El 22 de febrero de 1955, se anuncia a los miembros de la tripulación del destructor Caldas, de la marina colombiana, su regreso a Colombia después de haber estado ocho meses en reparaciones en Mobile, Estados Unidos.
El 24 del mismo mes, zarpa el destructor rumbo al puerto colombiano de Cartagena. Durante su regreso el destructor es azotado por fuertes olas, arrojando al mar a ocho miembros de su tripulación. Solo uno de ellos, Luis Alejandro Velasco, se logra salvar milagrosamente de la tragedia encontrando una balsa en medio de las olas.
Luis Alejandro Velasco permanece diez días sin comer ni beber a la deriva, azotado por el sol, los hambrientos tiburones y sus propias alucinaciones. Después de luchar contra el hambre y los tiburones, logra llegar hasta una isla. Intenta comerse una bota y un ave. Es encontrado en una playa desierta al norte de Colombia por un bondadoso hombre que lo acoge y le da los cuidados necesarios hasta llegar al hospital naval.
Un día el sobreviviente acude al periódico El Espectador de Bogotá para así, poder contar la historia de lo sucedido. Un mes después es publicada la historia en forma de libro de lo que ocurrió en realidad en el día del naufragio dejando a la luz muchas verdades, las que se convierten en denuncia política que destruye la gloria y la carrera del náufrago y condena la carrera del exitoso periodista Gabriel García Márquez.
Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez, cuenta que el 28 de febrero de 1955 ocho miembros de la tripulación de un barco destructor -el Caldas, de la Marina de Guerra de Colombia- desaparecieron tras caer al agua en el Mar Caribe. La primera parte de esta historia está narrada por el periodista (el propio García Márquez) que se pone en contacto con Luis Alejandro Velasco, el único superviviente de la tragedia. En esta introducción, el periodista traza una semblanza del náufrago, explica lo sucedido y aprovecha para criticar y juzgar la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, presidente de Colombia, ya que averigua que no fue una tormenta lo que causó el desastre sino el transporte ilegal de electrodomésticos de contrabando que hicieron desestabilizar el buque con su peso. Apareció publicado en el periódico “El espectador” de Bogotá, en una época de gran censura en el país. Al remate de esta breve introducción se nos cuenta que el protagonista –proclamado entonces héroe por la patria- fue defenestrado por contar toda la verdad y que el periodista tuvo que exiliarse, lo cual convierte a la obra en un relato de denuncia social.
En la reconstrucción de esta aventura en el mar, podemos encontrar ya muchos de los rasgos característicos de la pluma de Márquez. Como el enorme título completo del libro: Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre...
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El 22 de febrero de 1955, se anuncia a los miembros de la tripulación del destructor Caldas, de la marina colombiana, su regreso a Colombia después de haber estado ocho meses en reparaciones en Mobile, Estados Unidos.
El 24 del mismo mes, zarpa el destructor rumbo al puerto colombiano de Cartagena. Durante su regreso el destructor es azotado por fuertes olas, arrojando al mar a ocho miembros de su tripulación. Solo uno de ellos, Luis Alejandro Velasco, se logra salvar milagrosamente de la tragedia encontrando una balsa en medio de las olas.
Luis Alejandro Velasco permanece diez días sin comer ni beber a la deriva, azotado por el sol, los hambrientos tiburones y sus propias alucinaciones. Después de luchar contra el hambre y los tiburones, logra llegar hasta una isla. Intenta comerse una bota y un ave. Es encontrado en una playa desierta al norte de Colombia por un bondadoso hombre que lo acoge y le da los cuidados necesarios hasta llegar al hospital naval.
Un día el sobreviviente acude al periódico El Espectador de Bogotá para así, poder contar la historia de lo sucedido. Un mes después es publicada la historia en forma de libro de lo que ocurrió en realidad en el día del naufragio dejando a la luz muchas verdades, las que se convierten en denuncia política que destruye la gloria y la carrera del náufrago y condena la carrera del exitoso periodista Gabriel García Márquez.
Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez, cuenta que el 28 de febrero de 1955 ocho miembros de la tripulación de un barco destructor -el Caldas, de la Marina de Guerra de Colombia- desaparecieron tras caer al agua en el Mar Caribe. La primera parte de esta historia está narrada por el periodista (el propio García Márquez) que se pone en contacto con Luis Alejandro Velasco, el único superviviente de la tragedia. En esta introducción, el periodista traza una semblanza del náufrago, explica lo sucedido y aprovecha para criticar y juzgar la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, presidente de Colombia, ya que averigua que no fue una tormenta lo que causó el desastre sino el transporte ilegal de electrodomésticos de contrabando que hicieron desestabilizar el buque con su peso. Apareció publicado en el periódico “El espectador” de Bogotá, en una época de gran censura en el país. Al remate de esta breve introducción se nos cuenta que el protagonista –proclamado entonces héroe por la patria- fue defenestrado por contar toda la verdad y que el periodista tuvo que exiliarse, lo cual convierte a la obra en un relato de denuncia social.
En la reconstrucción de esta aventura en el mar, podemos encontrar ya muchos de los rasgos característicos de la pluma de Márquez. Como el enorme título completo del libro: Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre...