A TI,NATURALEZA
Colombiana.
Majestuosa, impetuosa,
Naturaleza entre maleza,
Obra perfecta,
Del mejor creador,
Dueña y señora,
De nuestro alrededor,
Naturaleza con su belleza,
Poesía de algún poeta,
Reconocida por su nobleza,
Vistiendo de gala,
Suntuosa princesa,
De verdes colores,
Piedras preciosas,
Variedad de especies,
Naturaleza con tu grandeza,
Baluarte de algún soñador,
Será en otoño,
Será en invierno,
o primavera,
Naturaleza en los arrabales,
En los campos, o en los mares,
Si estas gimiendo, si estas llorando,
Será que el viento te trajo males,
Será que el hombre con sus inventos,
Te está acabando todos tus sueños.
saludos.☺
s6ndwhm
Salvemos a nuestra Madre Tierra
Se escucha con gran tristeza
de nuestra madre tierra sus lamentos,
son los daños que la aquejan
por tan grandes sufrimientos.
Con una exagerada contaminación
que afecta a vegetales y animales,
pero el hombre no es la excepción
padeciendo males mortales.
Es sabia la madre naturaleza
nos da cobijo y alimentos,
sin embargo nuestra torpeza
le provoca muy malos momentos.
Nuestra tierra ha sido benevolente
en todo momento ha sido nuestro hogar,
nuestro actuar no ha sido congruente
¡nos la vamos a acabar!
¡Urge ponernos las pilas!
pongámonos todos a trabajar,
que se están perdiendo muchas vidas
a causa de nuestra necedad.
Unos culpan al progreso
del causante de tantos trastornos,
lo cierto es que el universo
padece de todos nosotros.
Para todo el mundo sería un bello sueño
que no existiera contaminación,
¡pongamos todo nuestro empeño
busquemos pronta solución!
Si cada quien pone su granito de arena
para salvar nuestro entorno natural,
cualquier esfuerzo vale la pena
para regresar a la tierra su estado original.
*Miguel Ángel Pérez Rojas es originario de Tehuacán, Puebla,
México y profesor de bachillerato.
Serena
Ronda de las hojas
Meciéndose suavemente
las hojas cayendo van…
se detienen un instante
y siguen cayendo más.
ssss…ssss…ssss…
Dice el viento entre las ramas
¡el otoño vino ya!
Las hojas hacen la ronda
y se ponen a jugar.
Hola!
ODA AL OTOÑO de PABLO NERUDA
Ay cuanto tiempo
tierra
sin otoño,
cómo
pudo vivirse!
Ah qué opresiva
náyade
la primavera
con sus escandalosos
pezones
mostrándolos en todos
los árboles del mundo,
y luego
el verano,
trigo,
intermitentes
grillos,
cigarras,
sudor desenfrenado.
Entonces
el aire
trae por la mañana
un vapor de planeta.
Desde otra estrella
caen gotas de plata.
Se respira
el cambio
de fronteras,
de la humedad al viento,
del viento a las raíces.
Algo sordo, profundo,
trabaja bajo la tierra
almacenando sueños.
La energía se ovilla,
la cinta
de las fecundaciones
enrolla
sus anillos.
Modesto es el otoño
como los leñadores.
Cuesta mucho
sacar todas las hojas
de todos los árboles
de todos los países.
La primavera
las cosió volando
y ahora
hay que dejarlas
caer como si fueran
pájaros amarillos.
No es fácil.
Hace falta tiempo.
Hay que correr por todos
los caminos,
hablar idiomas,
sueco,
portugués,
hablar en lengua roja,
en lengua verde.
Hay que saber
callar en todos
los idiomas
y en todas partes,
siempre
dejar caer,
caer,
las hojas.
Difícil
es
ser otoño,
fácil ser primavera.
Encender todo
lo que nació
para ser encendido.
Pero apagar el mundo
deslizándolo
como si fuera un aro
de cosas amarillas,
hasta fundir olores,
luz, raíces,
subir vino a las uvas,
acunar con paciencia
la irregular moneda
del árbol en la altura
derramándola luego
en desinteresadas
calles desiertas,
es profesión de manos
varoniles.
Por eso,
otoño,
camarada alfarero,
constructor de planetas,
electricista,
preservador de trigo,
te doy mi mano de hombre
a hombre
y te pido me invites
a salir a caballo,
a trabajar contigo.
Siempre quise
ser aprendiz de otoño,
ser pariente pequeño
del laborioso
mecánico de altura,
galopar por la tierra
repartiendo
oro,
inútil oro.
Pero, mañana,
te ayudaré a que cobren
hojas de oro
los pobres del camino.
Otoño, buen jinete,
galopemos,
antes que nos ataje
el negro invierno.
Es duro
nuestro largo trabajo.
Vamos
a preparar la tierra
y a enseñarla
a ser madre,
a guardar las semillas
que en su vientre
van a dormir cuidadas
por dos jinetes rojos
que corren por el mundo:
el aprendiz de otoño
y el otoño.
Así de las raíces
oscuras y escondidas
podrán salir bailando
la fragancia
y el velo verde de la primavera.
(Odas elementales, 1954)
Saludos!
patricia03/02/13
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A TI,NATURALEZA
Colombiana.
Majestuosa, impetuosa,
Naturaleza entre maleza,
Obra perfecta,
Del mejor creador,
Dueña y señora,
De nuestro alrededor,
Naturaleza con su belleza,
Poesía de algún poeta,
Reconocida por su nobleza,
Vistiendo de gala,
Suntuosa princesa,
De verdes colores,
Piedras preciosas,
Variedad de especies,
Naturaleza con tu grandeza,
Baluarte de algún soñador,
Será en otoño,
Será en invierno,
o primavera,
Naturaleza en los arrabales,
En los campos, o en los mares,
Si estas gimiendo, si estas llorando,
Será que el viento te trajo males,
Será que el hombre con sus inventos,
Te está acabando todos tus sueños.
saludos.☺
s6ndwhm
Salvemos a nuestra Madre Tierra
Se escucha con gran tristeza
de nuestra madre tierra sus lamentos,
son los daños que la aquejan
por tan grandes sufrimientos.
Con una exagerada contaminación
que afecta a vegetales y animales,
pero el hombre no es la excepción
padeciendo males mortales.
Es sabia la madre naturaleza
nos da cobijo y alimentos,
sin embargo nuestra torpeza
le provoca muy malos momentos.
Nuestra tierra ha sido benevolente
en todo momento ha sido nuestro hogar,
nuestro actuar no ha sido congruente
¡nos la vamos a acabar!
¡Urge ponernos las pilas!
pongámonos todos a trabajar,
que se están perdiendo muchas vidas
a causa de nuestra necedad.
Unos culpan al progreso
del causante de tantos trastornos,
lo cierto es que el universo
padece de todos nosotros.
Para todo el mundo sería un bello sueño
que no existiera contaminación,
¡pongamos todo nuestro empeño
busquemos pronta solución!
Si cada quien pone su granito de arena
para salvar nuestro entorno natural,
cualquier esfuerzo vale la pena
para regresar a la tierra su estado original.
*Miguel Ángel Pérez Rojas es originario de Tehuacán, Puebla,
México y profesor de bachillerato.
Serena
Ronda de las hojas
Meciéndose suavemente
las hojas cayendo van…
se detienen un instante
y siguen cayendo más.
ssss…ssss…ssss…
Dice el viento entre las ramas
ssss…ssss…ssss…
¡el otoño vino ya!
Las hojas hacen la ronda
y se ponen a jugar.
Hola!
ODA AL OTOÑO de PABLO NERUDA
Ay cuanto tiempo
tierra
sin otoño,
cómo
pudo vivirse!
Ah qué opresiva
náyade
la primavera
con sus escandalosos
pezones
mostrándolos en todos
los árboles del mundo,
y luego
el verano,
trigo,
trigo,
intermitentes
grillos,
cigarras,
sudor desenfrenado.
Entonces
el aire
trae por la mañana
un vapor de planeta.
Desde otra estrella
caen gotas de plata.
Se respira
el cambio
de fronteras,
de la humedad al viento,
del viento a las raíces.
Algo sordo, profundo,
trabaja bajo la tierra
almacenando sueños.
La energía se ovilla,
la cinta
de las fecundaciones
enrolla
sus anillos.
Modesto es el otoño
como los leñadores.
Cuesta mucho
sacar todas las hojas
de todos los árboles
de todos los países.
La primavera
las cosió volando
y ahora
hay que dejarlas
caer como si fueran
pájaros amarillos.
No es fácil.
Hace falta tiempo.
Hay que correr por todos
los caminos,
hablar idiomas,
sueco,
portugués,
hablar en lengua roja,
en lengua verde.
Hay que saber
callar en todos
los idiomas
y en todas partes,
siempre
dejar caer,
caer,
dejar caer,
caer,
las hojas.
Difícil
es
ser otoño,
fácil ser primavera.
Encender todo
lo que nació
para ser encendido.
Pero apagar el mundo
deslizándolo
como si fuera un aro
de cosas amarillas,
hasta fundir olores,
luz, raíces,
subir vino a las uvas,
acunar con paciencia
la irregular moneda
del árbol en la altura
derramándola luego
en desinteresadas
calles desiertas,
es profesión de manos
varoniles.
Por eso,
otoño,
camarada alfarero,
constructor de planetas,
electricista,
preservador de trigo,
te doy mi mano de hombre
a hombre
y te pido me invites
a salir a caballo,
a trabajar contigo.
Siempre quise
ser aprendiz de otoño,
ser pariente pequeño
del laborioso
mecánico de altura,
galopar por la tierra
repartiendo
oro,
inútil oro.
Pero, mañana,
otoño,
te ayudaré a que cobren
hojas de oro
los pobres del camino.
Otoño, buen jinete,
galopemos,
antes que nos ataje
el negro invierno.
Es duro
nuestro largo trabajo.
Vamos
a preparar la tierra
y a enseñarla
a ser madre,
a guardar las semillas
que en su vientre
van a dormir cuidadas
por dos jinetes rojos
que corren por el mundo:
el aprendiz de otoño
y el otoño.
Así de las raíces
oscuras y escondidas
podrán salir bailando
la fragancia
y el velo verde de la primavera.
(Odas elementales, 1954)
Saludos!
patricia03/02/13