El uso responsable de la energía eléctrica es clave para disminuir la degradación ambiental derivada del agotamiento de recursos, la polución atmosférica y el efecto invernadero.
La mayor proporción de la energía eléctrica utilizada proviene de centrales que queman combustibles fósiles no renovables (hidrocarburos, carbón de piedra) y producen como residuo gases y otros contaminantes, que son emitidos a la atmósfera y afectan su composición y balance natural.
Un ejemplo, por cada Kw/hora de energía eléctrica ahorrado, se dejan de emitir entre 800 y 1.000 gramos de dióxido de Carbono desde las usinas que operan quemando gas o carbón o derivados del petróleo, respectivamente. En esta ecuación no están contabilizados otros gases emitidos, que también deterioran el ambiente.
Todo esfuerzo individual y colectivo dirigido a reducir el gasto innecesario de energía es fundamental. En relación a ello, existen al menos dos líneas de acción directa que resultan relevantes para este objetivo: la toma de conciencia para lograr cambios en el comportamiento cotidiano, y la mayor eficiencia arquitectónica y tecnológica.
Las prácticas y acciones que se implementan en una casa, institución, oficina o fábrica, para evitar el derroche energético, contribuyen sustantivamente a la preservación del ambiente y tienen el beneficio adicional de ahorrar dinero de la factura de electricidad del usuario.
Una de nuestras actividades cotidianas es ir de compras, consumir. Pero nuestro consumo en la mayoría de las ocasiones es sinónimo de “agotamiento”. No tenemos en cuenta las repercusiones para el medio ambiente y las personas que habitan el planeta de nuestros procesos de abastecimiento de bienes y servicios.
De acuerdo a la Declaración oficial de Naciones Unidas con motivo de la Cumbre de la Tierra de 2002 una de “las principales causas de que continúe deteriorándose el medio ambiente mundial son las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados". En este sentido Naciones Unidas hace un llamado a revisar estas modelos insostenibles, recurriendo a modelos de consumo responsable.
Por Consumo Responsable entendemos la elección de los productos y servicios no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.
Otra acepción de Consumo Responsable, o consumo crítico, complementaria a la definición anterior, es aquel que implica consumir menos, eligiendo consumir sólo lo necesario, y estando atentos a cómo nos influye la publicidad en la creación de necesidades superfluas.
Es un imperativo de nuestro tiempo la realización de un cambio social en torno a nuestros hábitos de consumo. El principio fundamental es que todos somos corresponsables con nuestra compra de los impactos sociales y ambientales de la producción.
En el medio ambiente, soporte de la vida en la Tierra, teniendo en cuenta que debemos priorizar productos con menores impactos ambientales y reducir el consumo de los limitados recursos naturales de que disponemos.
En las personas, asumiendo y defendiendo solidariamente la obligación de garantizar los mismos derechos para todas ellas.
Cuando añadimos el calificativo de responsable a nuestro consumo estamos significando la importancia que tiene el consumidor para elegir entre las diversas opciones que le ofrece el mercado de bienes y servicios, teniendo en cuenta los productos que valoran la justicia social, la ética y la solidaridad, y la protección del medio ambiente.
La ciudadanía puede convertir su capacidad de compra en un importante instrumento de presión; como dice una organización pionera en estos temas, puede “votar por sus valores a través de su acto de compra”. El consumidor y consumidora tienen a su alcance la posibilidad de premiar a los mejores y rechazar a los peores, exigiendo el cumplimiento de determinadas garantías sociales, laborales y medio ambientales.
Criterios ambientales
Criterios sociales y éticos
CRITERIOS PARA UN CONSUMO RESPONSABLE
Para ejercer un consumo responsable podemos hacernos una serie de preguntas:
¿Necesito lo que voy a comprar? ¿Quiero satisfacer un deseo? ¿Estoy eligiendo libremente o es una compra compulsiva? ¿Cuántos tengo ya? ¿Cuánto lo voy a usar? ¿Cuánto me va a durar? ¿Podría pedirlo prestado a un amigo o a un familiar? ¿Puedo pasar sin él? ¿Voy a poder mantenerlo/limpiarlo/repararlo yo mismo? ¿Tengo ganas de hacerlo?
¿He buscado información para conseguir mejor calidad y menor precio? ¿Cómo me voy a deshacer de él una vez que haya terminado de usarlo? ¿Está hecho con materiales reciclables? ¿Las materias primas que se usaron son renovables? ¿Hay algo que yo posea que pueda reemplazarlo? ¿Te has informado de quién y cómo se ha realizado el producto?
Cada uno de nosotros tenemos que dar la respuesta teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, realizar un consumo responsable sólo implica realizar un cambio en nuestros hábitos de consumo que no conllevan comportamientos muy diferentes a los que ya tenemos, no producen inconvenientes considerables y no requieren esfuerzos específicos adicionales.
A la hora de comprar recuerda:
Debes hacerte las preguntas señaladas anteriormente y, sobre todo, si lo que vas a comprar va a satisfacer realmente una necesidad o deseo, o bien si lo compras compulsivamente.
Piensa a qué tipo de comercio quieres favorecer. No olvides que consumir productos locales, productos ecológicos o de comercio justo, productos naturales y productos reutilizados y reciclados, son sin duda las mejores opciones medioambientales y sociales.
Infórmate a cerca de las repercusiones sociales y medioambientales de los bienes y servicios. Pide información. Es tu derecho.
Asegúrate de la calidad de lo que compras, de cara a adquirir bienes más saludables y duraderos.
Busca alternativas que minimicen la explotación de los recursos naturales: segunda mano, reutilizar, intercambios, reparación.
Haz un buen mantenimiento de las cosas y cuando acabe la vida útil de un producto, ten en cuenta las posibilidades de reciclar los materiales de que está hecho
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En 1aforex están tan convencidos que llegaras a ser un consumidorfiel que te proporciona también la posibilidad de recuperar tu dinero si no estás contento con ellos o si no quieres cobrar dinero.
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Uso responsable de energía eléctrica
El uso responsable de la energía eléctrica es clave para disminuir la degradación ambiental derivada del agotamiento de recursos, la polución atmosférica y el efecto invernadero.
La mayor proporción de la energía eléctrica utilizada proviene de centrales que queman combustibles fósiles no renovables (hidrocarburos, carbón de piedra) y producen como residuo gases y otros contaminantes, que son emitidos a la atmósfera y afectan su composición y balance natural.
Un ejemplo, por cada Kw/hora de energía eléctrica ahorrado, se dejan de emitir entre 800 y 1.000 gramos de dióxido de Carbono desde las usinas que operan quemando gas o carbón o derivados del petróleo, respectivamente. En esta ecuación no están contabilizados otros gases emitidos, que también deterioran el ambiente.
Todo esfuerzo individual y colectivo dirigido a reducir el gasto innecesario de energía es fundamental. En relación a ello, existen al menos dos líneas de acción directa que resultan relevantes para este objetivo: la toma de conciencia para lograr cambios en el comportamiento cotidiano, y la mayor eficiencia arquitectónica y tecnológica.
Las prácticas y acciones que se implementan en una casa, institución, oficina o fábrica, para evitar el derroche energético, contribuyen sustantivamente a la preservación del ambiente y tienen el beneficio adicional de ahorrar dinero de la factura de electricidad del usuario.
Criterios para un consumo responsable
Una de nuestras actividades cotidianas es ir de compras, consumir. Pero nuestro consumo en la mayoría de las ocasiones es sinónimo de “agotamiento”. No tenemos en cuenta las repercusiones para el medio ambiente y las personas que habitan el planeta de nuestros procesos de abastecimiento de bienes y servicios.
De acuerdo a la Declaración oficial de Naciones Unidas con motivo de la Cumbre de la Tierra de 2002 una de “las principales causas de que continúe deteriorándose el medio ambiente mundial son las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados". En este sentido Naciones Unidas hace un llamado a revisar estas modelos insostenibles, recurriendo a modelos de consumo responsable.
Por Consumo Responsable entendemos la elección de los productos y servicios no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.
Otra acepción de Consumo Responsable, o consumo crítico, complementaria a la definición anterior, es aquel que implica consumir menos, eligiendo consumir sólo lo necesario, y estando atentos a cómo nos influye la publicidad en la creación de necesidades superfluas.
Es un imperativo de nuestro tiempo la realización de un cambio social en torno a nuestros hábitos de consumo. El principio fundamental es que todos somos corresponsables con nuestra compra de los impactos sociales y ambientales de la producción.
En el medio ambiente, soporte de la vida en la Tierra, teniendo en cuenta que debemos priorizar productos con menores impactos ambientales y reducir el consumo de los limitados recursos naturales de que disponemos.
En las personas, asumiendo y defendiendo solidariamente la obligación de garantizar los mismos derechos para todas ellas.
Cuando añadimos el calificativo de responsable a nuestro consumo estamos significando la importancia que tiene el consumidor para elegir entre las diversas opciones que le ofrece el mercado de bienes y servicios, teniendo en cuenta los productos que valoran la justicia social, la ética y la solidaridad, y la protección del medio ambiente.
La ciudadanía puede convertir su capacidad de compra en un importante instrumento de presión; como dice una organización pionera en estos temas, puede “votar por sus valores a través de su acto de compra”. El consumidor y consumidora tienen a su alcance la posibilidad de premiar a los mejores y rechazar a los peores, exigiendo el cumplimiento de determinadas garantías sociales, laborales y medio ambientales.
Criterios ambientales
Criterios sociales y éticos
CRITERIOS PARA UN CONSUMO RESPONSABLE
Para ejercer un consumo responsable podemos hacernos una serie de preguntas:
¿Necesito lo que voy a comprar? ¿Quiero satisfacer un deseo? ¿Estoy eligiendo libremente o es una compra compulsiva? ¿Cuántos tengo ya? ¿Cuánto lo voy a usar? ¿Cuánto me va a durar? ¿Podría pedirlo prestado a un amigo o a un familiar? ¿Puedo pasar sin él? ¿Voy a poder mantenerlo/limpiarlo/repararlo yo mismo? ¿Tengo ganas de hacerlo?
¿He buscado información para conseguir mejor calidad y menor precio? ¿Cómo me voy a deshacer de él una vez que haya terminado de usarlo? ¿Está hecho con materiales reciclables? ¿Las materias primas que se usaron son renovables? ¿Hay algo que yo posea que pueda reemplazarlo? ¿Te has informado de quién y cómo se ha realizado el producto?
Cada uno de nosotros tenemos que dar la respuesta teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, realizar un consumo responsable sólo implica realizar un cambio en nuestros hábitos de consumo que no conllevan comportamientos muy diferentes a los que ya tenemos, no producen inconvenientes considerables y no requieren esfuerzos específicos adicionales.
A la hora de comprar recuerda:
Debes hacerte las preguntas señaladas anteriormente y, sobre todo, si lo que vas a comprar va a satisfacer realmente una necesidad o deseo, o bien si lo compras compulsivamente.
Piensa a qué tipo de comercio quieres favorecer. No olvides que consumir productos locales, productos ecológicos o de comercio justo, productos naturales y productos reutilizados y reciclados, son sin duda las mejores opciones medioambientales y sociales.
Infórmate a cerca de las repercusiones sociales y medioambientales de los bienes y servicios. Pide información. Es tu derecho.
Asegúrate de la calidad de lo que compras, de cara a adquirir bienes más saludables y duraderos.
Busca alternativas que minimicen la explotación de los recursos naturales: segunda mano, reutilizar, intercambios, reparación.
Haz un buen mantenimiento de las cosas y cuando acabe la vida útil de un producto, ten en cuenta las posibilidades de reciclar los materiales de que está hecho
Si pretendes transaccional en Forex es mejor tener un experimentado que te ayuda y si no te quedas satisfecho con uno entonces hay una solución mejor, 1aforex de aquí https://tr.im/1F3Bw donde un montón de experimentados están allí para ayudarte.
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yo digo que se favorece esta degradando al mundo
Esta página te ayudará posteriormente con temas ambientales, esperemos te guste, dale un ME GUSTA en facebook, queremos más ciudadanos ambientales.
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Creo que es uno de los únicos métodos probados que realmente funcionan! Buena suerte!
Se da menos gasto de luz para la tierra.