Proyecto Unitario: el unitarismo es una corriente política inspirada en el liberalismo. Esta se basa en el progreso y civilización a travéz de emigraciones y educación. Los unitarios eran mayoritariamente de la burguesía urbana ilustrada; decían conformar una “elite” con derecho a gobernar. Líder: Rivadavia. En la política proponían organizar la República mediante una constitución que unifique institucionalmente al país, estableciendo un gobierno central fuerte. Eliminar el caudillismo y garantizar las libertades individuales. En lo económico proponían mantener el libre cambio y la hegemonía del puerto de Bs. As como base económica de su proyecto internacional; modernizar cada sistema financiero mediante la creación de un banco emisor de papel moneda y la contratación de empréstitos para la ejecución de obras.
Proyecto Federal: El federalismo es una forma de gobierno basada en la tradición hispana y principios de la const de EEUU que respeta los derechos regionales. Eran partidario del mismo mayoritariamente los del interior y del Litoral y estaban adheridos una masa criolla, los sectores rurales y grandes hacendados; lideraron los caudillos, interpretes del sentir popular. Principales representantes: Borrego, Ramírez, López y Bustos. Proponía en lo político un gobierno nacional que coexista con los gobiernos provinciales, son autónomos y dictan constitución que no puede contradecir a la de la nación, no puede tener ejército y moneda propia. En lo que a economía respecta proponían:
Interior: exigía una política de protección para sus industrias y el reparto de los derechos de aduana que quedaban en poder de Bs. As.
Litoral: reclaman la libertad de comercio y la libre navegación de los ríos para poder efectuar la exportación directa de sus productos ganaderos.
Bs. As: se trató de transformar a Bs. As en una prov como las demás, peo sostuvo sus derechos a mantener sus principales instituciones económicas: el puerto y la aduana.
Rebanadas de Realidad - Buenos Aires, 20/09/06.- El proceso de construcción de los Estados Nacionales en la América antes española fue largo y sangriento. Primero fueron las guerras por la emancipación, que duraron catorce años, (1810-1824), luego o casi simultáneamente, las cruentas guerras civiles,. En el caso argentino, que fue uno de los más largos, duró setenta años, si contamos desde 1810 hasta 1880, cuando concluye al federalizarse la ciudad de Buenos Aires. En las guerras civiles de Argentina, los dos bandos o partidos que se enfrentaron fueron el unitario y el federal. Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires, y Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, a mediados del siglo XIX, fue el representante del federalismo porteño que logró la adhesión de los caudillos del interior y preparó el camino para alcanzar la organización nacional.
Para comprender cómo fue el régimen rosista debemos previamente entender cuáles son las diferencias entre estos dos grupos irreconciliables, y que al decir de San Martín cuando regresó al país en 1828, sólo se lograría la paz cuando uno de ellos aniquilara al otro.
Para ello no debemos caer en una dicotomía simplista, como bien sostiene Pérez Amuchástegui, en "Más allá de la Crónica", que nos impida apreciar la confusión política inicial, donde unitarios podían actuar como federales y viceversa ( caso de Rosas apoyando a Martín Rodríguez) o caer en la falsa antinomia de asociar unitarios a porteños y federales a provincianos. Ya que federales y unitarios hubo tanto en las provincias como en Buenos Aires.
Las diferencias ideológicas entre unitarios y federales se van a ir perfilando a partir de la crisis de 1820, con la caída del Directorio y el fracaso de la constitución de un estado centralizado. Es un error considerar que estas diferencias son solamente sobre la forma de organización política del Estado, otros aspectos como los económicos, sociales, religiosos son quizás mucho más relevantes.
Los federales estaban representados principalmente por el porteño Manuel Dorrego, máximo exponente del llamado federalismo doctrinario, por el gobernador de Santa Fe, Estanislao López, y por el caudillo oriental Gervasio Artigas que ejercía su influencia sobre las provincias del Litoral. Los unitarios eran los llamados inicialmente "directoriales" por formar parte del Directorio. Su principal ideólogo fue Bernardino Rivadavia. En este grupo también participaba un sector conservador como los Anchorena y Felipe Arana, que luego se volcará al federalismo rosista.
El fusilamiento de Manuel Dorrego en diciembre de1828, fue el acontecimiento que dividió profundamente las aguas y radicalizó las posturas, convirtiéndose en una lucha a muerte. Federales representados por Rosas, Estanislao López y Facundo Quiroga. Los unitarios por los generales Juan Lavalle y José María Paz.
Las principales diferencias son las siguientes. (1)
Los unitarios se distinguieron por su mentalidad europeizante que bebía en las ideas de los españoles afrancesados y liberales como Floridablanca y en el racionalismo iluminista de Voltaire. Masones e incrédulos, anticlericales, rechazaban la España católica de los Habsburgo como símbolo del atraso y del oscurantismo. Fueron extranjerizantes porque no valoraron lo nativo. Para estas élites ilustradas, "hombres de galera y de levita" la civilización y el progreso venían de Europa, y era equivalente a la vida en las ciudades. La barbarie en cambio era lo autóctono, lo telúrico, la vida pastoril, según la famosa antítesis de Sarmiento en el Facundo.
Estuvieron a favor del régimen de unidad o centralista, a imitación de la Revolución francesa, porque consideraban a las provincias semibárbaras incapaces de gobernarse a sí mismas, pasando a ser meros distritos administrativos subordinados al poder central.
Partidarios del despotismo ilustrado, porque despreciaban a las masas y al gaucho, y por ende adoptaron una actitud aristocratizante. Una frase nos explica con claridad esta posición: "¡Haremos la unidad a palos!" dicha por el ministro Agüero. Ya que no contaban con el apoyo de la mayoría, se resolvieron a imponer por la fuerza sus ideales. Y así pudieron exclamar: "¡Perezca el país antes que los principios!" O, "Haremos un cementerio de la nación antes que dejar de regenerarla a nuestro modo!" Porque el pueblo era inculto, bárbaro, y no estaba capacitado para gobernar. Y ellos se llamaban a sí mismos "los libertadores" y esclavos a los "rosines".
Ligados a los intereses del puerto de Buenos Aires, fueron partidarios del libre cambio, vinculado al comercio con Inglaterra, que arruinó las manufacturas del interior. Localizaron la nacionalidad en la zona o hinterland de dominio del puerto, por ello la pérdida de la Banda Oriental y del Alto Perú se justificaba porque convenía a sus intereses, oponiéndose al ideal sanmartiniano de unión sudamericana.
Los federales, en cambio, tuvieron un sentimiento am
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Proyecto Unitario: el unitarismo es una corriente política inspirada en el liberalismo. Esta se basa en el progreso y civilización a travéz de emigraciones y educación. Los unitarios eran mayoritariamente de la burguesía urbana ilustrada; decían conformar una “elite” con derecho a gobernar. Líder: Rivadavia. En la política proponían organizar la República mediante una constitución que unifique institucionalmente al país, estableciendo un gobierno central fuerte. Eliminar el caudillismo y garantizar las libertades individuales. En lo económico proponían mantener el libre cambio y la hegemonía del puerto de Bs. As como base económica de su proyecto internacional; modernizar cada sistema financiero mediante la creación de un banco emisor de papel moneda y la contratación de empréstitos para la ejecución de obras.
Proyecto Federal: El federalismo es una forma de gobierno basada en la tradición hispana y principios de la const de EEUU que respeta los derechos regionales. Eran partidario del mismo mayoritariamente los del interior y del Litoral y estaban adheridos una masa criolla, los sectores rurales y grandes hacendados; lideraron los caudillos, interpretes del sentir popular. Principales representantes: Borrego, Ramírez, López y Bustos. Proponía en lo político un gobierno nacional que coexista con los gobiernos provinciales, son autónomos y dictan constitución que no puede contradecir a la de la nación, no puede tener ejército y moneda propia. En lo que a economía respecta proponían:
Interior: exigía una política de protección para sus industrias y el reparto de los derechos de aduana que quedaban en poder de Bs. As.
Litoral: reclaman la libertad de comercio y la libre navegación de los ríos para poder efectuar la exportación directa de sus productos ganaderos.
Bs. As: se trató de transformar a Bs. As en una prov como las demás, peo sostuvo sus derechos a mantener sus principales instituciones económicas: el puerto y la aduana.
Beneficios de la revolución
Pá khe kierea zaver eso jaja salu2 :v
😀
jajaja sualu2
porqueria siempre pongo algo que suena adfdfgsdcdbgcyvjsssssssss
soooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo unitarios y federal
Rebanadas de Realidad - Buenos Aires, 20/09/06.- El proceso de construcción de los Estados Nacionales en la América antes española fue largo y sangriento. Primero fueron las guerras por la emancipación, que duraron catorce años, (1810-1824), luego o casi simultáneamente, las cruentas guerras civiles,. En el caso argentino, que fue uno de los más largos, duró setenta años, si contamos desde 1810 hasta 1880, cuando concluye al federalizarse la ciudad de Buenos Aires. En las guerras civiles de Argentina, los dos bandos o partidos que se enfrentaron fueron el unitario y el federal. Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires, y Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, a mediados del siglo XIX, fue el representante del federalismo porteño que logró la adhesión de los caudillos del interior y preparó el camino para alcanzar la organización nacional.
Para comprender cómo fue el régimen rosista debemos previamente entender cuáles son las diferencias entre estos dos grupos irreconciliables, y que al decir de San Martín cuando regresó al país en 1828, sólo se lograría la paz cuando uno de ellos aniquilara al otro.
Para ello no debemos caer en una dicotomía simplista, como bien sostiene Pérez Amuchástegui, en "Más allá de la Crónica", que nos impida apreciar la confusión política inicial, donde unitarios podían actuar como federales y viceversa ( caso de Rosas apoyando a Martín Rodríguez) o caer en la falsa antinomia de asociar unitarios a porteños y federales a provincianos. Ya que federales y unitarios hubo tanto en las provincias como en Buenos Aires.
Las diferencias ideológicas entre unitarios y federales se van a ir perfilando a partir de la crisis de 1820, con la caída del Directorio y el fracaso de la constitución de un estado centralizado. Es un error considerar que estas diferencias son solamente sobre la forma de organización política del Estado, otros aspectos como los económicos, sociales, religiosos son quizás mucho más relevantes.
Los federales estaban representados principalmente por el porteño Manuel Dorrego, máximo exponente del llamado federalismo doctrinario, por el gobernador de Santa Fe, Estanislao López, y por el caudillo oriental Gervasio Artigas que ejercía su influencia sobre las provincias del Litoral. Los unitarios eran los llamados inicialmente "directoriales" por formar parte del Directorio. Su principal ideólogo fue Bernardino Rivadavia. En este grupo también participaba un sector conservador como los Anchorena y Felipe Arana, que luego se volcará al federalismo rosista.
El fusilamiento de Manuel Dorrego en diciembre de1828, fue el acontecimiento que dividió profundamente las aguas y radicalizó las posturas, convirtiéndose en una lucha a muerte. Federales representados por Rosas, Estanislao López y Facundo Quiroga. Los unitarios por los generales Juan Lavalle y José María Paz.
Las principales diferencias son las siguientes. (1)
Los unitarios se distinguieron por su mentalidad europeizante que bebía en las ideas de los españoles afrancesados y liberales como Floridablanca y en el racionalismo iluminista de Voltaire. Masones e incrédulos, anticlericales, rechazaban la España católica de los Habsburgo como símbolo del atraso y del oscurantismo. Fueron extranjerizantes porque no valoraron lo nativo. Para estas élites ilustradas, "hombres de galera y de levita" la civilización y el progreso venían de Europa, y era equivalente a la vida en las ciudades. La barbarie en cambio era lo autóctono, lo telúrico, la vida pastoril, según la famosa antítesis de Sarmiento en el Facundo.
Estuvieron a favor del régimen de unidad o centralista, a imitación de la Revolución francesa, porque consideraban a las provincias semibárbaras incapaces de gobernarse a sí mismas, pasando a ser meros distritos administrativos subordinados al poder central.
Partidarios del despotismo ilustrado, porque despreciaban a las masas y al gaucho, y por ende adoptaron una actitud aristocratizante. Una frase nos explica con claridad esta posición: "¡Haremos la unidad a palos!" dicha por el ministro Agüero. Ya que no contaban con el apoyo de la mayoría, se resolvieron a imponer por la fuerza sus ideales. Y así pudieron exclamar: "¡Perezca el país antes que los principios!" O, "Haremos un cementerio de la nación antes que dejar de regenerarla a nuestro modo!" Porque el pueblo era inculto, bárbaro, y no estaba capacitado para gobernar. Y ellos se llamaban a sí mismos "los libertadores" y esclavos a los "rosines".
Ligados a los intereses del puerto de Buenos Aires, fueron partidarios del libre cambio, vinculado al comercio con Inglaterra, que arruinó las manufacturas del interior. Localizaron la nacionalidad en la zona o hinterland de dominio del puerto, por ello la pérdida de la Banda Oriental y del Alto Perú se justificaba porque convenía a sus intereses, oponiéndose al ideal sanmartiniano de unión sudamericana.
Los federales, en cambio, tuvieron un sentimiento am