Los francos cruzaron la frontera del imperio en el siglo IV, y tras su derrota se establecieron como federados en la zona de la actual Bélgica. Hasta el fin del Imperio, no ocasionaron mayores perturbaciones, actuando muchas veces como aliados de la autoridad romana. Por aquella época, el territorio franco estaba dividido entre varios reinos/tribus, sin constituir una unidad política.
A finales del siglo V y principios del VI, uno de esos reyes, Clodoveo, consiguió eliminar a sus rivales y crear un único estado. Consiguió ocupar la mayor parte de la Galia, dominando a burgundios y alamanes, y expulsando a los visigodos, que tuvieron que establecerse en España y apenas retuvieron la zona de la actual Provenza. Sin embargo, el reino sufrió nuevas divisiones, ya que tanto Clodoveo como sus sucesores dividían sus estados entre sus hijos. Muchas veces, se enfrentaban entre si en guerras civiles. Cara al exterior, no consiguieron expulsar a los visigodos de la zona que ocupaban en la Galia y tuvieron enfrentamientos con tribus eslavas y germanas en el Este.
Durante este periodo, se intentó mantener en funcionamiento la antigua administración romana.
Los reyes de la dinastía merovingia fueron perdiendo su poder frente a los Mayordomos de Palacio, unos funcionarios que inicialmente tendrían un cargo similar al de primer ministro y que, aprovechando las minorías de edad y la debilidad de carácter de los reyes, consiguieron ejercer el poder real y convertir el cargo en hereditario.
Finalmente, Pipino el Breve, padre de Carlomagno, consiguió deponer al último rey merovingio y establecer su propia dinastía real. Él y Carlomagno consiguieron expandir de nuevo el reino, ocupando partes de Alemania (Sajonia), de Italia (el reino lombardo), y de España tras la destrucción del reino visigodo ante los musulmanes. Reestructuraron la administración adaptándola a las circunstancias presentes, y en el año 800 el Papa proclamó emperador a Carlomagno.
En ningún momento se abandonó la política de dividir el reino entre los descendientes de la dinastía.
Finalmente, los nietos de Carlomagno hicieron el reparto final del imperio franco, separándose los francos orientales (núcleo de Alemania) de los occidentales (Francia). Pese a que el reino volvió a unirse transitoriamente con Carlos el Gordo, la división entre Francia y Alemania sería ya permanente.
Los francos fueron una comunidad de pueblos procedentes de Baja Renania y de los territorios situados inmediatamente al este del Rin, que al igual que muchas otras tribus germánicas occidentales entró a formar parte del Imperio romano en su última etapa en calidad de foederati, asentándose en el Limes. Las poderosas y duraderas dinastías establecidas por los francos reinaron en una zona que abarca la mayor parte de los actuales países de Francia, Bélgica y Países Bajos
Durante los siguientes 1000 años, el reino franco fue evolucionando hasta dar origen a la actual nación de Francia.
De acuerdo con la tradición, los cuatro hijos de Clodoveo se dividieron el reino tras su muerte. Esta costumbre condujo a guerras civiles y luchas internas entre los sucesivos pretendientes al trono durante muchos siglos.
Hacia finales del siglo VII, los reyes merovingios (descendientes de Clodoveo) gobernaban simbólicamente. A principios del siglo VIII, Carlos Martel se convirtió en mayordomo de palacio, estando justo por debajo del Rey en importancia. Hizo de los francos una gran fuerza de caballería. Luchaba tan bien que sus enemigos lo apodaron Carlos el Martillo. En el año 732, la caballería francesa derrotó en la batalla de Poitiers a los Invasores musulmanes que les atacaban desde el norte de España, dando fin para siempre al avance del Islam desde el sudoeste. El Papa coronó a Pipino, hijo de Carlos Martel, con el título de rey de los francos a cambio de haberle ayudado a defender Italia de los lombardos. Pipino fundó la dinastía de los carolingios. El más grande de estos gobernantes fue Carlos el Grande o Carlomagno, quien gobernó desde el 768 hasta el 814. Convirtió el reino franco en un imperio donde floreció la cultura y el saber. Sus nietos se dividieron el imperio que, como resultado, quedó fraccionado en dos. La parte occidental se convirtió en el reino de Francia, aunque los reyes posteriores perdieron gradualmente su control político. La autoridad central se derrumbó bajo la presión de las guerras civiles, las luchas fronterizas y las incursiones vikingas. El único medio de conseguir soldados y dinero era hacer concesiones a los terratenientes. Los feudos pasaron a ser hereditarios y quienes los detentaban se convirtieron en señores feudales con vasallos propios.
Answers & Comments
Verified answer
Los francos cruzaron la frontera del imperio en el siglo IV, y tras su derrota se establecieron como federados en la zona de la actual Bélgica. Hasta el fin del Imperio, no ocasionaron mayores perturbaciones, actuando muchas veces como aliados de la autoridad romana. Por aquella época, el territorio franco estaba dividido entre varios reinos/tribus, sin constituir una unidad política.
A finales del siglo V y principios del VI, uno de esos reyes, Clodoveo, consiguió eliminar a sus rivales y crear un único estado. Consiguió ocupar la mayor parte de la Galia, dominando a burgundios y alamanes, y expulsando a los visigodos, que tuvieron que establecerse en España y apenas retuvieron la zona de la actual Provenza. Sin embargo, el reino sufrió nuevas divisiones, ya que tanto Clodoveo como sus sucesores dividían sus estados entre sus hijos. Muchas veces, se enfrentaban entre si en guerras civiles. Cara al exterior, no consiguieron expulsar a los visigodos de la zona que ocupaban en la Galia y tuvieron enfrentamientos con tribus eslavas y germanas en el Este.
Durante este periodo, se intentó mantener en funcionamiento la antigua administración romana.
Los reyes de la dinastía merovingia fueron perdiendo su poder frente a los Mayordomos de Palacio, unos funcionarios que inicialmente tendrían un cargo similar al de primer ministro y que, aprovechando las minorías de edad y la debilidad de carácter de los reyes, consiguieron ejercer el poder real y convertir el cargo en hereditario.
Finalmente, Pipino el Breve, padre de Carlomagno, consiguió deponer al último rey merovingio y establecer su propia dinastía real. Él y Carlomagno consiguieron expandir de nuevo el reino, ocupando partes de Alemania (Sajonia), de Italia (el reino lombardo), y de España tras la destrucción del reino visigodo ante los musulmanes. Reestructuraron la administración adaptándola a las circunstancias presentes, y en el año 800 el Papa proclamó emperador a Carlomagno.
En ningún momento se abandonó la política de dividir el reino entre los descendientes de la dinastía.
Finalmente, los nietos de Carlomagno hicieron el reparto final del imperio franco, separándose los francos orientales (núcleo de Alemania) de los occidentales (Francia). Pese a que el reino volvió a unirse transitoriamente con Carlos el Gordo, la división entre Francia y Alemania sería ya permanente.
ayuda porfavor en una tarea
Los francos fueron una comunidad de pueblos procedentes de Baja Renania y de los territorios situados inmediatamente al este del Rin, que al igual que muchas otras tribus germánicas occidentales entró a formar parte del Imperio romano en su última etapa en calidad de foederati, asentándose en el Limes. Las poderosas y duraderas dinastías establecidas por los francos reinaron en una zona que abarca la mayor parte de los actuales países de Francia, Bélgica y Países Bajos
Durante los siguientes 1000 años, el reino franco fue evolucionando hasta dar origen a la actual nación de Francia.
De acuerdo con la tradición, los cuatro hijos de Clodoveo se dividieron el reino tras su muerte. Esta costumbre condujo a guerras civiles y luchas internas entre los sucesivos pretendientes al trono durante muchos siglos.
Hacia finales del siglo VII, los reyes merovingios (descendientes de Clodoveo) gobernaban simbólicamente. A principios del siglo VIII, Carlos Martel se convirtió en mayordomo de palacio, estando justo por debajo del Rey en importancia. Hizo de los francos una gran fuerza de caballería. Luchaba tan bien que sus enemigos lo apodaron Carlos el Martillo. En el año 732, la caballería francesa derrotó en la batalla de Poitiers a los Invasores musulmanes que les atacaban desde el norte de España, dando fin para siempre al avance del Islam desde el sudoeste. El Papa coronó a Pipino, hijo de Carlos Martel, con el título de rey de los francos a cambio de haberle ayudado a defender Italia de los lombardos. Pipino fundó la dinastía de los carolingios. El más grande de estos gobernantes fue Carlos el Grande o Carlomagno, quien gobernó desde el 768 hasta el 814. Convirtió el reino franco en un imperio donde floreció la cultura y el saber. Sus nietos se dividieron el imperio que, como resultado, quedó fraccionado en dos. La parte occidental se convirtió en el reino de Francia, aunque los reyes posteriores perdieron gradualmente su control político. La autoridad central se derrumbó bajo la presión de las guerras civiles, las luchas fronterizas y las incursiones vikingas. El único medio de conseguir soldados y dinero era hacer concesiones a los terratenientes. Los feudos pasaron a ser hereditarios y quienes los detentaban se convirtieron en señores feudales con vasallos propios.
espero a ver ayudado.