El movimiento ludista nació en Inglaterra, cuna de la Revolución Industrial, pero pronto se extendió por toda Europa, como los sucesos de Cataluña o la destrucción de los telares de Arcoy, en España, ocurrido en 1820.
En Nottingham, ciudad del Reino Unido, una manifestación obrera, iniciada el 12 de abril de 1811, fue violentamente reprimida, y más de cincuenta máquinas, pertenecientes a William Cartwright, destinadas al tejido de medias, fueron destruidas por los trabajadores como represalia a la brutal acción contra su reclamo de trabajo, y de hacerlo en dignas condiciones. En Lancashire, Yorkshire, Leicester, Cheshire, y Derby se vivieron situaciones similares. Más de diez mil soldados ingleses, al mando de Thomas Maitland, fueron destinados a impedir la rebelión obrera.
En 1813, dieciocho miembros del ludismo fueron ejecutados en la horca por el gobierno, acusados de ser peligrosos para el estado, por aplicación de una ley promulgada por el Parlamento, a la que solo se opuso Lord Byron. Dicha norma legal había establecido pena de muerte para los que destruyeran las fábricas, o elementos de trabajo contenidas en ellas.
El 16 de agosto de 1819, las fuerzas obreras celebraron un mitín en el campo de San Pedro. Las fuerzas de caballería pusieron fin a la vida de once personas y cuatrocientas resultaron heridas, pero lograron un éxito: derogar la ley que impedía las coaliciones obreras.
Por ese entonces, surgieron los movimientos sindicales (Trade Unions) y los Partidos Socialdemócratas, que redujeron hasta casi hacer desaparecer el ludismo, que en realidad, no atacaba las causas reales del problema. La lucha estaría dirigida a partir de entonces, contra los dueños de las fábricas.
A pesar de todo, al ser un movimiento ilegal con una base ideológica poco definida, el movimiento obrero fue desplazándose hacia cauces más estructurados que culpaban ya no a la máquina sino al propietario. Forjándose asà las organizaciones obreras, los primeros sindicatos.
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El movimiento ludista nació en Inglaterra, cuna de la Revolución Industrial, pero pronto se extendió por toda Europa, como los sucesos de Cataluña o la destrucción de los telares de Arcoy, en España, ocurrido en 1820.
En Nottingham, ciudad del Reino Unido, una manifestación obrera, iniciada el 12 de abril de 1811, fue violentamente reprimida, y más de cincuenta máquinas, pertenecientes a William Cartwright, destinadas al tejido de medias, fueron destruidas por los trabajadores como represalia a la brutal acción contra su reclamo de trabajo, y de hacerlo en dignas condiciones. En Lancashire, Yorkshire, Leicester, Cheshire, y Derby se vivieron situaciones similares. Más de diez mil soldados ingleses, al mando de Thomas Maitland, fueron destinados a impedir la rebelión obrera.
En 1813, dieciocho miembros del ludismo fueron ejecutados en la horca por el gobierno, acusados de ser peligrosos para el estado, por aplicación de una ley promulgada por el Parlamento, a la que solo se opuso Lord Byron. Dicha norma legal había establecido pena de muerte para los que destruyeran las fábricas, o elementos de trabajo contenidas en ellas.
El 16 de agosto de 1819, las fuerzas obreras celebraron un mitín en el campo de San Pedro. Las fuerzas de caballería pusieron fin a la vida de once personas y cuatrocientas resultaron heridas, pero lograron un éxito: derogar la ley que impedía las coaliciones obreras.
Por ese entonces, surgieron los movimientos sindicales (Trade Unions) y los Partidos Socialdemócratas, que redujeron hasta casi hacer desaparecer el ludismo, que en realidad, no atacaba las causas reales del problema. La lucha estaría dirigida a partir de entonces, contra los dueños de las fábricas.
http://www.laguia2000.com/inglaterra/el-ludismo
La disolución violenta, por parte del ejército, de una manifestación de trabajadores en Nottingham que pedÃan trabajo y un salario más justo, tuvo como respuesta el incendio nocturno de sesenta máquinas de tejer medias. Estas acciones destructivas, que se extendieron por las zonas de intensa industrialización de Lancashire y Yorkshire en 1812, tomaron el nombre de un imaginario Capitán Ludd (probablemente en recuerdo de Ned Ludd), que firmaba las cartas intimidatorias dirigidas a los propietarios de las máquinas. En ellas se exigÃa la pronta retirada de las máquinas para una fecha en concreto, o en caso contrario, enviarÃa hombres a destruirlas, quienes en caso de encontrar resistencia, tendrÃan incluso su autorización para asesinar a los dueños y destruir las propiedades.
La respuesta gubernamental a dicho movimiento llegó a suponer la ejecución de dieciocho ludistas en 1813.
A partir de 1817 el movimiento empezó a decaer, pero se continuó en el campo inglés en los años 1830 y se extendió a otras regiones del continente europeo, donde la Revolución industrial estaba adquiriendo relevancia. En Cataluña se llegó a quemar la máquina más avanzada del momento
A pesar de todo, al ser un movimiento ilegal con una base ideológica poco definida, el movimiento obrero fue desplazándose hacia cauces más estructurados que culpaban ya no a la máquina sino al propietario. Forjándose asà las organizaciones obreras, los primeros sindicatos.
A finales del siglo X X, en plena era digital, surgió un movimiento conocido como neoludismo, que se opone a la inteligencia artificial y todo avance cientÃfico que se apoye en la informática. Reconoce que no sólo los empresarios son los explotadores sino que es la forma en que funciona la tecnologÃa la que aliena tanto al explotador y al explotado convirtiéndose, a criterio de ellos, ambos en partes funcionales de la maquinaria tecnológica.