La verdad, estos hombres demostraron su gran valentia y madurez, al vencer su miedo y tratar de lograr lo imposible, lo cual hicieron posible por el sentido de equipo. Fue una decisión desesperada, pero muy bien planificada
Claudio Tamburrini era el arquero del Club Atlético Almagro y estudiante de filosofia . Durante la tarde del 23 de noviembre de 1977 fue secuestrado en su casa, el fue bastante impopular durante su cautiverio, por haber gritado y llorado constantemente, pero a la vez fuerte ya que no les dio información. Despues de su escape vivió en la clandestinidad, sin animarse siquiera a pisar la calle. Días extraños: vio el Mundial 78 a escondidas y, poco después, cuando la euforia futbolística se adueñó del país, logró viajar a Estocolmo, Suecia, en donde retomó la carrera de Filosofía, que ya cursaba en la Universidad de Buenos Aires. Una vez doctorado, comenzó a dar clases en la Universidad de Gotemburgo. Hoy de 51 años, filósofo, radicado en Esto colmo, Suecia
El papel de villano Huguito, torturador, era el jefe de la patota que salía a secuestrar con el estilo parco y aséptico de los trámites judiciales , dirigia la casa. Por momentos, con astucia e inteligencia, tenia una relación bastante amable con los chicos. Cuando los detenidos se encontraban desesperados, les aportaba una voz serena. La psicopateada típica de los represores: el malo debe parecer bueno para sacarles a las víctimas todo lo que necesita. No sé sabe que habrá sido de la vida de Huguito en la realidad. Seguramente estará vivo y pasándote por al lado, o teniendo un cargo en seguridad. Es parte del misterio y es mejor que lo sea
Había guardias menos duros y una patota que se encargaba de las preguntas y los tormentos. Los fines de semana eran más tranquilos: "No estaba la amenaza pendiente de una golpiza". El resto de los días, "el ruido de los borceguíes, la patota subiendo por las escaleras", era signo de un cautivo nuevo o de una sesión de torturas. "La pequeña Lulú", llamaban a la picana eléctrica, provoco el deterioro de todos los secuestrados.
Guillermo Marcelo Fernández fue secuestrado el 20 de octubre de 1977. Un grupo lo llevó de su casa . Hoy de 48, actor, residente en Montpellier, Francia. Fernández prefirió el histrionismo. Artista en París desde que vive allí como exiliado, o sea desde 1978, año de la fuga, quiso representar su propia historia como si fuera la de otro. Su personaje fue el de un testigo que se sienta de espaldas al público y responde con tono irónico y voz displicente ya que interpreto a un juez que lo interpelo durante su cautiverio. Ahora es titiritero y vive en Francia. El mostro sus buenos sentimientos y sensibilidad cuando lo forzaron a tener relaciones con una prostituta durante su cautiverio, quedandose a charlar con ella logrando un momento grato en medio de esa locura.
Daniel Rusomano y Carlos García. (Casco y Gallego), fueron los otros dos valientes participantes de la fuga.
SINTESIS
Síntesis necesaria para poder leer este post: Narra la historia de cuatro personas secuestradas por 120 días en la Mansión Seré (Atila), uno de los centros clandestinos de detención de la fuerza aérea por un grupo de tareas al servicio del gobierno militar, el que lo llevó a un centro clandestino de detención llamado la Mansión Seré (o Atila), una casona ubicada en las afueras dela Capital Federal, ubicado en Morón, en la provincia de Buenos Aires.
una gran casa de dos plantas, inhabitable como vivienda), las torturas (golpes y picana eléctrica) y el nombre de custodios y torturadores: Raviol, Tano, Huguito, Lucas, Chiche, El Tucumano, El Gordo.
. –La película aprovecha esa situación de no poder confiar en nadie para construir una tensión constantevivían "encerrados en los cuartos, tirados en las camas o recostados contra la pared, con las vendas puestas, susurrando, casi sin hablar". Pasó todo su cautiverio sin lavarse los dientes, con el mismo pantalón y descalzo. Cada tanto, con la comida le daban laxantes
. El 24 de marzo del 78, lograron abrir una ventana con un tornillo, levantar una persiana y descender desde un balcón atando colchas. Desnudo, esposado y golpeado por la caída, logró correr por las calles y esconderse. Era el comienzo de una fuga compleja que continuó en las calles de Morón
METAFORA
Me parece que es una metáfora de lo que pasa hoy día. Estamos todos dentro de una habitación y nadie puede comunicarse con el otro. Si entran y le pegan al otro, nadie se mete. Lo más loco es que cuando ellos deciden escaparse, la fuga no es tan complicada. Es más el miedo que tienen dentro que la imposibilidad real de fugarse
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La verdad, estos hombres demostraron su gran valentia y madurez, al vencer su miedo y tratar de lograr lo imposible, lo cual hicieron posible por el sentido de equipo. Fue una decisión desesperada, pero muy bien planificada
Claudio Tamburrini era el arquero del Club Atlético Almagro y estudiante de filosofia . Durante la tarde del 23 de noviembre de 1977 fue secuestrado en su casa, el fue bastante impopular durante su cautiverio, por haber gritado y llorado constantemente, pero a la vez fuerte ya que no les dio información. Despues de su escape vivió en la clandestinidad, sin animarse siquiera a pisar la calle. Días extraños: vio el Mundial 78 a escondidas y, poco después, cuando la euforia futbolística se adueñó del país, logró viajar a Estocolmo, Suecia, en donde retomó la carrera de Filosofía, que ya cursaba en la Universidad de Buenos Aires. Una vez doctorado, comenzó a dar clases en la Universidad de Gotemburgo. Hoy de 51 años, filósofo, radicado en Esto colmo, Suecia
El papel de villano Huguito, torturador, era el jefe de la patota que salía a secuestrar con el estilo parco y aséptico de los trámites judiciales , dirigia la casa. Por momentos, con astucia e inteligencia, tenia una relación bastante amable con los chicos. Cuando los detenidos se encontraban desesperados, les aportaba una voz serena. La psicopateada típica de los represores: el malo debe parecer bueno para sacarles a las víctimas todo lo que necesita. No sé sabe que habrá sido de la vida de Huguito en la realidad. Seguramente estará vivo y pasándote por al lado, o teniendo un cargo en seguridad. Es parte del misterio y es mejor que lo sea
Había guardias menos duros y una patota que se encargaba de las preguntas y los tormentos. Los fines de semana eran más tranquilos: "No estaba la amenaza pendiente de una golpiza". El resto de los días, "el ruido de los borceguíes, la patota subiendo por las escaleras", era signo de un cautivo nuevo o de una sesión de torturas. "La pequeña Lulú", llamaban a la picana eléctrica, provoco el deterioro de todos los secuestrados.
Guillermo Marcelo Fernández fue secuestrado el 20 de octubre de 1977. Un grupo lo llevó de su casa . Hoy de 48, actor, residente en Montpellier, Francia. Fernández prefirió el histrionismo. Artista en París desde que vive allí como exiliado, o sea desde 1978, año de la fuga, quiso representar su propia historia como si fuera la de otro. Su personaje fue el de un testigo que se sienta de espaldas al público y responde con tono irónico y voz displicente ya que interpreto a un juez que lo interpelo durante su cautiverio. Ahora es titiritero y vive en Francia. El mostro sus buenos sentimientos y sensibilidad cuando lo forzaron a tener relaciones con una prostituta durante su cautiverio, quedandose a charlar con ella logrando un momento grato en medio de esa locura.
Daniel Rusomano y Carlos García. (Casco y Gallego), fueron los otros dos valientes participantes de la fuga.
SINTESIS
Síntesis necesaria para poder leer este post: Narra la historia de cuatro personas secuestradas por 120 días en la Mansión Seré (Atila), uno de los centros clandestinos de detención de la fuerza aérea por un grupo de tareas al servicio del gobierno militar, el que lo llevó a un centro clandestino de detención llamado la Mansión Seré (o Atila), una casona ubicada en las afueras dela Capital Federal, ubicado en Morón, en la provincia de Buenos Aires.
una gran casa de dos plantas, inhabitable como vivienda), las torturas (golpes y picana eléctrica) y el nombre de custodios y torturadores: Raviol, Tano, Huguito, Lucas, Chiche, El Tucumano, El Gordo.
. –La película aprovecha esa situación de no poder confiar en nadie para construir una tensión constantevivían "encerrados en los cuartos, tirados en las camas o recostados contra la pared, con las vendas puestas, susurrando, casi sin hablar". Pasó todo su cautiverio sin lavarse los dientes, con el mismo pantalón y descalzo. Cada tanto, con la comida le daban laxantes
. El 24 de marzo del 78, lograron abrir una ventana con un tornillo, levantar una persiana y descender desde un balcón atando colchas. Desnudo, esposado y golpeado por la caída, logró correr por las calles y esconderse. Era el comienzo de una fuga compleja que continuó en las calles de Morón
METAFORA
Me parece que es una metáfora de lo que pasa hoy día. Estamos todos dentro de una habitación y nadie puede comunicarse con el otro. Si entran y le pegan al otro, nadie se mete. Lo más loco es que cuando ellos deciden escaparse, la fuga no es tan complicada. Es más el miedo que tienen dentro que la imposibilidad real de fugarse