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En este libro se retratan situaciones de lo que internacionalmente se denomina “bullying” (maltrato físico, verbal o psicológico reiterado). Es un flagelo tan cotidiano como antiguo, en el que victimario, víctima y testigo son roles dinámicos de los abusos en las escuelas, donde –según la autora– se repiten el silencio y la falta de atención de la institución y los padres.

La historia tiene dos protagonistas adolescentes: Esper, un muchacho introvertido y solitario, y Dolo, una chica con sobrepeso. Desde pequeño Esper tuvo que sobrellevar la ausencia de su madre, el no saber quien es su padre y el no tener amigos que lo apoyen; el vivía solo con la Nana que es su abuela, y consideraba a su única amiga a Dolo. Ambos sufren la exclusión y hostigamiento de las jovencitas Vic, Jazmin, Lara y los jóvenes Ivan, Federico el Gonza, quienes de manera constante los humillan delante de sus demás compañeros de clases. El grupo se deja influenciar por Ivan Vrest, a quien consideran el chico perfecto, para hacerle la vida imposible a Esper, porque lo ven como un "bicho raro" y no quieren que vaya al campamento que la escuela organiza cada fin de cursos, pensando que arruinará el viaje. Ellas a pesar de saber que lo que hacían estaba mal, acceden a ayudar a Ivan y sus amigos. El único medio de escape de Esper es escribir su diario oralmente con una grabadora que le regaló su madre. Y una vez que está tranquilo y solo en su habitación, habla con el “Hombre de los pies-murciélago”. Sus compañeros se darán cuenta muy tarde del daño que le causaban con su violencia.