¡"Señor comisario, yo no puedo con él! Es imposible dominarlo. Rompe a pedradas los vidrios de los vecinos, les pega a los chicos del barrio. Y si lo encierro en casa es peor. Se pone como loco. El otro día encontré una caja de zapatos. Había matado a los canarios del patio, les había arrancado los ojos y las plumas y me los dejó en la caja, al lado de mi cama". El comisario fue a buscar a Cayetano al conventillo de la calle 24 de Noviembre 623, donde vivían entonces los Godino, y se lo envió al juez. Tras una reprimenda, fue devuelto a sus padres. Como no mejoraba, en 1908 lo encerraron en un reformatorio de Marcos Paz. Iba a pasar allí tres años, pero no sirvió de nada. Cayetano Santos Godino comenzó a matar y a quemar en un raid criminal como la ciudad jamás había visto. Buenos Aires celebraba con grandes fastos el centenario de la patria. La ciudad era una fiesta, pero algunos comensales no habían sido invitados. Entre ellos, Cayetano Santos Godino, que quedó en la historia criminal argentina "y en la mitología negra de Buenos Aires" como "El Petiso Orejudo". Fiore Godino y Lucia Ruffo, dos campesinos sardos, habían llegado en 1884 a Buenos Aires. Eran analfabetos y huían de la pobreza, pero también de una tragedia personal: el hijo primogénito, también Cayetano, había muerto de una afección cardíaca a los diez meses de edad. Después, los Godino tuvieron una hija, Josefa, con la que emprendieron la travesía, y en Buenos Aires les nacieron nueve hijos más. Al último, que vio la luz en 1896 en el conventillo de Deán Funes 1158, lo bautizaron Cayetano, como al muertito.
La vida de los Godino no fue fácil; no sólo porque "l' América" ya estaba hecha, sino por las desventuras de Fiore. El padre de Cayetano era sifilítico y alcohólico, aunque se las arreglaba para ir tirando, hasta que finalmente consiguió un trabajo de farolero (encendía el fuego en los faroles de alumbrado). Cayetano era un chico frágil: enfermó de enteritis a los pocos años y creció raquítico. Peor les fue a algunos de sus hermanos, como Antonio, que era epiléptico. Cuando Fiore llegaba a casa "las dos piezas del conventillo donde la familia habitaba" les propinaba feroces palizas a Lucía y a sus hijos. Cayetano fue a varias escuelas, pero duraba poco: lo expulsaron seis veces y nadie le enseñó a leer. Cuando fue revisado por los médicos, éstos contaron 27 cicatrices en la cabeza provocadas por las palizas del padre y de su hermano Antonio. A los siete años, Cayetano era tan bajo y menudo que parecía de cuatro. Lo llamaban "El Oreja" o "El Petiso Orejudo" porque sus apéndices auditivos eran grandes y apantallados. A los 8 cometió su primera fechoría. Tomó de la mano a un niño de 21 meses y lo llevó a un baldío donde comenzó a pegarle en la cabeza con una piedra. Al pequeño Miguel de Paoli lo salvó el vigilante de la esquina, que llevó al agresor a la comisaría. El padre tuvo que ir a buscarlo y todo quedó como una pelea de chicos. ¿Quién podía pensar que en ese incidente comenzaba su carrera el mayor asesino serial y pirómano nunca conocido en el sur de América? No se sabe qué sucedió durante los tres años que Cayetano pasó en la colonia penal de Marcos Paz, salvo que varias veces intentó fugarse. Pero a fines de 1911 mandaron a Cayetano a casa para que pasara la Navidad en familia.
La niña en llamas:
El año siguiente, 1912, iba a ser un año lleno de acontecimientos, en la Argentina y en el mundo. Se hundió el Titanic en el Atlántico norte y en algunos cabarets de Buenos Aires comenzó a actuar un dúo de tangueros: el cantor Carlos Gardel y su guitarrista José Razzano. Pero para muchos porteños aquel 1912 quedó en la memoria como un año atroz, porque fue cuando un fantasma recorrió Buenos Aires dejando una huella de sangre. El 25 de enero de 1912 se encontró, en una casa vacía de Pavón 1541, el cadáver de Arturo Laurora, de 13 años, golpeado y estrangulado. A las seis de la tarde del 7 de marzo de 1912, una niña de 5 años llamada Reina Bonita Vainicoff, hija de inmigrantes judíos que vivían en la avenida Entre Ríos 522, miraba la vidriera de una zapatería. De pronto, sin que nadie atinara a darse cuenta cómo, el vestido blanco de Reina Bonita, lleno de volados y puntillas, comenzó a arder. Alguien le había tirado un fósforo. A pesar de los gritos desgarradores de la niña en llamas, y de que un policía se tiró sobre ella para apagar el fuego con el cuerpo, no pudo ser salvada. Reina Bonita, con quemaduras múltiples, murió 16 días más tarde. La tragedia se ensañó con la familia Vainicoff: el abuelo, al ver que su nieta ardía, cruzó la avenida Entre Ríos sin mirar y lo mató un auto.
El 16 de julio de ese mismo año, Cayetano incendió un corralón en Garay al 3100. En septiembre, mientras trabajaba como mandadero en unos almacenes del barrio, acuchilló a un caballo en los establos de Chiclana al 3300. Dos días después prendió fuego a la estación de tranvías de la Compañía Anglo, que tenía entrada por Estados Unidos y por Carlos Calvo. El 8 de noviembre de 1912, y en un descuido de sus padres, desapareció el niño Roberto Carmelo Russo, de dos años y medio, quien jugaba con su hermanito mayor en la vereda de Carlos Calvo al 3800. Minutos más tarde, un vigilante rescató a Roberto Carmelo en un baldío. Lo habían maniatado con un piolín. Junto a él estaba un muchacho menudo y de orejas apantalladas: alegó que acababa de descubrir a Robertito y estaba desatándolo. Durante ese mes de noviembre, otros extraños sucesos conmovieron al barrio: alguien incendió un galpón de azulejos en la calle Carlos Calvo y Carmen Ghittoni, de tres años, fue golpeada en un baldío de Chiclana y Deán Funes. El vigilante llegó corriendo y sólo avistó de lejos al agresor, que huía. Cuatro días después, Catalina Neolener, de cinco años, sufrió un ataque similar en el umbral de su casa, en Directorio 78. Pero todo se iba a precipitar el día de la tragedia, el martes 3 de diciembre de 1912.
Un chico llamado Jesualdo: Pocos lugares habría más tranquilos que aquella cuadra de la calle Progreso (hoy Pedro Echagüe), entre Jujuy y Catamarca. Esa mañana, la señora María Giordano abrió la puerta de calle y miró al cielo. Estaba nublado y bochornoso, pero no parecía que fuera a llover. Dirigiéndose a su hijo Jesualdo, un gordito de tres años y medio que llevaba una pelota colorada bajo el brazo, le recomendó: "Quedate jugando en la vereda, Jesualdito, pero no crucés". Fue lo último que le dijo. Cuando volvió a verlo, su hijo estaba muerto. La tarde del 3 de diciembre Jesualdo fue encontrado en un basural conocido como la quinta Moreno, donde funcionaba antes el horno de ladrillos de la fábrica La Americana. Lo habían estrangulado con trece vueltas de un piolín que se le hundió en el cuello. Como no terminaba de morir, el homicida le perforó la sien derecha con un clavo de cuatro pulgadas, al que golpeó con una piedra hasta que la punta salió por el otro parietal. Luego tapó el cuerpito con chapas de cinc y se fue tranquilamente a su casa. El horroroso crimen de Jesualdo Giordano hizo explotar a la ciudad. El conventillo de Progreso 2585, en el que vivían los Giordano, se colmó de vecinos indignados. Según la crónica del diario La Prensa, la policía sabía perfectamente quién era el asesino: sospechaban hacía tiempo de Godino, aunque no tenían pruebas. Quizá no se animaban a proclamar que un niño fuese el culpable de esos crímenes que la opinión pública adjudicaba a siniestras organizaciones criminales como la Mano Negra, dedicadas a secuestrar chicos. "El Oreja", con inconsciencia, parecía provocar al mundo. Durante la reconstrucción del crimen de Jesualdo, Godino fue visto entre el gentío que llenaba la quinta Moreno. También fue al velorio, y hasta algunos dijeron que se mostró compungido al acercarse al féretro blanco y tocar la cabecita con mano trémula. Se sabe que compró un ejemplar del diario y se hizo leer la crónica de los hechos (era analfabeto). Luego recortó la noticia y se la guardó. Los vecinos que declararon ante la policía coincidieron: poco antes del hecho, habían visto pasar al pequeño Jesualdo de la mano con Godino. "El Oreja" fue detenido la noche del 5 de diciembre. Los diarios revelaron los detalles de la confesión del "Petiso", que habló durante varias horas. Loco moral: El proceso a Cayetano Santos Godino se prolongó por dos años, durante los cuales "El Petiso" fue recluido en el Hospicio de las Mercedes. Las más importantes figuras de la psiquiatría criminal concurrían para examinar al reo y comprobar cómo era aquel ser al que la prensa calificaba de fiera humana. Muchas voces reclamaron que se lo condenara a la pena capital, que entonces estaba en vigencia para delitos como el homicidio, aunque no podía aplicarse a menores. ¿Pero podía llamársele niño al "Petiso", aunque su partida de nacimiento dijera que sólo tenía 15 años?. Godino fue procesado por tres homicidios (los de los niños Arturo Laurora, Reina Bonita Vainicoff y Jesualdo Giordano), y once agresiones. ¿Cometió otros crímenes? El proceso nunca lo esclareció. Se dijo con insistencia que "El Oreja" habría matado a otros niños, por ejemplo la pequeña María Rosa Face, una nena perdida que nunca apareció ni viva ni muerta y cuyos padres regresaron a Italia. También al niño Lautaro Marchi, que sin embargo no figura en el expediente criminal. No había mucho que discutir en el proceso a Cayetano Santos Godino, asesino y pirómano confeso. Para el doctor Domingo Cabred, célebre alienista y director del Hospicio, Cayetano era un "imbécil", o bien un "loco moral": su degeneración provenía de la falta de afectos, la limitación de su inteligencia y su impulsividad mórbida. "Tiene conciencia y memoria del impulso destructor", sostenían los dictámenes, pero era un "degenerado hereditario", y ello explicaba su sadismo.
Godino era examinado como un cobayo; en el diagnóstico, se destacaban sus características físicas: la escasa talla (1,51 metros), la cabeza pequeña (microsomía); la extensión de sus brazos, que abiertos alcanzaban una envergadura de 1,85 metros; sus orejas desmesuradas y en asa, su miseria física y la desmesura de su órgano sexual. Todo conducía a una conclusión: Godino estaba predestinado al crimen.
El doctor Cabred sostuvo este diálogo con "El Oreja":
¿Es usted un muchacho desgraciado o feliz?
Feliz.
¿No siente usted remordimientos por lo que ha hecho?
No entiendo.
¿Piensa que será castigado por sus delitos?
He oído que me condenarán a veinte años de cárcel y que si no fuera menor me pegarían un tiro.
¿Qué pasaba por la mente de Godino cuando cometía sus crímenes? Según sus palabras, una fuerza ingobernable lo dominaba, el dolor le partía el cráneo y ese sufrimiento sólo se aliviaba golpeando, matando. Sin embargo, todos los exámenes descartaron que padeciera epilepsia.
¿Por qué incendiaba las casas? preguntaba Cabred.
Porque me gusta ver trabajar a los bomberos. Cuando ellos llegaban, yo colaboraba trayéndoles baldes de agua.
¿Y robar?: He probado, no me gusta.
Godino fue condenado en 1914 a la pena de penitenciaría perpetua, que era irredimible. El juez lo envió a la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras, donde podía ser aislado en una celda. Allí pasó varios años. Aprendió a leer y escribir, a sumar y restar. En 1923 se inauguró en Ushuaia un presidio de máxima seguridad. Se la llamó "la cárcel del fin del mundo". Godino, severamente custodiado y engrillado, fue trasladado a ella en el transporte Chaco.
Los gatitos muertos: En 1933, José María Soiza Reilly, periodista y escritor muy popular, entrevistó a Cayetano Santos Godino en la celda que ocupaba, la número 90. Por esa entrevista, publicada en la revista Caras y Caretas, el público se enteró de que Godino había matado a dos gatitos que eran las mascotas de los presos, y que por ello le habían propinado una feroz paliza. También contaba que en una de las primeras operaciones de cirugía estética que se habían hecho en el país le habían achatado las orejas, esas orejas aladas que según algunos eran la causa de su maldad. La operación fue auspiciada por el gobierno, que envió un equipo médico y un fotógrafo a Ushuaia.
Cayetano Santos Godino nunca recuperó su libertad. Según el certificado de defunción, "El Petiso Orejudo" falleció el 15 de noviembre de 1944 por una hemorragia interna causada por gastritis avanzada. ¿Murió de una paliza que le propinaron los presos? Cuenta la leyenda que, cuando el penal fue clausurado, en 1947, los huesos de nuestro primer asesino serial no pudieron ser hallados en el camposanto del lugar. En cambio, la esposa del último director tenía un pisapapeles con el fémur de Cayetano Santos Godino.
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Cayetano Santos Godino, apodado "Petiso orejudo" (Buenos Aires, 31 de octubre de 1896 - Ushuaia, 15 de noviembre de 1944), fue un asesino en serie que asoló la ciudad argentina de Buenos Aires con sólo 16 años. A principios del siglo XX fue responsable por la muerte de cuatro niños, siete intentos de asesinato y el incendio de siete edificios.
Tabla de contenidos [ocultar]
1 Biografía
1.1 Sus comienzos
1.2 1912
1.3 Condena
2 Informes Médicos
2.1 Informe Negri-Lucero (31 de enero de 1913)
2.2 Informe Victor Mercante (24 de febrero de 1913)
2.3 Informe Ernesto Nelson (1 de abril de 1913)
2.4 Informe Esteves-Cabred (29 de mayo de 1913)
3 Víctimas
4 Fuentes
Biografía [editar]
Sus comienzos [editar]Cayetano Godino nació en la ciudad de Buenos Aires el 31 de octubre de 1896. Era hijo de dos inmigrantes calabreses, Fiore Godino y Lucia Ruffo, y tenía siete hermanos. Su padre era un alcohólico golpeador, enfermo de sífilis. Entre los cinco y diez años Cayetano concurrió a varios establecimientos educativos, de donde siempre era expulsado.
El 28 de septiembre de 1904 y con sólo siete años comete su primer delito: llevó a un terreno baldío a Miguel de Paoli, un niño de 21 meses de edad, donde lo golpeó hasta que fue detenido por un policía. En 1905, y con el mismo modus operandi, Cayetano llevó a su vecina Ana Neri, de 18 meses de edad, a un baldío donde comenzó a golpearle la cabeza con una piedra. Afortunadamente un policía volvió a detenerlo, pero fue liberado esa misma noche.
En marzo de 1906, volvió a llevar a una niña a un baldío donde intentó estrangularla y luego la enterró viva. A los 10 años Cayetano pasaba el tiempo torturando animales, hasta que fue descubierto por su padre y fue recluido en la Alcaldía Segunda División más de dos meses.
El 9 de septiembre de 1908 intentó ahogar a Severino González Caló, de 22 meses de edad, pero nuevamente fue detenido a tiempo y liberado al otro día. El 15 de septiembre intentó quemar los párpados de Julio Botte, de 20 meses, pero esta vez consiguió huir. El 6 de diciembre los padres volvieron a llevarlo a la comisaría, pero esta vez permaneció encerrado tres años en la Colonia de Menores de Marcos Paz. A pedido de sus padres fue liberado el 23 de diciembre de 1911, pero a diferencia de lo que se esperaba su violencia empeoró. Los padres le habían conseguido un trabajo pero sólo duró tres meses en él. Ya desempleado, volvió a vagar por las calles.
1912 [editar]
El "Petiso Orejudo" con el arma homicida, Diciembre de 1912El 26 de enero de 1912 fue encontrado muerto en una casa desocupada Arturo Laurona, de 13 años. El 7 de marzo de ese mismo año incendió el vestido de Reyna Vainicoff, de 5 años, quien murió días después. A finales de septiembre incendió una estación de tranvías, incendio que fue controlado por los bomberos. El 8 de noviembre intentó estrangular a Roberto Russo, pero fue detenido. Esta vez fue procesado por intento de homicidio, pero fue liberado por falta de méritos. El 16 de noviembre golpeó a Carmen Ghittoni, quien sólo recibió heridas leves ya que Cayetano fue detenido por un policía. El 20 de noviembre raptó a Catalina Neolener, quien comenzó a gritar y alertó a un vecino de la zona que la rescató. A finales de noviembre incendió dos galpones, que fueron rápidamente apagados.
El 3 de diciembre de 1912 encontró a Jesualdo Giordano jugando en la puerta de su casa, le ofreció comprarle caramelos y logró llevárselo. En un almacén en las cercanías compró caramelos y le dio algunos. Lo llevó a una quinta cercana y, prometiéndole más caramelos, lo convenció de entrar. Allí tiró al menor al suelo e intentó estrangularlo con la soga que llevaba como cinturón, pero como se resistía cortó la soga y la usó para atarle las piernas y las manos. Comenzó a golpearlo hasta que tuvo la idea de introducirle un clavo en el cráneo. Comenzó a buscar un clavo y se encontró con el padre del menor en las afueras de la quinta, le dijo que no sabía donde se encontraba su hijo e ingresó nuevamente a la quinta con el clavo. Pensando que Jesualdo Giordano se encontraba todavía vivo, tomó una piedra que usó como martillo. Después de introducirle el clavo en el costado del cráneo, cubrió el cuerpo con chapas y huyó del lugar. El cuerpo fue encontrado minutos después por el padre de la víctima. A las 8 PM de ese día, Cayetano fue al velorio de su víctima, al acercarse al ataúd decidió tocarle la cabeza para comprobar los efectos del clavo. A las 5:30 AM del 4 de diciembre fue detenido por la policía, confesando todos sus crímenes.
Condena [editar]
Mural de Cayetano Santos Godino en Ushuaia (Argentina)El 4 de enero de 1913 ingresó preventivamente al Hospicio de las Mercedes, donde intentó asesinar a varios internos. Debido a los informes médicos que lo declaraban un alienado mental, el juez Oro lo sobreseyó por considerarlo irresponsable de sus actos, y ordenó que permaneciera en el Hospicio. Este fallo fue confirmado por el juez de segunda instancia, pero el 12 de noviembre de 1915 la Cámara de Apelaciones lo condenó a cárcel por tiempo indeterminado, porque no era un imbécil absoluto como lo establecía el art. 81 del Código Penal. La Cámara además sostuvo que había mejorado debido al tratamiento dado en el Hospicio, por lo que el 20 de noviembre ingresó en la Penitenciaría Nacional.
El 28 de marzo de 1923 Godino fue finalmente trasladado al penal de Ushuaia. A comienzos de 1933 estuvo un tiempo en el hospital del penal por la paliza que le dieron los presos luego de matar a dos gatos que eran las mascotas del penal. A partir de 1935 estuvo constantemente enfermo y sin recibir visitas, hasta que murió el 15 de noviembre de 1944 en condiciones poco claras.
Informes Médicos [editar]Estos son resúmenes de los informes médicos, que constan en el Archivo General de los Tribunales. Buenos Aires, República Argentina, Sección Penal, Legajo número 2255 - Criminal, 2° Cuerpo, folios 213-260.
Informe Negri-Lucero (31 de enero de 1913) [editar]El procesado Godino es un alienado mental o insano o demente, en las acepciones legales.
Es un degenerado hereditario, imbécil que sufre la locura moral, por definición, muy peligrosa.
Es irresponsable.
El "Petiso Orejudo" en Ushuaia
Informe Victor Mercante (24 de febrero de 1913) [editar]Cayetano Santos Godino no sabe leer, escribe tan solo su firma y conoce los números hasta 100. Posee una suma de conocimientos generales muy mala, obtenidos por educación refleja.
Es un tipo absolutamente inadaptable a la escuela común; solo la educación individual hubiera podido alcanzar algún éxito.
Se ha desenvuelto en un medio desfavorable a la formación de una conducta correcta.
Priman en él los instintos primarios de la vida animal con una actividad poco común, mientras que los sociales están poco menos que atrofiados. Es un tipo agresivo, sin sentimientos e inhibición, lo que explica su inadaptabilidad a la disciplina didáctica.
Ofrece del punto de vista físico, numerosos estigmas degenerativos, los más característicos del tipo criminal.
Sus sentidos y la capacidad para conocer, no ofrecen anomalías, se presentan normales; asimismo normales sus capacidades psíquicas, si bien inestable la atención por falta de dirección afectiva.
En cambio, ofrece como estigma fundamental de su vida moral, la idiotez afectiva; los sentimientos sociales, directrices de la acción, son poco menos que nulos.
Dé suerte que sus estados de conciencia contienen normalmente, todos los elementos menos uno, fundamental que la desequilibra, el afectivo, que es algo así como el timón de la conducta.
Informe Ernesto Nelson (1 de abril de 1913) [editar]Godino es un caso de degeneración agravada por el abandono social de que él ha sido víctima, y que por lo tanto no puede hacérsele responsable de sus crímenes, aún cuando su libertad sería peligrosa.
Informe Esteves-Cabred (29 de mayo de 1913) [editar]Que Cayetano Santos Godino se halla atacado de alienación mental.
Que su alienación mental reviste la forma de imbecilidad.
Que esta imbecilidad es incurable.
Que Godino es totalmente irresponsable de sus actos.
Que presenta numerosas anomalías físicas y psíquicas.
Que carece de condiciones para el trabajo disciplinado.
Que tiene noción de la responsabilidad de sus actos, lo cual se observa en muchos alienados.
Que es un impulsivo consciente y extremadamente peligroso para los que lo rodean.
Que debe permanecer, indefinidamente, aislado en el manicomio en que se encuentra.
Víctimas [editar]
Severino González Caló, a quien intentó asesinarMiguel de Paoli: Intento de asesinato. Fue golpeado y arrojado sobre unas espinas.
Ana Neri: Intento de asesinato. Golpeada en la cabeza con una piedra.
NN: Asesinada. Enterrada viva luego de un intento de estrangulamiento.
Severino González Caló: Intento de asesinato. Intentó ahogarlo.
Julio Botte: Lesiones. Fue quemado en un párpado con un cigarrillo.
Arturo Laurona: Asesinado. Fue golpeado y luego estrangulado.
Reyna Vainicoff: Asesinada. Su vestido fue incendiado y murió días después.
Roberto Russo: Intento de asesinato. Sufrió un intento de estrangulamiento.
Carmen Ghittoni: Intento de asesinato. Fue levemente golpeada.
Catalina Neolener: Lesiones. Sólo recibió golpes ya que sus gritos alertaron a un vecino.
Jesualdo Giordano: Asesinado. Fue golpeado, estrangulado y su cabeza atravesada por un clavo.
Cayetano Godino nació en la ciudad de Buenos Aires el 31 de octubre de 1896. Era hijo de dos inmigrantes calabreses, Fiore Godino y Lucia Ruffo, y tenía siete hermanos. Su padre era un alcohólico golpeador, enfermo de sífilis. Entre los cinco y diez años Cayetano concurrió a varios establecimientos educativos, de donde siempre era expulsado.
El 28 de septiembre de 1904 y con sólo siete años comete su primer delito: llevó a un terreno baldío a Miguel de Paoli, un niño de 21 meses de edad, donde lo golpeó hasta que fue detenido por un policía. En 1905, y con el mismo modus operandi, Cayetano llevó a su vecina Ana Neri, de 18 meses de edad, a un baldío donde comenzó a golpearle la cabeza con una piedra. Afortunadamente un policía volvió a detenerlo, pero fue liberado esa misma noche.
En marzo de 1906, volvió a llevar a una niña a un baldío donde intentó estrangularla y luego la enterró viva. A los 10 años Cayetano pasaba el tiempo torturando animales, hasta que fue descubierto por su padre y fue recluido en la Alcaldía Segunda División más de dos meses.
El 9 de septiembre de 1908 intentó ahogar a Severino González Caló, de 22 meses de edad, pero nuevamente fue detenido a tiempo y liberado al otro día. El 15 de septiembre intentó quemar los párpados de Julio Botte, de 20 meses, pero esta vez consiguió huir. El 6 de diciembre los padres volvieron a llevarlo a la comisaría, pero esta vez permaneció encerrado tres años en la Colonia de Menores de Marcos Paz. A pedido de sus padres fue liberado el 23 de diciembre de 1911, pero a diferencia de lo que se esperaba su violencia empeoró. Los padres le habían conseguido un trabajo pero sólo duró tres meses en él. Ya desempleado, volvió a vagar por las calles.
1912 [editar]
El "Petiso Orejudo" con el arma homicida, Diciembre de 1912El 26 de enero de 1912 fue encontrado muerto en una casa desocupada Arturo Laurona, de 13 años. El 7 de marzo de ese mismo año incendió el vestido de Reyna Vainicoff, de 5 años, quien murió días después. A finales de septiembre incendió una estación de tranvías, incendio que fue controlado por los bomberos. El 8 de noviembre intentó estrangular a Roberto Russo, pero fue detenido. Esta vez fue procesado por intento de homicidio, pero fue liberado por falta de méritos. El 16 de noviembre golpeó a Carmen Ghittoni, quien sólo recibió heridas leves ya que Cayetano fue detenido por un policía. El 20 de noviembre raptó a Catalina Neolener, quien comenzó a gritar y alertó a un vecino de la zona que la rescató. A finales de noviembre incendió dos galpones, que fueron rápidamente apagados.
El 3 de diciembre de 1912 encontró a Jesualdo Giordano jugando en la puerta de su casa, le ofreció comprarle caramelos y logró llevárselo. En un almacén en las cercanías compró caramelos y le dio algunos. Lo llevó a una quinta cercana y, prometiéndole más caramelos, lo convenció de entrar. Allí tiró al menor al suelo e intentó estrangularlo con la soga que llevaba como cinturón, pero como se resistía cortó la soga y la usó para atarle las piernas y las manos. Comenzó a golpearlo hasta que tuvo la idea de introducirle un clavo en el cráneo. Comenzó a buscar un clavo y se encontró con el padre del menor en las afueras de la quinta, le dijo que no sabía donde se encontraba su hijo e ingresó nuevamente a la quinta con el clavo. Pensando que Jesualdo Giordano se encontraba todavía vivo, tomó una piedra que usó como martillo. Después de introducirle el clavo en el costado del cráneo, cubrió el cuerpo con chapas y huyó del lugar. El cuerpo fue encontrado minutos después por el padre de la víctima. A las 8 PM de ese día, Cayetano fue al velorio de su víctima, al acercarse al ataúd decidió tocarle la cabeza para comprobar los efectos del clavo. A las 5:30 AM del 4 de diciembre fue detenido por la policía, confesando todos sus crímenes.
Condena [editar]
Mural de Cayetano Santos Godino en Ushuaia (Argentina)El 4 de enero de 1913 ingresó preventivamente al Hospicio de las Mercedes, donde intentó asesinar a varios internos. Debido a los informes médicos que lo declaraban un alienado mental, el juez Oro lo sobreseyó por considerarlo irresponsable de sus actos, y ordenó que permaneciera en el Hospicio. Este fallo fue confirmado por el juez de segunda instancia, pero el 12 de noviembre de 1915 la Cámara de Apelaciones lo condenó a cárcel por tiempo indeterminado, porque no era un imbécil absoluto como lo establecía el art. 81 del Código Penal. La Cámara además sostuvo que había mejorado debido al tratamiento dado en el Hospicio, por lo que el 20 de noviembre ingresó en la Penitenciaría Nacional.
El 28 de marzo de 1923 Godino fue finalmente trasladado al penal de Ushuaia. A comienzos de 1933 estuvo un tiempo en el hospital del penal por la paliza que le dieron los presos luego de matar a dos gatos que eran las mascotas del penal. A partir de 1935 estuvo constantemente enfermo y sin recibir visitas, hasta que murió el 15 de noviembre de 1944 en condiciones poco claras.
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