Las facultades extraordinarias y la suma del poder público permiten realizar un gobierno discresional y autoritario para solucionar las permanentes crísis gubernamentales de la época.
El interinato de Balcarce termina y la legislatura designa a Rosas Gobernador de la Provincia de Buenos Aires en diciembre de 1829 con las facultades extraordinarias por el estado de agitación e intranquilidad que aún existían después del magnicidio de Dorrego.
Rosas, como Quiroga, Ramírez y casi todos los caudillos, venía de la clase de estancieros que administran personalmente sus estancias. Eso les daba un contacto con la clase popular que no podían tener los profesionales y tenderos que vivían en la ciudad.
En Rosas vieron los hombres “de posibles” que integraban la junta de Representantes al hombre serio, de trabajo y acción, que restauraría las leyes tan conculcadas desde la Revolución de Mayo. Sabían que el Restaurador de las Leyes (como lo condecoraron oficialmente) no admitiría infracciones a ellas, como en sus estancias no aceptaba tergiversación a sus reglamentos camperos.
Estableció la conscripción obligatoria, sin privilegio de clases, y remontó la tropa hasta 10.000 hombres. El 4 de enero de 1831 los delegados de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos firman el llamado Pacto Federal. Después de dejar sentado -pese a la “Liga Militar”- “que la mayor parte de los pueblos de la república han proclamado del modo más libre y espontáneo la forma de gobierno federal”, el pacto firmado entre José María Rojas y Patrón por Buenos Aires, Domingo Cullen por Santa Fe y Antonio Crespo (que había sustituido a Miranda) representando a Entre Ríos,
El 8 de diciembre de 1829 Rosas asumió el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires acompañado por la Junta de Representantes que estuvo en los tiempos de Dorrego. Llegó al poder con el apoyo de la clase alta, fundamentalmente ganaderos, y de los sectores populares que vieron en él alguien capaz de garantizar la paz y el orden; para su logro le fueron otorgadas las Facultades Extraordinarias.
La muerte de Dorrego y los funerales organizados en su honor contribuyeron a colocar a Rosas en el lugar de líder del federalismo porteño.
Fue declarado, por disposición de la Junta, RESTAURADOR DE LAS LEYES E INSTITUCIONES DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES y se le otorgó el grado de Brigadier.
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Las facultades extraordinarias y la suma del poder público permiten realizar un gobierno discresional y autoritario para solucionar las permanentes crísis gubernamentales de la época.
El interinato de Balcarce termina y la legislatura designa a Rosas Gobernador de la Provincia de Buenos Aires en diciembre de 1829 con las facultades extraordinarias por el estado de agitación e intranquilidad que aún existían después del magnicidio de Dorrego.
Rosas, como Quiroga, Ramírez y casi todos los caudillos, venía de la clase de estancieros que administran personalmente sus estancias. Eso les daba un contacto con la clase popular que no podían tener los profesionales y tenderos que vivían en la ciudad.
En Rosas vieron los hombres “de posibles” que integraban la junta de Representantes al hombre serio, de trabajo y acción, que restauraría las leyes tan conculcadas desde la Revolución de Mayo. Sabían que el Restaurador de las Leyes (como lo condecoraron oficialmente) no admitiría infracciones a ellas, como en sus estancias no aceptaba tergiversación a sus reglamentos camperos.
Estableció la conscripción obligatoria, sin privilegio de clases, y remontó la tropa hasta 10.000 hombres. El 4 de enero de 1831 los delegados de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos firman el llamado Pacto Federal. Después de dejar sentado -pese a la “Liga Militar”- “que la mayor parte de los pueblos de la república han proclamado del modo más libre y espontáneo la forma de gobierno federal”, el pacto firmado entre José María Rojas y Patrón por Buenos Aires, Domingo Cullen por Santa Fe y Antonio Crespo (que había sustituido a Miranda) representando a Entre Ríos,
Las Facultades Extraordinarias
El 8 de diciembre de 1829 Rosas asumió el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires acompañado por la Junta de Representantes que estuvo en los tiempos de Dorrego. Llegó al poder con el apoyo de la clase alta, fundamentalmente ganaderos, y de los sectores populares que vieron en él alguien capaz de garantizar la paz y el orden; para su logro le fueron otorgadas las Facultades Extraordinarias.
La muerte de Dorrego y los funerales organizados en su honor contribuyeron a colocar a Rosas en el lugar de líder del federalismo porteño.
Fue declarado, por disposición de la Junta, RESTAURADOR DE LAS LEYES E INSTITUCIONES DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES y se le otorgó el grado de Brigadier.
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